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| Foto: AFP

CICLISMO

Súper Sagan vuelve a vestirse de arco iris

Peter Sagan alcanzó su segundo título mundial de ciclismo de ruta. Colombia pasó un mal día, pues Fernando Gaviria se retiró y Rigoberto Urán ni siquiera tomó la partida.

Mauricio López Rueda, especial para Semana.com
16 de octubre de 2016

Al borde del inhóspito desierto Rub Al Jali, rodaron más de 200 nómadas sobre sus “Shagya” de carbono. Llegaron de todas partes del mundo, como hordas de Cruzados reclamando las tierras bíblicas que atestiguaron los éxodos de Jacob y Moisés. Desde Umm Al Afai, ‘El lugar de las serpientes’, un grupo de curiosos que cubren sus cabezas con Sufras o Shimagh, según la edad, asombrados por ver tan de cerca a ese inefable enjambre de mosquitos metálicos, que chillan haciendo rozar sus ruedas sobre el pavimento.

Los mundiales de ciclismo de ruta han llegado a su final en la cosmopolita capital de Qatar, Doha, ciudad que alguna vez fue conocida por sus pescadores, por sus perlas, por sus tradiciones milenarias, llegadas a Occidente en forma de poesía gracias a los relatos de Scherezade, pero que hoy es una metrópoli variopinta sin identidad, cuya población supera los dos millones de habitantes, aunque tan sólo 250.000 son cataríes. Hace un poco más de 60 años Qatar le pedía limosna a sus vecinos de la Península Arábiga, ahora se jacta de ser un emirato musulman de carácter liberal, capaz de patrocinar a los más sanguinarios grupos extremistas, y al mismo tiempo pagar por los mejores espectáculos del planeta, como los mundiales de ciclismo o el Mundial de Fútbol del 2022.

Pero a los ciclistas eso poco les importa, pues desde hace una decena de años se han resignado a ser parte de una caravana circense que le da la vuelta al mundo deleitando a todo tipo de públicos, incluso a los menos interesados, como por ejemplo los pueblos del desierto.

La prueba de ruta masculina para profesionales prometía emociones, sobre todo por el durísimo clima al que debían enfrentarse los pedalistas. Y así ocurrió. En los primeros 10 kilómetros de los 257 pactados para la prueba, una fuga le dio un vuelco al protocolo. Brayan Ramírez (Colombia), Nic Dougall (Suráfrica), Natnael Berhane (Eritrea), Ryan Roth (Canadá), Anas Ait El Abdia (Marruecos), Sergiy Lagkuti (Ucrania) y René Corella (México), se animaron a descubrir esos paisajes inquietantes de interminables desiertos salpicados de rascacielos, palacios y modernas autopistas. Lograron distanciarse del pelotón y alcanzaron una diferencia superior a los 11 minutos, hasta que los belgas, comandados por un ex campeón mundial, Tom Boonen, rompieron el orden del lote y entonces, por fin, la lucha por la camiseta arcoíris dio su inicio.

Al equipo colombiano de Carlos Mario Jaramillo todo le salió mal desde el principio. El plan B se arruinó en el hotel, cuando Rigoberto Urán anunció que no partiría debido a una fiebre. Luego se pasó al plan C, con Ramírez, inmerso en la fuga, pero el capitalino sufrió un pequeño percance, cayó de su bicicleta y fue absorbido por el pelotón. Seguía en pie el plan A: Fernando Gaviria, y mientras el joven nacido en La Ceja se mantuviera a rueda de los mejores, las esperanzas estaban intactas. Pero promediando la carrera el australiano Luk Durbridge, compañero de Chaves en el Orica BikeExchange, perdió el control de su máquina y se llevó a Gaviria por delante. Ambos rodaron por el piso, pero el colombiano llevó la peor parte: lesión de clavícula.

Para colmo, los vientos de costado provocaron cortes y el pelotón se dividió en mil pedazos, como las familias descendientes de Jacob, y a los “cafeteros” no les quedó más que aceptar la derrota. Ninguno completó el recorrido.

