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MONSIEUR PIBE

El debut de Carlos Valderrama en el fútbol francés, indica que no le va a tocar fácil..

1 de agosto de 1988

El marco natural fue impresionante, el partido... no. Por eso, cuando el miércoles pasado en Annecy, Francia, el árbitro dio por finalizado un encuentro amistoso entre los clubes Montpellier y Auxerres, el único consuelo de los aficionados que asistieron fue la bonita vista que tiene sobre un lago, esta ciudad enclavada en los Alpes franceses.

Y es que fútbol del bueno, no hubo mucho. Ni siquiera un jugador del Montpellier que tenía el número 8 en la espalda y una curiosa melena rubia, se destacó especialmente al cabo de los 30 minutos. Esa opinión constituyó la síntesis del veredicto sobre el primer partido de Valderrama con el club francés. Aparte de que el Montpellier hasta ahora está ajustándose para afrontar la temporada francesa que comienza el 16 de julio, el jugador colombiano se encuentra en pleno proceso de adaptación. La nueva vida de "el Pibe" no es fácil. Además de cambiar de club, Valderrama ha cambiado de continente, de lengua, de cultura y de compañeros. Tal como anotara el entrenador del equipo, Pierre Mosca, "a Carlos hay que darle tiempo".

Esa convicción es compartida por el jugador colombiano. Con su conocida seguridad, Valderrama piensa que todo es cuestión de paciencia y trabajo. "La responsabilidad hay que ganársela" le dijo el crack al enviado especial de SEMANA.

Para que se cumpla ese objetivo, habrá que tener un poco de paciencia.
Hasta el momento, la principal dificultad de "el Pibe" es el idioma, motivo por el cual se le complica comunicarse con sus compañeros dentro y fuera del campo. Con la excepción del brasileño Julio César y del preparador físico de nacionalidad uruguaya, nadie más en el Montpellier domina el español.

El problema de la lengua es por ahora el culpable del lento proceso de ajuste. Además de la soledad que pueda sentir fuera de la cancha, el futbolista colombiano no puede todavía comunicarse en el campo de juego. Actos tan elementales como gritar, organizar y--si es el caso- discutir, son imposibles debido a la falta del francés.

Adicionalmente, Valderrama es todavía un desconocido en términos prácticos. A pesar de que los pergaminos de "el Pibe" son bien conocidos en Francia, en términos prácticos son pocos quienes lo han visto jugar.
Por más increible que parezca, casi la única referencia que tienen del colombiano en el Montpellier es el partido entre Colombia e Inglaterra, jugado hace un par de meses en Londres.

Ese hecho fue evidente en el partido del miércoles. Durante los primeros minutos de juego, Valderrama fue ignorado por sus compañeros y, para colmo, estuvo celosamente marcado por Waldemar Matysik, un polaco que juega para el Auxerres. Tal circunstancia explicó el flojo desempeño del colombiano el cual, no obstante, fue tan opaco como el del resto de jugadores del Montpellier. Si a Valderrama no le fue bien al comienzo, tampoco las "estrellas" conocidas del club (Julio César, Bernardet o Milla) brillaron.

Para la segunda mitad las cosas mejoraron sustancialmente. Desde el comienzo "el Pibe" recibió mucho más la bola y el equipo en general dominó ampliamente a su rival. Como consecuencia, el Montpellier empató el juego a los 28 minutos de la complementaria y estuvo en cercanías de obtener el triunfo.

La parte complementaria del encuentro le permitió a Valderrama mostrarse satisfecho una vez acabado el partido. Aunque el colombiano dejó en claro que todavía está muy lejos del ideal, la mejoria que tuvo al final demostró que su poder de adaptación es rápido.

Eso, claro está, no quiere decir que los grandes momentos del futbolista colombiano son inminentes. Tanto Valderrama como el técnico saben que habrá que tener un poco de paciencia y que tanto el aprendizaje del francés como el regreso del buen futbol son cuestión de tiempo. Por ahora "el Pibe" debe completar unos cinco partidos amistosos antes del comienzo oficial de la temporada y mientras tanto habrá que esperar hasta que el nombre de "Carlos Valderrama" empiece a ser coreado por los aficionados franceses. --