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POR QUE VOLO EL "PALOMO"

La salida de Albeiro Usuriaga del fútbol argentino pone de manifiesto que a los jugadores colombianos les falta mentalidad competitiva internacional.

4 de septiembre de 1995

DE UN MOMENTO A OTRO NO APAreció más. Nunca volvió a ser la 'tapa' de la revista 'El Gráfico' ni el tema principal de las páginas deportivas del diario 'El Clarín'. Tampoco siguió figurando en el programa deportivo más visto en Argentina: Fútbol de Primera. Simplemente de un momento a otro alzó vuelo hacia el Necaxa de México.
No todos en Avellaneda -donde vivía Usuriaga en un tercer piso a pocos metros de la avenida Mitre- entendieron el por qué de su partida. Aquel negro grande de ojos saltones y pelo rasta había decidido abandonar el fútbol argentino para cambiarlo por el mexicano. Ni la pareja de uruguayos que ocupó el apartamento que dejó Albeiro, ni muchos de los hinchas del Independiente de Avellaneda entendieron por qué un futbolistá de la talla de 'El Negro', como le decían, decidió cambiar la fama, el coraje y la técnica del fútbol gaucho por el publicitario balompié azteca.
Unas pocas líneas en los periódicos fueron las encargadas de confirmarle a los seguidores del Independiente lo que se habían negado a creer. Y aunque muchos periodistas gauchos saben la verdadera historia de la salida de Usuriaga, ninguno decidió escribirla. Sólo la comentan en privado, mientras en público dicen que "esas son cosas del fútbol". SEMANA conversó con aquellos que conocieron los motivos del vuelo del 'Palomo' y logró establecer por qué lo volaron.
Hasta noviembre del año pasado Usuriaga parecía haber borrado con sus goles y su comportamiento la imagen de problemático que tenía. Realizó una campaña insuperable como delantero del Independiente y fue pieza clave para que consiguiera la Supercopa. El 'Palomo' estaba en el cielo y todo parecía indicar que había cambiado.
Pero según Beto Tisinovich, periodista de El Gráfico, "desde que terminó la Supercopa, Usuriaga no jugó ni el 10 por ciento de lo que había jugado. Rindió tan sólo de abril a noviembre, y durante este año tuvo una mala campaña". Para algunos, el descenso del nivel futbolístico del 'Palomo' coincide con la fecha en la que decidió cambiar de casa. Pasó de vivir en Avellaneda a ocupar una casa en el barrio Núñez, en donde viven algunos embajadores. Esto por sí solo no tendría nada de malo. Pero según Tisinovich, "Usuriaga empezó a visitar con mucha frecuencia los reductos nocturnos de salsa que quedan a muy pocas cuadras del lugar. Empezó a cambiar y se convirtió prácticamente en un antisocial".
Para ciertas personas esa actitud de 'El Negro' se debía a que sencillamente añoraba su tierra y extrañaba demasiado a sus amigos, y visitando esos lugares no se sentía tan lejos de Colombia. Sin embargo parece que la nostalgia pudo más que el profesionalismo. Empezó a llegar tarde a los entrenamientos y su rendimiento siguió bajando.
A mediados del primer semestre de este año se desató una lucha interna dentro de las directivas del Independiente. Esa pelea por el poder terminó con la salida del presidente, algunos directivos y el técnico Brindisi. En su remplazó llegó Miguel 'El Zurdo' López. Para algunos fue este nombramiento lo que determinó definitivamente la salida de Usuriaga. "La anterior junta directiva y Brindisi le permitían a Usuriaga algunos excesos. Brindisi era de mano blanda, mientras que 'El Zurdo' López es un técnico más estricto, mucho más duro. Y Usuriaga no aguantó, dijo a SEMANA Gustavo Ronsano, periodista del diario El Clarín.
Usuriaga pasó de ganar 3.000 dólares mensuales con Independiente a recibir 5.000 con el Necaxa. Para algunos, la salida y el cambio de decisión de 'El Negro' estarían explicados por este hecho. Sin embargo no todos comparten esa idea y por el contrario hay quienes, como Luis Hernández, jefe de redacción de El Gráfico, lo sintetizan en pocas líneas: "Usuriaga es el reflejo del fútbol colombiano, que aún no está mentalizado para competir a un nivel internacional. Los jugadores no siempre tienen un comportamiento profesional. No entienden que no se puede triunfar haciendo una vida deportiva a medias. Que deben sacrificarse unos cinco o seis años para después distrutar. Usuriaga salió porque le faltó mentalidad competitiva y prefirió ganar unos dólares más en un fútbol más fácil que el argentino".
Esta es quizás la mejor explicación de la salida de Usuriaga del Independiente. Y lo preocupante es que no es un caso aislado. En Alemania y España se comentaron cosas parecidas en torno a Adolfo Valencia y ya son conocidos los escándalos de Asprilla en Italia, por hablar sólo de los más famosos. Por lo pronto lo único que se puede esperar es que las próximas generaciones aprendan de los errores cometidos, para que en un tiempo no se diga en los corrillos futbolísticos cosas como las que se oyen en Argentina: "En el equipo no quiero más colombianos".-