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¡Sueña, Colombia!

La alegría que ha desatado la gran actuación de Colombia en el Mundial sub-20 de Emiratos Arabes Unidos debe ser ahora respaldada por los equipos locales. Todo con un fin: consolidar a corto plazo una gran selección de mayores.

15 de diciembre de 2003

Por estos dias Reinaldo Rueda y sus pupilos, como también lo hizo Eduardo Lara con el equipo sub-17, les han hecho recordar a los aficionados del fútbol colombiano la famosa selección que dirigió Luis Alfonso Marroquín en 1985 en el suramericano de Paraguay y que después cumplió un buen papel en el Mundial de la Unión Soviética tras alcanzar los cuartos de final. Por estos días, gracias a estas destacadas participaciones en los mundiales de Finlandia y Emiratos Arabes Unidos, se está volviendo a hablar de "procesos" y de un prometedor futuro para el fútbol colombiano como el que se vivió en aquel entonces.

Después de la victoria en octavos de final ante Irlanda, Colombia se daba por bien servida. Sin embargo, la alegría se multiplicó por 10 tras la victoria ante Emiratos Arabes Unidos, el equipo de casa. Por primera vez en la historia de la categoría sub-20 Colombia alcanzaba la semifinal y aseguraba así un lugar dentro de los cuatro mejores del mundo. El equipo mostró jerarquía y después del gol de Montaño, en el minuto 14 del primer tiempo, administró el balón durante la mayor parte del partido. Un actuación que permite pensar que el fútbol colombiano tiene nuevos argumentos y que la crisis de la selección de mayores no ha afectado a las categorías juveniles, que son la base del futuro.

Pero para que esto no se desvanezca en medio de la euforia es necesario que los clubes que disputan el campeonato profesional colombiano también se sintonicen con la idea. La Dimayor parece haberlo entendido así y esa fue una de las principales conclusiones en la asamblea que se llevó a cabo la semana pasada. Además de la norma vigente durante 2003 y que obliga a los equipos para que comiencen los partidos con al menos un jugador sub-19 dentro del terreno de juego, ahora se exigirá para 2004 que también haya un sub-21 entre los titulares al inicio del partido.

Esta regla que busca darles ritmo de juego a los juveniles es un primer paso para que los prospectos del futuro no sólo puedan mostrar sus verdaderas condiciones cuando visten la camiseta de la selección. Desde ahora ya hay detractores a la norma pues, según ellos, en lugar de un sub-21 debería exigirse que fuera un sub-20, pero si se mira bien los técnicos al verse obligados a disponer de un sub-19 y un sub-21 ya tendrán que tomar cada vez más en cuenta a los juveniles a la hora de disponer de sus planteamientos tácticos. Ya no podrán darse el lujo de cumplir con la norma un par de minutos para relevarlos rápidamente pues 'desperdiciar' dos cambios no sería una buena idea.

En la actual selección de Rueda hay jugadores que han sido titulares en sus equipos y han tenido cierta regularidad gracias al apoyo de sus técnicos: Yulián Anchico en Deportes Tolima, César Fawcett en Junior, Jaime Castrillón en Medellín, Erwin Carrillo en Unión Magdalena, Abel Aguilar en Cali, Víctor Montaño en Millonarios y José Julián de la Cuesta, Abimeler Rivas y Edixon Pérez en Nacional. Los demás han tenido un poco más de dificultades para sobresalir y es allí donde toca trabajar.

Y si ellos son, literalmente, el futuro del fútbol nacional, los propios técnicos de los clubes deben convencerse de esto para consolidar un proceso más sólido que los vistos en el pasado. De esa famosa selección que dirigió Marroquín, René Higuita, Eduardo Niño, Felipe Pérez, Romeiro Hurtado, Nilton Bernal, Wilmer Cabrera, Jairo Ampudia, Orlando Maturana, Alvaro Nuñez, John Jairo Trellez, John Edison Castaño, entre otros, cumplieron en sus equipos del rentado nacional pero muy pocos dieron el paso hacia una selección de mayores.

De la juvenil dirigida por Finot Castaño que disputó el Mundial de Chile en 1987 hubo jugadores que más tarde participarían en la de mayores como Oscar Córdoba, Wilson Pérez, 'El Niche' Guerrero y Oscar Pareja. Si bien no se puede pedir que el ciento por ciento de los jugadores juveniles sean los mismos que lleguen a la mayores pues hay muchas circunstancias que se presentan durante su formación (como sucedió con John Edison Castaño, una gran promesa que se vio frustrada por una grave lesión), lo que se piensa actualmente es que ese número sí puede aumentar en el corto plazo.

Por este motivo Jaime de la Pava, actual director técnico de la sub-23, es el preferido de un gran sector de la prensa deportiva para que dirija la de mayores en reemplazo de Francisco Maturana. Con él, sobre el papel, se daría continuidad a un proceso que hasta el momento ha estado muy bien dirigido por Lara y Rueda.

Al superar en cuartos de final a Irlanda cuando el partido parecía escaparse -vale la pena destacar que el equipo se repuso anímicamente después de que en sólo seis minutos pasó de ganar 2-0 a terminar 2-2- Colombia mostró que estaba convencida de la validez de su estilo de juego, lo que le permitió alcanzar el gol de oro en un momento anímico muy adverso. Ahora le espera una prueba de fuego. Se trata de España, su adversario en la semifinal, que se juega este lunes al mediodía de Colombia.

Se siente un gran movimiento en los procesos juveniles. ¿Cómo hacer para que la de mayores no sea un cuento totalmente diferente? Depende del técnico que se ponga al frente y que se sintonice con Lara, Rueda y De la Pava (si él no llega a ser el elegido). Ojalá así sea pero, por el momento, hay que aplaudir lo hecho por Lara y por Rueda. Como siempre, el deporte en medio de muchas adversidades, se las arregla para seguir dándole alegrías al país. La participación de la sub-20 en Emiratos Arabes ha sido un gran regalo de Navidad que invita a pensar en un próspero año nuevo.