Mario Yepes sueña con ser técnico de fútbol

La carrera futbolística del defensa de la Selección Colombia Mario Yepes tiene algo particular: en los equipos que hizo parte terminó convertido en ídolo y referente.

Pasó en su querido Deportivo Cali, luego en River Plate de Argentina y finalizó el periplo en San Lorenzo, también de Argentina. El defensor de 37 años, quien tuvo un destacado mundial, se confesó con el diario deportivo Ole. En la entrevista reveló que “en enero definirá si sigue jugando a nivel profesional”.

Y es que la edad no le ha pesado al otrora estandarte de la Selección. Su rendimiento en este 2015 sorprendió al mundo fútbol argentino. Durante esta temporada jugó más de 45 partidos y en caso todos mostró la solvencia defensiva que siempre lo caracterizó, Por esto, en este mes de diciembre le han llovido ofertas de diferentes parte de Latinoamérica para que estire su carrera al menos un año más.

Cuando le preguntaron ¿si tiene ganas de seguir? Yepes respondió: “Sí, sigo con ganas de compartir un vestuario, de entrenar. Quizá lo más difícil sean las concentraciones, los viajes... Este último año la pasé muy bien, disfruté de los compañeros, no tuve lesiones y pude volver a jugar la Copa, algo que quería.

Yepes también tiene otros sueños. Una vez termine el 2015 analiza iniciar un curso de entrenador por eso dice sin pudor “me gustaría dirigir. Si este fue el cierre como futbolista, me voy muy orgulloso de que haya sido en San Lorenzo.

Los rumores apuntan a que en la selección Yepes no solo mostró el buen trato al balón, la posibilidad de anticiparle a los rivales y lo que en el fútbol se ha llamado ‘garra’, en otras palabras el compromiso y actitud del jugador frente a sus rivales. Esas características han hecho de que se especule que podría ser director técnico de la selección Colombia.

Sobre sus hijos

Antes de partir a Colombia Mario Yepes recibió a Olé en su casa. En medio de la charla, aparecieron en escena Luciano (13) y Miranda (10), dos de sus hijos. El varón luce la casaca azulgrana con el 3 en la espalda.

Es la camiseta de su papá y la del club del que se hizo hincha. “Mi familia siempre alienta por el equipo en el que estoy, pero mi hijo es la primera vez que disfruta de verme jugar. En el colegio hablaba de fútbol con los compañeros, se cargaban. Disfrutó mucho del folclore del fútbol argentino”, explicó.

Según reseña Ole, “Quizá lo más difícil sean las concentraciones, los viajes... “Este último año la pasé muy bien, disfruté de los compañeros, no tuve lesiones y pude volver a jugar la Copa, algo que quería.

Pero también terminé este año mi curso de entrenador y me gustaría dirigir. Si este fue el cierre como futbolista, me voy muy orgulloso de que haya sido en San Lorenzo.