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SE VOLTEO LA TORTA

Tras 50 años de fútbol profesional los jugadores colombianos empiezan a ser más apetecidos enArgentina que los propios argentinos en Colombia.

16 de febrero de 1998

Aunque a Diego Armando Maradona le cueste trabajo reconocerlo no hay duda de que Colombia está cambiando la historia. Los hechos recientes lo demuestran. Que Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Mauricio Sernacomanden los refuerzos extranjeros del Boca Juniors, y otro más, Juan Pablo Angel, haya sido llamado a probar suerte en el encopetado River Plate, no es una simple casualidad del destino. Al fin y al cabo no son sólo ellos. El joven zaguero de la Selección Colombia, Iván Ramiro Córdoba, una de las mayores promesas del balompié nacional, enfila baterías para debutar en el San Lorenzo de Almagro; Wilmer Cabrera realiza su oficio en la tarea de ganar la titularidad en el Independiente de Avellaneda mientras su compañero de equipo, Farid Mondragón, hace rato es figura de un onceno en el que también se destacó, a pesar de sus descarríos y durante más de una temporada, el 'Palomo' Albeiro Usuriaga. Todo esto sin contar con que hasta hace una semana John Jairo Tréllez militaba en Boca, antes de su traslado a Europa, y con que el joven Giovanni Becerra hace parte de las inferiores del equipo de la Bombonera. Los ocho colombianos que hoy pertenecen a escuadras profesionales gauchas de primera línea marcan un contraste interesante con los 12 argentinos que participaron en el campeonato colombiano en el torneo pasado, algunos de ellos sin ni siquiera ser titulares, una proporción significativa si se tiene en cuenta que desde hace 45 años y hasta épocas recientes, el fútbol criollo fue argentinodependiente. La cuota extranjera estaba liderada de lejos por los herederos de Adolfo Pedernera y Alfredo Di Stéfano y la mayoría de ellos se convertían en la atracción del equipo cada vez que pisaban el césped. Hoy el panorama ha cambiado. No sólo el promedio de extranjeros ha descendido a 1,3 jugadores por equipo, sino que quienes llegan tienen que demostrar sobrados méritos para destacarse en un torneo que cada día es más competitivo en el ámbito suramericano y en el que los colombianos han demostrado en más de una ocasión su superioridad técnica en relación con los importados.El coraje es la claveSi bien hasta la contratación del 'Pitufo' Antony de Avila, a mediados de los 80, en el Unión de Santa Fe, la llegada de jugadores criollos al fútbol argentino había sido más un experimento que fruto de un verdadero interés de los técnicos gauchos por los futbolistas colombianos, la llegada de Albeiro Usuriaga al Independiente de Avellaneda, en 1994, se encargó de voltear la torta. A pesar de sus frecuentes pilatunas que acabaron en una sanción por dopaje, el 'Palomo' demostró en las temibles canchas argentinas que los colombianos tenían madera para sortear con éxito un campeonato de tanta entrega y coraje como el argentino.La otra catapulta habían sido las eliminatorias a USA 94, durante las cuales la selección demostró una madurez que, aunque temprana, estaba llamada a abrir las puertas de un nuevo capítulo en la historia del balompié nacional. Y este nuevo capítulo lo está viviendo ahora mismo la propia selección, con nueve de sus titulares jugando por fuera de Colombia, un instante sin precedentes en el desarrollo de este deporte en el país. Quienes se han encargado de abonar el terreno argentino para provocar el pequeño pero significativo éxodo de jugadores criollos a la tierra del tango han sido Farid Mondragón, Jorge Bermúdez y Oscar Córdoba. El éxito del primero como arquero de Independiente, unido a la excepcional campaña de los segundos en Boca Juniors, colmaron de confianza a los dirigentes gauchos. Bermúdez fue catalogado por la revista El Gráfico como el mejor de su puesto en el torneo pasado, y tanto Bermúdez como Córdoba ocuparon la segunda casilla en sus respectivos puestos en una encuesta realizada entre 100 cronistas argentinos. Hace poco le preguntaron a Carlos Salvador Bilardo si le gustaba la idea de llevar a Freddy Rincón a jugar con el Boca Juniors. "No quisiera tenerlo en mi equipo _contestó _, Rincón no llora cuando pierde". Esa pasión que el técnico argentino, campeón del mundo en México 86, reclamaba, es la que sacaron a relucir los colombianos en la pasada campaña. Y es precisamente eso lo que tiene al 'Chicho' Serna al borde de debutar con el Boca y a Iván Ramiro Córdoba en el San Lorenzo. El reto más difícil será para Juan Pablo Angel, quien tendrá que "comerse el césped" _en términos argentinos_ en su intento por emular en el River Plate a un monstruo de la categoría de Marcelo Salas. Sin embargo el hecho de que haya sido convocado a integrar el que es considerado como el mejor equipo del continente es una confirmación más que sobrada de la confianza que los argentinos tienen hoy en el fútbol colombiano.