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QUIEN DA MAS

Tres de los hombres de negocios más poderosos del mundo se pelean la compra del equipo de fútbol más rentable del planeta.

26 de octubre de 1998

La cifra fue escalofriante: 1.000 millones de dólares. Esta fue la suma que hace tres semanas ofreció el magnate Rupert Murdoch para comprar el club de fútbol más popular de Inglaterra, el Manchester United. El lunes de la semana pasada, sin embargo, la transacción, que parecía segura para el millonario australiano, se complicó y desató una pugna de grandes proporciones y astronómicas cifras entre varios de los hombres más ricos y poderosos del mundo.
En un intento desesperado por frenar las intenciones de Murdoch, Mick Hucknall, cantante del grupo de pop británico Simply Red, y Ted Turner, dueño de la cadena CNN, decidieron unir sus intereses y sus fortunas para superar la oferta del propietario de Sky TV.
Según el diario londinense The Independent, la CNN y Hucknall han destinado una suma cercana a los 700 millones de libras esterlinas _1.150 millones de dólares_ como contraoferta. El objetivo es uno solo: evitar que el Manchester caiga en manos del millonario australiano, principal competidor de la CNN en Estados Unidos. Aparte del buen negocio que representa la adquisición del club (ver recuadro), para algunos el interés de Turner no es otro que el de frenar la expansión deportiva de su rival, quien logró hacer lo mismo con él en Estados Unidos al adueñarse, entre otros negocios, de los derechos televisivos de la National Football League (NFL) y de 22 de los 30 equipos de la liga nacional de béisbol (ver gráfico).
En la primera semana de septiembre el Manchester había aceptado el ofrecimiento de Murdoch y las dos partes habían llegado a un acuerdo para la venta del club por 623 millones de libras esterlinas _1.000 millones de dólares_. Pero las leyes inglesas antimonopolio dicen que si surge una nueva oferta la empresa en venta está obligada a considerarla. Y eso es lo que, precisamente, están haciendo los directivos del Manchester.
Por si fuera poco, la semana pasada un tercer peso pesado en el mundo de los deportes entró en la pugna por adquirir el club inglés: Bernie Ecclestone, vicepresidente de la Federación Internacional de Automovilismo y máximo jerarca de la Fórmula 1. Aunque este nuevo inversionista no es tan conocido como Murdoch y Turner, o los otros tres magnates de los deportes (ver recuadro), Ecclestone está decidido a expander sus dominios. De hecho, ya ha incursionando en el mundo del fútbol. No sólo participa en el proyecto de la Superliga, el torneo que quieren organizar los grandes clubes de Europa, sino que, según los diarios ingleses, tiene listos 1.100 millones de dólares para intentar comprar el Manchester en compañía de un inversionista anónimo que se rumora puede ser Silvio Berlusconi. Para complicar aún más las cosas el grupo Enic _empresa dueña de los clubes Glasgow Rangers, Vicenza, AEK de Atenas y Slavia de Praga_ anunció en días pasados que iba por muy buen camino en su intención de reunir socios para sumarse a la pelea por el laureado onceno británico.
El anuncio de la venta del Manchester ha desatado una verdadera tormenta en el fútbol inglés, a tal punto que en los últimos días el interés por los resultados de los partidos de la primera división han sido desplazados por las repercusiones que la negociación ha producido en la Bolsa de Londres.
Las finanzas mandan. El rumor sobre el posible interés de algunos grupos, como la Sony, en la compra de otros equipos, principalmente del Newcastle, Aston Villa y Chelsea, hizo que subieran las acciones de todos los clubes que cotizan en la bolsa, incluido el colero del campeonato, Leicester City, que ganó un 15 por ciento en su valor.
La pelea por el Manchester está al rojo vivo y nadie se atreve a asegurar en manos de quién terminará el codiciado club. Lo cierto del caso es que las astronómicas cifras que se han manejado corroboran el porqué el fútbol, aparte de ser el deporte más popular del mundo, es uno de los mejores negocios del planeta.

UNA MINA DE ORO
En el negocio televisivo audiencia es sinónimo de ingresos. Y en este campo un club como el Manchester United es un producto muy apetecible. El equipo inglés es el segundo club de Europa, junto con el Juventus, con el mayor número de seguidores por televisión (ver gráfico). Por este concepto recibe 1,6 millones de dólares de regalías por cada partido jugado. Esta es tan sólo una de las razones por las cuales los grandes magnates se pelean la posesión del popular equipo británico. Pero no es la única. El pasado año fiscal el club obtuvo 45,3 millones de dólares en utilidades y antes de que finalice 1998 tendrá su propio hotel cinco estrellas.
Después de ver este panorama es comprensible el interés que despierta el club y porqué las acciones del Manchester United se han convertido en un tesoro. Cuando BSkyB, la empresa de Murdoch, divulgó hace unas semanas su intención de comprar al equipo, el valor de las acciones del Manchester subieron más de un tercio. Los 21.000 seguidores que poseen un 23 por ciento del capital están eufóricos. Y con razón. Según los analistas, las ganancias para este año rondarán los 164 millones de dólares.