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SEGUNDO DEBUT

A punta de goles Carlos Valderrama comienza a acomodarse al fútbol europeo.

8 de agosto de 1988

El comienzo tenía que ser por la puerta grande. Por eso, cuando la semana pasada el jugador colombiano Carlos "El Pibe" Valderrama fue la estrella indiscutida de su equipo --el cuadro francés Montpellier-con ocasión de la celebración del "Torneo de París", nadie pudo imaginar una mejor manera de empezar a jugar en Europa. En dos partidos amistosos y jugando a media máquina, el astro samario dejó en claro que tiene las capacidades necesarias para triunfar en el Viejo Continente.

Las expectativas previas al torneo no eran pocas. Los periodistas franceses sabían que Valderrama se había destacado en Colombia y que era una de las contrataciones mas llamativas de la temporada. El sábado 2 de julio, la cadena 5 de televisión transmitió un especial sobre el colombiano y el martes pasado, la revista especializada France Football le dedicó su carátula. Con tanta propaganda a cuestas, a muchos les pareció natural que el diario parisino L'Equipe, anunciara la venida de Valderrama a la ciudad luz con un expresivo "Un rey donde los príncipes", haciendo referencia al estadio de la capital francesa. No obstante, Valderrama tenía que justificar las expectativas. A pesar de su fama entre los periodistas, lo cierto es que a nivel del público el colombiano seguía siendo prácticamente desconocido. Esa impresión, afortunadamente, comenzó a cambiar el miércoles en la tarde, cuando Valderrama fue objeto de todas las miradas al hacer algo que no es precisamente su especialidad: los goles.

En efecto, el jugador colombiano se desempeña mejor como "armador" y raras veces se le ve marcando anotaciones. Sin embargo, dos buenos pases en los minutos 50 y 55 de juego, le permitieron a Valderrama hacerse presente en el marcador.
La impresión dejada fue tan buena que al otro día L'Equipe anunció en primera página que "el equipo vedette del último campeonato y su nueva estrella, Valderrama, conquistaron al Parque de los Príncipes".

Más llamativo aun fue el despliegue de la televisión. Gracias a que el encuentro tuvo lugar en París, el desempeño del colombiano fue reseñado por todas las cadenas grandes y al día siguiente un canal de T.V. por cable transmitió en diferido la final del torneo, jugada entre el Montpellier y el Paris Saint Germain. El partido fue definido por tiros desde el punto penal, después de que el marcador terminara empatado a un gol. Una vez más, Valderrama cumplio su cometido y anotó limpiamente, devolviéndole la tranquilidad a su equipo (los dos jugadores anteriores habían fallado) que acabó venciendo al cuadro parisino.

La victoria del Montpellier fue celebrada profusamente en Colombia, casi como si se tratara de la de un equipo nacional.

La realidad, sin embargo, acabó siendo más fría. Una vez pasada la euforia inicial, tanto el propio Valderrama como el entrenador del Montpellier, Pierre Mosca, reconocieron que las cosas en serio sólo empiezan desde el 16 de julio, fecha de apertura de temporada francesa.
"Hay que seguir trabajando", le dijo el jugador colombiano en el Parque de los Príncipes, al enviado especial de SEMANA.

Aunque en comparación con el primer partido, jugado por el astro samario en Francia a finales de junio, la mejoría es grande, es innegable también que todavía falta un buen trecho. "Carlos tiene que correr más y encajarse dentro de nuestro esquema de jugo", anotó Mosca.

Esas cavilaciones, sin embargo, fueron olvidadas temporalmente por los medios colombianos que la semana pasada se hicieron presentes en el Parque de los Príncipes para ver a Valderrama. Ante los ojos aterrados de los franceses, los periodistas invadieron el terreno de juego y organizaron allí una mini-rueda de prensa con el colombiano. Claro que esa cara de sorpresa no fue nada comparada con la que puso un periodista yugoslavo, quien miraba a los enviados especiales de Caracol con ojos desorbitados, cuando éstos decidieron recrear "en directo" los goles de Valderrama, una hora después de finalizado el partido.

El entusiasmo de los medios colombianos era, de alguna manera, justificado. Aparte de los comentarios de franco tropicalismo, lo cierto es que el désempeño de Valderrama fue importante, no tanto por la victoria ni por el torneo en sí, que no alcanzó a despertar el interés de la afición: la verdadera utilidad de los partidos de la semana pasada fue la de darle confianza al colombiano, quien se demostró a sí mismo, a sus compañeros y al público que, como dicen los especialistas, "tiene con qué". Aunque es indudable que el camino será duro y que no es posible esperar grandes cosas a la vuelta de la esquina, también parece claro que Valderrama saldrá adelante y que dentro de un tiempo "El Pibe" empezará a volverse garcon. --