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Louis van Gaal y Radamel Falcao García. | Foto: Archivo SEMANA

FÚTBOL

¿Y si van Gaal tiene razón sobre Falcao?

Aunque las relaciones entre el colombiano y el entrenador comenzaron frías, lo cierto es que el holandés le ha dado minutos suficientes al goleador para que demuestre su potencial.

17 de febrero de 2015

En el argot futbolero existe una máxima tan vieja como cierta: ‘para ser técnico de un equipo se necesita ser terco y dos fotos’. Uno de los mejores ejemplos de esta premisa es Luis Van Gaal. Controvertido, amado, odiado, pero sobre todo exitoso. Un entrenador frío y pragmático que ha ganado en casi todos los equipos en los que estuvo.

El holandés llegó al Manchester United como un redentor. Después de dirigir a la Selección de su país en el Mundial de Brasil –y terminar tercera- llegó al banquillo de un equipo convulsionado, en etapa de transición, que venía precedido de una temporada nefasta, con David Moyes a la cabeza, en la que no ganó nada y ni siquiera clasificó a competiciones internacionales.

Bajo ese contexto (agregando el fantasma de Sir Alex Ferguson, que siempre ronda), Van Gaal tuvo carta libre y bolsillos llenos para contratar un grupo de jugadores de élite mundial que enderezaran el rumbo de un barco que se hundía. A finales de junio llegaron las dos estrellas más cotizadas del momento: el argentino Ángel Di María y Radamel Falcao.

La contratación de Falcao fue al menos dispendiosa. Con el Mónaco de por medio, un agente tan influyente como oscuro, Jorge Méndez, y una supuesta puja con el Real Madrid, la transferencia tuvo altos y bajos.

Esto, sumado al contexto descrito, hizo que las expectativas frente al rendimiento del goleador fueran más que altas.

En las primeras de cambio, Van Gaal llevó progresivamente a Falcao. Le daba algunos minutos en los segundos tiempos. Minutos en los que el delantero fue soltando y alternando buenas y malas. Como ya es costumbre en el fútbol actual, la polémica surgió a partir de las declaraciones pospartido: esta vez las frases incendiarias del técnico estuvieron a la orden del día.

Van Gaal llegó a decir que “Falcao sólo está para jugar 20 minutos”. Frase que causó una inusual desaprobación en el país. Lo paradójico es que a partir de esta declaración el delantero colombiano se ganó un puesto en el equipo titular. Siempre en el frente de ataque, con todo un equipo que busca acompañarlo para que finalice las jugadas, casi siempre sin éxito.

Las cifras no son buenas

Las estadísticas de Falcao no son su mejor carta de presentación por ahora. Jugó 19 partidos con los ‘Red Devils’: marcó tan sólo cuatro goles, entregó cuatro asistencias y sólo tuvo 29 disparos al arco. Y por ahora el dato más preocupante: sólo en cuatro ocasiones completó los 90 minutos de un partido.

En este punto, la controversia crece como la espuma. Y si los técnicos son tercos, los hinchas pueden serlo aún más. ¿Plantea mal los partidos Van Gaal? ¿Utiliza a los jugadores en los lugares donde realmente son influyentes? Cuestionamientos que, en los últimos días inundan la prensa inglesa y los comentarios en redes sociales.

Más allá de entrar en una discusión llena de matices y posiciones subjetivas, hay que ceñirse a las frías estadísticas. Son ellas las que avalan la gestión del técnico holandés, que tiene a su equipo vivo en todas las competiciones en las que juega y ocupa el tercer lugar en la Liga Premier. Hace un año, para esta época, estaba en el octavo puesto.

¿Paternalismo excesivo?

Mientras que periodistas y aficionados en Inglaterra le exigen a Falcao como la estrella que es, en Colombia lo sigue cubriendo una espacie de protección paternalista. Es claro que ‘el Tigre’ le ha entregado muchas alegrías al país: sus goles fueron determinantes para que la Selección clasificara al Mundial de Brasil. Además, en los equipos en los que ha estado dejó la bandera colombiana muy en alto.

Pero este crédito no es suficiente para compensar la expectativa que tenían de él en Inglaterra. Aficionados, prensa y el propio entorno del fútbol inglés ven en Falcao una superestrella que debe rendir sí o sí, sin excusas ni remilgos. Por supuesto, en Colombia las exigencias son otras: pesa más el cariño que se ha ganado y hasta duele ver a una de nuestras estrellas casi que sufriendo una camiseta que no termina de calzarle.

Pero este fútbol moderno es de cifras y euros, no de consideraciones. El Manchester United pagó más de nueve millones de euros por la cesión de Falcao y tiene una opción de compra que ronda los 66 millones. Gana semanalmente la friolera de 400 mil dólares. Estas cifras, las más determinantes, son las que han puesto en entredicho el rendimiento del goleador.

Técnicos como Van Gaal, aficiones como la del Manchester y mercados como el fútbol inglés no admiten consideraciones o excusas. Ninguno se detiene a recordar la grave lesión que sufrió el Tigre o la intermitencia en sus aparciones: todos le exigen como lo que es, un goleador de raza.

Y Falcao sólo podrá cambiar esta historia haciendo lo que mejor sabe: goles.