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SUEÑOS DE LIBERTAD

Una demanda contra la ley que regula el traspaso de jugadores profesionales en Colombia revive la polémica sobre el tema.

5 de mayo de 1997

La situación laboral de los deportistas profesionales _en especial la de los jugadores de fútbol_ ha sido objeto de polémica en todo el mundo. No son pocos los analistas que han comparado su situación con la de los esclavos:los empresarios los compran, los venden y los prestan sin que se tengan en cuenta para nada sus opiniones. Y no son pocos los intentos que se han hecho en el mundo para terminar con esa situación.Hace apenas dos años Europa _el más desarrollado de todos los mercados futbolísticos_ se estremeció con una sentencia de la Corte Europea de Justicia que apoyó una demanda del futbolista belga Jean Marc Bossman contra el sistema de transferencias de jugadores entre clubes y entre países de la comunidad (ver recuadro). Y algo similar podría pasar en Colombia en los próximos meses.A mediados del segundo semestre de 1996 se demandó ante la Corte Constitucional la segunda parte del artículo 34 de la ley 181 de 1995 ("...ningún club profesional podrá transferir más de dos (2) jugadores o deportistas en préstamo a un mismo club, dentro de un mismo torneo") por considerar que esta parte del artículo constituía una restricción a la libertad económica consagrada en el artículo 333 de la Constitución Política. Recurriendo al derecho de intervención consagrado en el decreto 2531 de 1992, Carlos González Puche, Felipe de Vivero y Juan Felipe Pinilla solicitaron a la Corte Constitucional adicionar la demanda con otros artículos de la misma Ley que tienen que ver con todo el sistema de transferencias de jugadores profesionales.La idea se le ocurrió a González, quien hoy es abogado y fue jugador de Millonarios y América en los años 80 porque, según dijo a SEMANA, "los derechos deportivos que tienen los clubes sobre los deportistas van más allá del ámbito profesional. De manera directa los clubes tienen potestad sobre la libertad del jugador y en un momento dado llega a afectar sus derechos fundamentales Yo viví eso en carne propia". Para los demandantes hay artículos que implican no sólo una violación de la libertad de empresa sino inclusive una violación de las libertades individuales. Es el caso del artículo 32, que en uno de sus apartes dice: ".. se deduce que de manera absoluta, los únicos legitimados o autorizados para poseer, registrar, inscribir, o autorizar la actuación de un jugador... son las personas jurídicas". Léase los clubes.Con ese artículo, según los demandantes, se le está negando al jugador la posibilidad de vender y disponer libremente de su fuerza productiva y de paso se le niega la facultad de escoger y ejercer libremente una profesión. Esto lo que demuestra, dicen, es lo denigrante y absurdo del sistema de pases y transferencias para deportistas que opera en el país, especialmente notorio en el caso de los futbolistas.Otro aspecto al cual apuntan es la forma como se dirimen los desacuerdos laborales entre un jugador y su club. Estos deben resolverse de acuerdo con el artículo 23 del régimen del jugador de fútbol de la Dimayor, el cual prohíbe que éste juegue mientras sus derechos deportivos están en litigio. Lo que quiere decir que si un futbolista demanda a su club no podrá volver a jugar durante el tiempo que demore en resolverse el pleito.Aunque sobre el papel la ley que reglamenta lo concerniente a los traspasos y derechos deportivos rige por igual para todos los deportes profesionales del país, es un hecho que en la práctica los únicos deportistas que son considerados como profesionales, y que por lo tanto están sometidos a la reglamentación existente son los futbolistas. La importancia de la solicitud radica en que es la primera vez en la historia de Colombia que se le pide a la Corte que se pronuncie sobre estos aspectos. Si la alta corporación acoge la solicitud _y falla la inconstitucionalidad, lo que es todavía más difícil_, nadie duda que podría producirse un verdadero revolcón en el deporte colombiano. nn La ley181viola las libertades individuales de los deportistasLa sentencia BossmanEl belga Jean Marc Bossman nunca fue un gran jugador de fútbol. Sin embargo logró inscribir su nombre en las páginas de este deporte el 15 de diciembre de 1995. Ese día, después de cinco años de pasearse por los corredores de los tribunales, ganó una demanda contra la Uefa ante la Corte de Justicia Europea en Luxemburgo. Con esa sentencia Bossman sentó las bases para revolucionar el fútbol de la Comunidad Económica Europea.La sentencia Bossman, como la llamó la prensa, terminó con algunas de las prácticas restrictivas que la Uefa, siguiendo las reglas de la Fifa, impuso a todos sus afiliados durante décadas. La Corte consideró que el sistema de transferencias de jugadores y los límites al número de futbolistas extranjeros que podía tener un club violaban los acuerdos de la Unión Europea sobre la libre circulación de trabajadores. Hasta antes del fallo, si a un jugador de fútbol se le terminaba su contrato o simplemente no quería seguir formando parte de un club, no podía ir a buscar otro equipo a menos que contara con aprobación de sus directivas y su nuevo equipo o él mismo cancelaran la suma exigida por la transferencia. Eso fue lo que le sucedió precisamente a Bossman.En 1990 Jean Marc era parte del equipo Lieja de Bélgica. Las directivas del club decidieron reducir su sueldo a la tercera parte tras argumentar que él no era titular y su contrato estaba por finalizar. Bossman, al enterarse de esta situación, decidió buscar por su propia cuenta un nuevo equipo, consiguiendo que el Dunkirk de Francia se interesara por sus servicios. A pesar de que para ese momento Bossman ya no era parte del Lieja, el club belga impidió su traspaso al fútbol francés al pedirle al equipo galo una astronómica suma por el derecho de traspaso de Bossman. El Dunkirk se negó y Jean Marc decidió demandar al Lieja, a la federación belga de fútbol y a la Uefa por una suma cercana a los 450.000 dólares por daños y perjuicios.Con lo que no contaba Bossman es que cinco años más tarde no sólo ganaría el dinero de la indemnización, sino que terminaría haciendo temblar a Europa con la decisión de la Corte de liberar el mercado de futbolistas en el viejo continente.