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Minero chileno completa la maratón de Nueva York

Con todo el coraje que le permitió sobrevivir dos meses sepultado vivo en una mina, Edison Peña prometió completar el maratón de Nueva York aunque le tomase todo el día y las rodillas le hiciesen sufrir.

8 de noviembre de 2010

Uno de los 33 mineros chilenos rescatados el mes pasado tras permanecer 69 días atrapados bajo tierra, Peña cumplió el domingo con su desafío personal al emplear cinco horas, 40 minutos y 51 segundos para el recorrido de 42,2 kilómetros (26,2 millas).

Lo hizo en un tiempo casi 21 minutos menor a lo que había pronosticado el jueves, día en que llegó a Nueva York tras decidir a último momento participar en una de las maratones más famosas del mundo.

"Lloré dos veces de dolor por las rodillas", dijo Peña exhibiendo orgulloso su medalla por haber finalizado la prueba. "Pero no viajé tantos kilómetros para renunciar".

No fue fácil. El minero de 34 años dejó de correr cuando entró en Manhattan, el último de los cinco distritos de la ciudad por los que pasa la carrera.

Pero no fue un alto final. Se puso hielo en ambas rodillas y prosiguió con su empeño, siempre vitoreado por los espectadores, hasta que cruzó la meta en el Central Park, alrededor de las 3.30 de la tarde, tras haber comenzado en Staten Island a las 9.40 de la mañana.

Para sacudirse el aburrimiento y la depresión en un encierro a 700 metros (2.296 pies) bajo tierra, Peña recortó sus botas de minero con punta de acero hasta convertirlas casi en zapatillas deportivas y se puso a correr en las galerías de la mina. Fue rescatado el 13 de octubre.

Con una bandera de Chile, música de Elvis Presley en los parlantes y siempre ayudado con un protector en la rodilla izquierda, Peña finalmente cruzó la meta, donde le esperaba su esposa Angélica.

El chileno reconoció que en el kilómetro 28 (milla 18) se le cruzó por la mente la posibilidad de abandonar la carrera debido al fuerte del dolor en las rodillas, molestia que se agudizó por el encierro en la mina.

Pero el aliento de la gente que salió a las calles le dio el ánimo para continuar.

"Yo no soy de este país y había carteles que decían 'Go Edison', 'Hazlo Peña' ... gente que yo no siquiera conozco", relató. "La calidez de los estadounidenses es impresionante".

"En cada parte habían chilenos, eso más me motivó a que no iba a renunciar", añadió.

"Tiene un corazón muy grande, como un campeón", comentó Juan José López, un cocinero de 34 años que fue uno de los dos escoltas que acompañaron a Peña durante todo el trayecto.

"Este es un hombre extraordinario", añadió Mary Wittenberg, la presidenta del club organizador del maratón. "Nunca habíamos visto algo así. Nunca dudó en terminar".

Peña nunca había viajado fuera de Chile, pero desde el jueves fue el centro de la atención en Nueva York, subiendo a lo más alto del Empire State y con presentaciones en programas de la televisión estadounidense.

El domingo dio la largada del maratón desde una tarima en el puente Verrazano en Staten Island. Saludó a los corredores junto al alcalde Michael Bloomberg y acto seguido, con el número 7.127, se sumó a los aproximadamente 45.000 participantes procedentes de 100 países en la carrera.

Al enterarse de que Peña había corrido en las galerías de la mina, los organizadores del maratón le invitaron para que observase la carrera, pero posteriormente Peña manifestó su deseo de competir.

El esfuerzo valió la pena, según recalcó varias veces, para refrendar su mensaje a la gente de "sentirse libres y motivarles para participar en este deporte".

Y también fue "una señal de valentía y lucha contra mí mismo".

¿Volvería a Nueva York para otro maratón?

Peña no vaciló en responder afirmativamente: "Quiero demostrar que puedo hacer un mejor tiempo sin este dolor".