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PARIS ERA UNA FIESTA

El ciclista boyacense Cristóbal Pérez, fué homenajeado en el Moulin Rouje como uno de los tres mejores del mundo.

20 de diciembre de 1982

Como cualquier ejecutivo de la IBM, Cristóbal Pérez viajó a París y recibió su premio. Menos de 48 horas estuvo en la capital francesa, donde fue galardonado como uno de los tres mejores ciclistas aficionados del año. Un sencillo ciclista colombiano logró algo que ningún ciclista no europeo ha conseguido. En el célebre "Moulin Rouge" de París, el ruso Ivan Michenko y el alemán del Este, Bernard Drogan, acompañaron al boyacense y recibieron las Palmas de Oro luego de haber finalizado la temporada ciclística de 1982.
Mientras que el ruso ocupó el primer lugar, gracias al puntaje que obtuvo en un gran número de pequeñas competencias, el alemán Drogan aseguró su segundo puesto al ganar la prueba de ruta del mundial de ciclismo que se realizó en Leicester. Mientras que el primero logró el puntaje como tenista que compite en el Grand Prix, al alemán le bastó un golpe de suerte para ganar el embalaje final de una carrera que podía ser para cualquiera de los punteros. Pérez ganó la vuelta a Colombia y fue el mejor ciclista amáteur en el pasado Tour de L'Avenir. En esa misma prueba, el alemán terminó en el puesto veinticinco, a más de media hora del ganador Greg Lemond. El ruso no participó y seguramente poco hubiera hecho en los Alpes franceses. Lo de Cristóbal Pérez es un premio para todos los ciclistas colombianos que se han hecho respetables en estos tres años en las carreteras de Europa y América. Su presencia en el podio refleja que, año tras año, Colombia progresa. Y los ciclistas profesionales están inventando disculpas de cualquier tipo para evitar la presencia de aficionados en la Vuelta a Francia. No quieren vérselas con los escaladores colombianos, ni tienen el menor interés en arriesgar su prestigio y están haciendo todo lo posible para boicotear el Tour francés si asisten equipos aficionados. Por ahora, la Federación Colombiana ya adaptó el calendario nacional de pruebas para que el primero de julio, diez colombianos estén preparados para enfrentar a los mejores del mundo en la prueba reina del ciclismo.
Mientras los profesionales se las arreglan para permanecer en su torre de marfil, la gente del ciclismo mundial quiere compararlos en una misma prueba con los aficionados. Pero esa historia ocurrirá el año entrante. Este año ha terminado demasiado bien. Cristóbal Pérez estuvo en París cerrando en el Moulin Rouge una de las temporadas más brillantes del ciclismo colombiano.