Por qué la prensa británica da por acabado a Radamel Falcao

El "tigre" colombiano tuvo otra opaca actuación en el duelo de los octavos de final de la Copa de la Asociación inglesa de fútbol (FA, por sus siglas en inglés) contra el modesto Preston North End.

Su inoperancia en la delantera de Manchester United fue tal que los aficionados locales le dedicaron el cántico "qué desperdicio de dinero", en referencia al alto costo de su salario y su poca productividad.

Falcao llegó a préstamo por unos US$9 millones al comienzo de la temporada con una opción de compra para el club de Old Trafford de más de US$66 millones.

Las opciones de que eso ocurra parecen mínimas en este momento, en particular teniendo en cuenta las críticas que su entrenador Louis van Gaal ha aireado públicamente sobre su pobre desempeño.

La prensa británica se ha hecho eco del sentir de los aficionados y comienza a creer que el delantero colombiano, que -se dice- gana más de US$400.000 a la semana, es un total desperdicio.

Mejor sin él

Falcao ha anotado sólo cuatro goles en sus 19 partidos con la camiseta de Manchester United, completando los 90 minutos del partido en sólo cuatro ocasiones en sus cinco meses y medio en Old Trafford.

Contra el Preston no tuvo ningún disparo a la portería y fue sustituido en el minuto 60 del encuentro con su equipo por debajo en el marcador.

Incluso su salida del campo fue motivo de burla por los medios y aficionados en Inglaterra, que publicaron una serie de memes en las redes sociales por la reacción de Falcao cuando fue anunciado su cambio.

"Otra noche de nada", criticó el exfutbolista y comentarista de la BBC, Martin Keown, cuando el jugador de 29 años se retiraba del campo.

"Te preguntas si lo volverás a ver portando la camiseta de Manchester United. No creo que haya ofrecido mucho", concluyó.

Tigre domado

Entre los partidos como titular de Falcao se encuentran dos de los tres que Manchester United ha disputado en la Copa FA, el Yeovil Town y el Preston North End, ambos de la tercera división del fútbol inglés.

En ambos, Falcao fue sustituido en el minuto 60 y no sumó ningún disparo al arco, ni siquiera por fuera de la portería.

Pero la mayor preocupación fue lo poco que participó en el juego en ambos partidos, siendo controlado fácilmente por defensas que en teoría son muy inferiores a su vitola de estrella mundial.

Falcao sólo tocó 26 balones contra Preston y en ningún momento se vio capaz de generar una acción de peligro.

"Simplemente no tuvo la velocidad para escaparse de la defensa del Preston", dijo Keown.

"¿Está bien físicamente? Está tratando de probar que es un jugador que debe estar aquí en el largo plazo pero no le está saliendo nada".

Con Falcao en el banquillo, Manchester United remontó el partido y ganó 3-1 para clasificar a los cuartos de final, donde chocará contra Arsenal en Old Trafford.

El delantero colombiano recibió la peor calificación en cada uno de los medios que cubrieron el partido y en las páginas de aficionados de los diablos rojos en internet.

En la mayoría hicieron referencia a que pasó completamente anónimo en el campo y a su falta de velocidad.

¿Puerta de salida?

La gran duda es si Falcao volverá a ser el mismo depredador del área que brilló en Argentina, Portugal, España y Francia antes de sufrir la grave lesión de rodilla que lo apartó del Mundial de Brasil 2014.

Él ha reconocido que está en un buen estado de forma, pero sus actuaciones reflejan lo contrario, hasta el punto que fue el mismo Van Gaal quien aseguró en diciembre que Falcao sólo podía jugar 20 minutos.

Teniendo en cuenta que Wayne Rooney y Robie van Persie son inamovibles, que Wilson brinda velocidad y que últimamente ha aparecido el belga Marouane Fellaini como una alternativa de peso gracias a su imponente físico, es difícil ver el futuro de Falcao en Manchester.

El representante del colombiano, Jorge Mendes, ya insinuó que el delantero "jugará en uno de los mejores clubs del mundo el próximo año, sea el United o no".

Una afirmación, que al día de hoy, la prensa británica tiene fundamentos para dudar de que eso ocurra.