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Remontó lesiones y revivió a su selección, Suárez, un futbolista único. | Foto: AP

BRASIL 2014

Suárez y diez más: Uruguay 2 – Inglaterra 1

El astro uruguayo devolvió la vida a la celeste, que jugará su pase a octavos frente a Italia. El cartel de God Save the King en su nombre no resultó exagerado.

Alejandro Pérez
19 de junio de 2014

En un despliegue impresionante, Luis Suárez le demostró al mundo por qué es el jugador del año. Después de sortear lesiones e incertidumbres, jugó el partido clave, uno de eliminación y levantó a su selección, cual Lázaro, de la muerte futbolística en la que parecía haber caído.

En el primer tiempo de un partido disputado con gallardía en su mayoría, con dos equipos buscando la victoria que necesitaban, con acción en las áreas, fue Suárez el que abrió el tanteador a los 39 minutos. La jugada empezó con una triangulación en el mediocampo, Suárez se conectó con Lodeiro, Lodeiro sorteó botes y marcajes y encontró a Cavani, que se acercó al área y congregó tres defensas ingleses. Midiendo sus tiempos y los de su compañero que después de iniciar la jugada picaba hacia el área, Cavani sacó un centre quirúrgico, lejos del alcance de Jagielka pero con curva directa a la cabeza del “Rey”. Suárez lo hizo ver fácil, impactó el balón suavemente, pero con la curva suficiente para bañar a Hart. Fue un verdadero golazo.

El hambre uruguaya parecía saciada, e Inglaterra fue a buscar el empate, se resistía a caer y quedaba tiempo. Chocó contra la pared, se encontró a Muslera en varias ocasiones, pero al fin en el 75 cayó el empate que merecía. Sturridge –de pobre partido hasta ese momento- apareció con buena jugada individual por la banda derecha, sirvió un balón a Glen Johnson que en gran jugada burló a su marcador al entrar al área y sirvió el pase de la muerte a un Rooney que no podía fallar. El delantero anotador, como Messi, pero quizás con menos futuro en la Copa, desató el grito de gol que tan embotellado tenía tras apariciones en el pasado.

El 1 – 1 obligó a los charrúas a salir a buscar de nuevo, un gusto para sus hinchas que se comían las uñas con la versión defensiva y paciente de su selección.

De un saque de meta de Muslera vino el segundo y concluyente. La pelota volo por los aires, pegó en una zaguero inglés y habilitó la posición de Suárez. El rifle no dudó en llevarse el balón, mirar en una fracción de segundo al arco y planear el remate, ese que dejó vivo a Uruguay y dejó a Inglaterra dependiendo de un milagro para clasificarse a octavos de final. Hart no pudo hacer nada, al 85, Inglaterra vio su mundial esfumarse. Ahora depende de vencer a Costa Rica en la última fecha, por muchos goles, y esperar un resultado favorable en el otro partido.

Por el lado celeste, el rey no ha muerto, viva el rey Suárez. Él y la Uruguay del maestro Tabárez se jugarán la vida contra Italia en otra batalla de ese gran grupo "D la muerte". Hasta ahora el mejor del mundial.