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Por un centavo

Como ya es costumbre, los ciclistas colombianos estuvieron a punto pero no ganaron.

11 de junio de 1990

Si algo había identificado a la Vuelta a España desde este año, era que ninguno de los favoritos había atacado a fondo. En realidad se trataba más de jugar con los errores y la mala suerte de los contrarios que de vencerlos en franca lid. Así por ejemplo, el líder Marco Giovannetti alcanzó la camiseta amarilla sin atacar y la mantuvo sin grandes afugias hasta finales de la semana pasada.
Era por eso que se decía que la Vuelta estaba rara y que no había un corredor que manejara los hilos del pelotón. Los españoles guardaban la esperanza de que Pedro "Perico" Delgado, el ganador del año anterio, se envalentonara en alguna de las fracciones de montaña para demostrar de una vez por todas quién es el amo y señor de la ronda ibérica.
Pero no fue así. Algo similar ocurría con los colombianos, en especial con Fabio Parra y Lucho Herrera, aunque las posibilidades de este último se esfumaron en la semana anterior. Pero las cosas cambiaron en la etapa que el pasado viernes 11 de mayo, concluyó en el Alto de Cerler, un puerto de montaña de categoría especial.
Desde sus inicios, la fracción prometía estar movida. Con un promedio de velocidad bastante notorio, los corredores llegaron al pie del alto de Cerler con 45 minutos de anticipación a la hora señalada por los organizadores de la competencia. Los corredores europeos impusieron ese ritmo con la esperanza de neutralizar cualquier ataque de los escaladores colombianos. Pero al iniciarse esa cuesta final las cosas cambiaron. El colombiano Fabio Parra -de la escuadra española Kelme-, uno de los grandes favoritos para la victoria final, se lanzó al ataque en compañía de su coequipero Martín Farfán. En un arrancón intempestivo, los dos hombres se fueron alejando del lote y dejaron atrás al español Gastón Iñaqui, el único que tuvo arrestos para responder al embate. Poco a poco los dos hombres fueron ganando segundos con respecto al lote perseguidor, en el que se encontraba el líder Giovannetti, acompañado por Delgado y otros favoritos. Faltando dos kilómetros para la llegada, la diferencia en favor de Parra y Farfán era de 1:10 minutos. Pero en ese momento el lote reaccionó gracias a la labor de Delgado y de los colombianos Alvaro Mejía y Carlos Mario Jaramillo -los dos del equipo Manzana Postobón. Finalmente, Farfán cruzó vencedor, Parra entró de segundo y el lote de los grandes entro a un minuto más tarde.
Por fin se presentó una batalla en una vuelta que pintaba aburrida por la falta de emociones. El dividendo para Parra fue bueno: ganó cuatro puestos en la clasificación general y ascendió al cuarto puesto, quedó 25 segundos por encima de Delgado y a 1:35 del líder Giovannetti. Pero, a pesar de todos esos progresos, todo parecía indicar que a Fabio Parra no le iba a alcanzar la gasolina para llegar con la camiseta amarilla a Madrid.
Al día siguiente, el sábado 12, en una etapa llana que no prometía mayores acciones, el colombiano Alvaro Lozano -del equipo Pony Malta-Avianca-, estuvo escapado durante 222 de los 223.6 kilómetros de la fracción entre Banesque y Zaragoza. Llegó a estar con una ventaja de 10 minutos sobre el lote pero al final, en el último kilómetro, debió ceder ante la furia de los rodadores europeos que le dieron alcance y le sacaron el triunfo del bolsillo.
Al cierre de esta edición, Fabio Parra, el único colombiano que aún quedaba con posibilidades de ganar la Vuelta, debía enfrentar una dura prueba en la contra reloj plana de 40 kilómetros en Zaragoza, corrida el pasado domingo. Era de esperarse que el colombiano cediera algún tiempo en esa fracción ante hombres expertos en esos esfuerzos como el líder Giovannetti y el favorito Delgado.
Las intenciones de Parra eran de no permitir que Delgado lo sobrepasara en la general y perder el menor tiempo posible ante el puntero de la general. De otra parte, Parra no dudó en anunciar su ataque final, en la penúltima etapa, en la sierra madrileña.
Esa será su última oportunidad, si es que en la contra reloj no queda demasiado distanciado del liderato. También habrá que contar con lo que pueda hacer "Perico" Delgado para neutralizar el ataque del colombiano. Hasta el momento, el español no se ha empleado a fondo y es difícil saber cuáles son sus verdaderas condiciones. En la fracción de Cerler no pudo seguir el paso de los colombianos, pero es posible que estuviera reservando fuerzas para atacar en Zaragoza y en la sierra, adonde llegará sin haber hecho un gasto excesivo de fuerzas. De ser así, a Parra le habría hecho falta el centavo que completa el peso.
Esa era la incógnita del final de la Vuelta a España. Pero lo que sí estaba claro era que, aparte de Parra y Farfán -líder de la montaña-, de nuevo los ciclistas colombianos pasaron sin pena ni gloria por la segunda prueba por etapas más importante del mundo. Eso hace pensar que es necesario replantear muchas cosas o, de lo contrario, es posible que el Tour de Francia no pase de ser un lindo recuerdo. Y nada más.