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PISCIS: EL SIGNO DEL JUNIOR

Carlos Restrepo no sólo ganó el cuarto título del equipo tiburon, sino que además revivió al 'Pibe' y al 'Bombardero'.

17 de julio de 1995

ALLA ABAJO, DENTRO DEL TUNEL del camerino del Junior estuvo al borde de las lágrimas. Pero cerró los puños para poder aguantar la alegría que estaba por brotar de sus oj os.
Soportó pacientemente los golpecitos que, los periodistas y algunos curiosos, le daban en la espalda mientras le decían: "Felicitaciones Piscis", "Buena profe". Tres minutos después de recibir halagos y de dar entrevistas a la carrera, se abrió paso con dificultad entre la multitud, y con una sonrisa que le iluminaba toda la cara subió al bus en donde lo esperaban tranquilamente sus jugadores.
Desde el mismo instante en que el árbitro dio el pitazo final del partido del pasado miércoles frente a Santa Fe, Carlos 'El Piscis' Restrepo era quien tenía más motivos para estar feliz. Esa noche, después de 15 años de carrera como técnico, había alcanzado la mayor satisfacción profesional de su vida: ser el director del equipo campeón del fútbol colombiano.

REVANCHA
En realidad, si hay alguien a quien se le deba el título, es a este paisa de 43 años, quien en tan sólo cinco meses consiguió darle un giro de 180 grados a un equipo que terminó el año pasado destrozado por no haber llegado a la final. Pero sobre todo, por haber sido el hombre que logró revivir futbolísticamente a los dos jugadores que son la base y el espíritu del Junior: Iván René Valenciano y Carlos Valderrama.
El equipo de este año, ante todo, tenía un deseo de revancha por la temporada pasada: fue un grupo que quedó eliminado jugando bien, pero que terminó con el público en contra. Y eso precisamente fue lo que le hizo más daño. Además de la tristeza por no haber ido a la Copa Libertadores, los deportistas terminaron muy maltratados sicológicamente por las rechiflas barranquilleras.
Por eso desde cuando 'El Piscis' llegó al conjunto, lo primero que buscó fue restaurar la confiabilidad de algunos jugadores, y a través de ellos intentar contagiar al resto del grupo. Empezó por los dos grandes, Valderrama y Valenciano, porque él sabía que si lograba motivarlos, los demás jugadores los seguirian.
"Con Carlos Valderrama yo fui muy claro -dice Restrepo-. Lo único que le dije era del compromiso que él tenía con la gente del Junior, de ver un Carlos tranquilo que olvidara el año anterior, un Carlos que fuera a entrenar con alegría, porque de lo contrario no me servía. El se comprometió y me dijo que quería ser campeón con Junior y que quería trabajar". Desde ese momento 'El Pibe' siempre estuvo de primero en todo: en los entrenamientos, en las charlas y en los demás compromisos del onceno. A los pocos meses, el resultado se vio: fue elegido como el mejor jugador de la primera parte del campeonato. Basado en esa respuesta, Restrepo siguió reforzando la recuperación emocional de Valderrama a través de charlas, siempre tratando de estar muy cerca de él.
Con Valenciano el trabajo fue similar. 'El Bombardero' había terminado la temporada pasada abucheado por la misma afición de Barranquilla y futbolísticamente hecho un desastre. "Por eso -afirma 'El Piscis'-, desde el comienzo le dije que era necesario que se pusiera a punto para jugar, porque de seguir igual lo único que estaba haciendo era destruirse y nunca podría salir de la problemática en la que estaba metido ". Iván respondió de la misma forma que 'El 'Pibe'. Se puso a tono físicamente, y se comprometió con un trabajo a triple jornada para rebajar los ocho kilos de sobrepeso que tenía. Al poco tiempo de empezar el torneo llegó a la forma ideal y después los goles fueron su motivación.

EL MEJOR
Al ver que sus dos líderes estaban decididos a hacer un trabajo serio y a luchar por conseguir el campeonato, el resto del equipo decidió seguirlos y apostarle a la propuesta de 'El Piscis'. Los mismo jugadores reconocen el trabajo que con ellos hizo el técnico. "El año pasado había sido muy duro para mí, por el asunto de la Selección, por lo de Andrés y por las críticas que se me hicieron -dice Valderrama-. Pero para este campeonato el profesor siempre estuvo en los momentos difíciles, siempre apareció con las palabras adecuadas y siempre ha estado al lado del jugador dentro y fuera de la cancha, y eso es muy importante para uno".
Algo similar opina Valenciano:"'EI Piscis' es un técnico que sabe como estimular a los jugadores y siempre está pendiente de todos, para él por encima de futbolistas, somos personas".
Pero Carlos Restrepo no sólo fue un animador de los jugadores del Junior, también fue un estratega que supo aprovechar las virtudes ofensivas de Valenciano y Montecinos, al mismo tiempo que solucionó la principal falla del equipo: la defensa. Para algunos, él sigue la misma línea de la escuela antioqueña de Maturana y Gómez, pero 'El Piscis', a pesar de haber sido formado en el fútbol de Antioquia, siempre ha dejado su huella por los equipos por los cuales ha pasado.
No hay duda de que el Junior fue el mejor del campeonato, y que el sello de Restrepo dejó una marca. Desde el comienzo del torneo, Junior siempre estuvo en la punta. Algunos se atrevieron a afirmar, desde la sexta fecha, que el equipo tenía cara de campeón. Y no se equivocaron. El cuadro de Barranquilla alcanzó el título con un rendimiento del 70 por ciento en su línea de efectividad, algo muy parecido a lo conseguido por el Real Madrid -73 y el Juventus-71. Como local tuvo un rendimiento del 95 por ciento -40 de 42 puntos posibles- y ese pequeño residuo del 5 por ciento se escapó en un polémico empate con Santa Fe. Como si fuera poco, durante el torneo tuvo la delantera más efectiva -66 goles-, y la segunda valla menos vencida -37 anotaciones-.
Para algunos el fútbol se define de muchas maneras. Nunca repetidas, siempre inéditas, a veces sorpresivas, y en algunas ocasiones impensadas. Pero en este caso no. Desde hace cinco meses el Junior lo venía entregando todo: inteligencia, fervor, determinación, pero sobre todo buen fútbol y el resultado se vio la semana pasada, cuando a pesar de perder su último partido pudo arrancarle al cielo de Bogotá una estrella para que ondeara para siempre sobre las banderas de rayas rojas y blancas en Barranquilla.