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Lo que muy pocos sabían era que esta pelea pudo pasar a mayores después del partido.

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El Tino Asprilla reveló que un conocido narco le pidió autorización para matar a Chilavert

En el programa ‘Faustino, el grande’, el exfutbolista contó la anécdota sobre cómo el capo Julio Ferro le dijo que estaba listo para “matar a ese gordo Chilavert”.

12 de noviembre de 2019

Uno de las peleas más recordadas de la historia de la Selección Colombia la protagonizaron Faustino Asprilla, Víctor Hugo Aristizábal y el arquero paraguayo José Luis Chilavert. Los hechos se dieron en 1997, durante la derrota 2 a 1 frente a Paraguay en Asunción, Paraguay.

Todo empezó porque el arquero paraguayo le lanzó un escupitajo y la reacción del colombiano fue darle un puño. El árbitro los expulsó a ambos, pero la gresca no paró ahí y el polémico portero fue a buscar al delantero al banco y le lanzó otro puño.

El Tino no tuvo tiempo de reaccionar y quien salió en su defensa fue Víctor Hugo Aristizábal, lanzándole una patada voladora a Chilavert. Ahí tuvieron que intervenir los encargados de seguridad y la Policía.

Lo que muy pocos sabían era que esta pelea pudo pasar a mayores después del partido.

Según cuenta el Tino en el programa de Telepacífico ‘Faustino, el grande’, que se estrenó este fin de semana, le ofrecieron acabar con la vida de su oponente.

De acuerdo al relato del exfutbolista del Parma, fue contactado en esa noche por el narcotraficante Julio César Correa Valdés, alias ‘Julio Fierro’, que le pidió “autorización” para atentar contra el arquero guaraní.

 “Me entra una llamada y alguien me dice: ‘Soy Julio Fierro; podés llegar acá a mi hotel, estamos caletos’. Llegué y ese man estaba como con 10 personas más, todos borrachos, y con hembras paraguayas”, dijo el futbolista que acudió junto con Aristizábal.

“Fui con Aristizábal y nos dijeron: ‘Necesitamos que ustedes den autorización porque estos 2 manes se van a quedar aquí en Asunción, porque quieren ir a matar a ese gordo Chilavert’”, cuenta el Tino.

Según el delantero, él fue tajante manifestando que no hicieran nada y que era una cosa que se debía “quedar” en la cancha de fútbol.

“Les dije: ‘¿Cómo así?, ¿ustedes están locos?, van a acabar con el fútbol colombiano, eso no puede ser. Lo que pasó en la cancha, quedó en la cancha. Chilavert me pegó el puño, alegamos, nos expulsaron y ya, eso termina ahí’”, agregó el Tino.

Sin embargo, los mafiosos insistieron: “Esos sicarios decían: ‘Patrón, denos la orden’… Tenían unas pistolísimas”.  

Finalmente, el Tino dice que su rival en el campo nunca supo el peligro al que estaba expuesto. “Chilavert nunca se dio cuenta. Fue un momento complicado”.

Julio Fierro fue el esposo de Natalia Paris, desapareció en 2001 y sus propiedades fueron avaluadas en 10.000 millones de pesos.

Según la investigación que hizo de la Unidad Nacional para la Extinción de Dominio y contra el Lavado de Activos, la indagación sobre las propiedades avaluadas en 10.000 millones de pesos se dio por un informe realizado en el 2002 por el desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). En dicho documento la entidad dio cuenta sobre la presunta relación que mantenía Correa con el jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar.

Durante la indagación, el organismo de seguridad tuvo en cuenta las versiones de varios testigos, los cuales aseguraron que Correa era la misma persona a quien se le identificaba con el alias de ‘Julio Fierro’. Desde ese entonces, al narcotraficante se le conoció como socio de Escobar, por lo que se ordenó una investigación por parte de un fiscal de Medellín.

Correa fue considerado una de las 114 personas que negociaron para el año 2000 con la justicia de Estados Unidos para obtener su libertad a cambio de prestar su colaboración con las agencias antidrogas, suministrando rutas de embarque, localización de cargamentos de coca y cuentas bancarias fruto del negocio del narcotráfico.

Ese pacto fue avalado por la Fiscalía General de Estados Unidos sin el conocimiento de las autoridades colombianas. El hombre que fue ‘puente’ en esa negociación, en la que intervinieron la CIA, la DEA, Aduanas y la dirección de impuestos de ese país (IRS), fue el colombiano Baruch Vega, quien terminó acusado en una Corte Federal de Miami por obstrucción a la justicia y lavado de dinero. Un año después de ese escándalo Vega demostró ante la Corte de Miami que todo el trabajo que realizó fue autorizado por dependencias del gobierno de Estados Unidos.

La colaboración de Ferro con los Estados Unidos habría sido la causa de su asesinato por parte de antiguos socios que temían que los delataran.