La batalla por las medallas quedó en manos de los europeos. El eslovaco Peter Sagan, campeón 2015 en Richmond, marchaba custodiado por su compatriota Michal Kolar, mientras que Mark Cavendish, ese Vestal británico de motor interminable, iba a rueda de Adam Blythe. Tras ellos los noruegos: Kristoff y Boasson Hagen; los belgas Boonen y Van Avermaet; los italianos Nizzolo, Bennati y Viviani; el holandés Niki Terpstra; y el australiano Michael Matthews. También iban colgados de un hilo de esperanza los españoles, con Valverde y Castroviejo, y los franceses, con Nacer Bouhanni y Arnaud Demare.

Antes de llegar al Corniche, el malecón de la Bahía de Doha, un lugar rodeado de Shouk Waqif y pequeños Dhows que ahora son barcos para turistas, el grupo puntero tenía una ventaja de más de un minuto sobre el lote perseguidor. Ya más de la mitad de los ciclistas se habían retirado, incluyendo los colombianos.

A ocho kilómetros de meta, con un segundo grupo respirándoles en la nuca, los punteros apretaron el paso gracias a la selección belga, casi completa en punta de carrera. Italia también aportó pulmones en el envión final, mientras que Sagan y Cavendish seguían agazapados como leopardos ante la presencia de un venado.

Terpstra, dos veces ganador del Tour de Qatar, se dio cuenta de que tenía que atacar de lejos para vencer a tan peligrosos rivales, y animado por su compañero Tom Leezer, se lanzó a los kilómetros finales en solitario. El “tulipán” del Etixx, sin embargo, fue capturado a 400 metros de meta y ni siquiera tuvo fuerzas para luchar por el bronce.

Entonces los vikingos noruegos mostraron sus arpones y saltaron a la batalla. Cavendish, Matthews y Sagan no los perdieron de vista. El srpint final fue de película, pero el eslovaco parecía un verdadero misil y rueda a rueda fue superando a sus competidores hasta tomar la punta, como un caballo purasangre. El rockero del extinto equipo Tinkoff convalidó su título del año pasado, y de paso amplió su leyenda como uno de los más voraces y valientes velocistas de todos los tiempos. Sagan se coronó campeón en Qatar, cobró su premio en euros y estrechó la mano del emir Al Thani. Seguramente, conociendo su personalidad, se dejó en los bolsillos algunos miles de Riyals para visitar más tarde las discotecas del downtown de Doha, donde seguro no escatimará en el precio del Vodka, una de sus bebidas, pues para él ya la temporada terminó, y de qué forma, reafirmándose como campeón del mundo y con certificación UCI por ser el número uno del ranking mundial.

Al final el clima no fue tan catastrófico como se pensaba. Sí, hizo calor en la tierra de Aladino, Sinbad y Ali Baba, pero los ciclistas, como en tantas otras ocasiones, se adaptaron al termómetro y cumplieron con una cita más en la interminable agenda de espectáculos a los que están sometidos por la UCI.

Resultados finales

1. Peter Sagan (Eslovaquia) 5:40:43 (Oro)

2. Mark Cavendish (Gran Bretaña) mt. (Plata)

3. Tom Boonen (Bélgica) mt. (Bronce)

4. Michael Matthews (Australia) mt.

5. Giacomo Nizzolo (Italia) mt.

6. Edvald Boasson Hagen (Noruega) mt.

7. Alexander Kristoff (Noruega) mt.

8. William Bonnet (Francia) mt.

9. Niki Terpstra (Holanda) mt.

10. Greg Van Avermaet (Bélgica) mt.

Palmarés por países de los mundiales de ruta UCI

1. Bélgica, 25 oros

2. Italia, 19 oros

3. Francia, 8 oros

4. Holanda, 8 oros

5. España, 5 oros

6. Suiza, 3 oros

7. Estados Unidos, 3 oros

8. Alemania, 2 oros

9. Gran Bretaña, 2 oros

10. Eslovaquia, 2 oros