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REVANCHA CIBERNETICA

Por un millón de dólares Kasparov se enfrenta nuevamente a Deep Blue, la supercomputadora de la IBM. ¿Podrá el hombre triunfar de nuevo sobre la máquina?

2 de junio de 1997

Desde el sábado pasado y hasta el próximo domingo los ojos del mundo ajedrecístico estarán puestos en el Equitable Center de Manhattan. Durante esos días una revancha sin precedentes, pactada a seis partidos, volverá a revivir la vieja polémica de si la inteligencia artificial puede llegar a ser superior a la humana.
Hace poco más de un año, cuando se jugó el primer match entre el campeón mundial Garry Kasparov y la supercomputadora Deep Blue, el tema fue primera página del diario The New York Times, provocó análisis en todo el mundo y fue descrito por la revista Time como "el fin de la civilización tal y como la conocemos". Fue una batalla entre el intelecto humano y una máquina capaz de calcular 1.000 millones de movimientos por segundo. "El 10 de febrero de 1996, mientras Estados Unidos se distraía con el crecimiento de Pat Buchanan en las encuestas electorales y otras trivialidades algo grande sucedió" afirmaba Time sobre el encuentro. Ocho días más tarde Kasparov se ganó por cuatro juegos a dos los 400.000 dólares del premio, mientras el equipo de ingenieros que diseñó a su contrincante tuvo que conformarse con los 100.000 del premio de consolación. Pero para esta revancha, que le dará al ganador 700.000 dólares y al perdedor 400.000, tal parece que las cosas serán a otro precio.
Para ese primer encuentro, en febrero de 1996, Kasparov contó con la relativa ventaja de que Deep Blue nunca había sido probada en competencia y por lo tanto sus creadores desconocían muchas de las 'reacciones' que pudiera tener la computadora ante determinadas jugadas. Desde el momento mismo en que Kasparov, considerado como uno de los jugadores de ajedrez más grandes de la historia, venció a la máquina, un equipo de científicos unidos a expertos en computación y asesorados por el maestro de maestros en ajedrez Joel Benjamin se dedicaron durante estos 13 meses a la tarea de perfeccionar la computadora. Entre otras cosas le aumentaron la memoria, doblaron su velocidad para realizar cálculos y al procesador paralelo le instalaron microchips especializados en ajedrez que le permiten a la máquina establecer el valor de cada pieza en determinadas posiciones.
Frente a estas innovaciones, los expertos que el año anterior vaticinaron la victoria de Kasparov, esta vez no se han atrevido a pronunciarse a favor del hombre o la máquina. Sin embargo, no se sabe si esas mejoras lograrán superar la ventaja intuitiva de la inteligencia humana, que fue lo que en últimas permitió la victoria de Kasparov. Por lo pronto, la batalla entre el hombre y la máquina sólo se resolverá el próximo domingo. Las implicaciones son infinitas.