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Una loa para el “Gordito”

Javier A. Borda Díaz
25 de junio de 2006

Ronaldo es una leyenda viviente, un crack. Muchos lo ven gordo, de salida, como un brasilero más que ve de cerca la desdicha del retiro. No muy tarde tendrá que hacerlo, pero su legado es demasiado brillante. Y si bien su total luminosidad se ha opacado, lo poco que ha hecho hasta ahora en el Mundial de Alemania ya le ha bastado para ser catalogado como uno de los más grandes en la historia del fútbol. El hombre de Río de Janeiro no hizo gol contra Croacia y tampoco ante Australia. Por eso, Ronaldo Luiz Nazario de Lima empezó a recibir críticas del mundo entero. Él se quedó tranquilo, como hizo cada vez que se vio en dificultades. Esperó entonces una nueva oportunidad y de nuevo fue titular en el partido contra Japón. Ahí, calló a los soberbios. Ronaldo marcó primero un tanto con golpe de cabeza y después igualó una marca mundial con un trallazo fuera del área. El ex jugador de Cruzeiro, PSV. Barcelona, Inter y Real Madrid juntó su talento con el de Juan. Enfocó y disparó. Hizo un golazo que no sólo movió a su país, sino a la mismísima tumba de Gerd Müller. En tierra alemana, Ronaldo anotó el pasado jueves 22 de junio –fecha para recordar- su gol número 14 de los mundiales e igualó el registro del “Bombardero” Müller, uno de los más exquisitos goleadores de la tierra teutona. El brasilero ya había hecho cuatro goles en Francia 1998 y ocho en el campeonato de Corea y Japón 2002, donde fue absoluto goleador. Lo curioso es que, aún así, le siguen diciendo que está gordo y que no juega bien en la Selección ni en el Bernabéu. ¿Ronaldo, gordo? ¿Malo? Será, mejor, un “gordito extraordinario”. El más grande de Brasil, Pelé, se quedó con 12 goles en los mundiales (claro que lo afectaron las lesiones); el francés Fontaine llegó a 13 y el húngaro Kocsis a 11. Ellos, con o sin inconvenientes, están detrás de Ronaldo en la lista, al igual que Maradona, Eusebio, Klinsmann, Garrincha, Rossi, Kempes, Lineker, Romario y todos los que se quieran. Los ojos hoy, en pleno Mundial, están puestos en la magia de Ronaldinho, pero deberían también hacerle un guiño a Ronaldo, quien ganó la Copa América, la Intercontinental, la Liga Española, la UEFA… Además, fue considerado el Mejor Jugador del Mundo, de Europa y varios reconocimientos más ha recibido a lo largo de su trayectoria. Ha sido, en conclusión, de malas en el amor, pero de buenas en el juego: conquistó los mundiales de 1994 y 2002, fue finalista en el 98, y ahora tiene la oportunidad de alcanzar su tercer trofeo orbital, como lo hizo Pelé en el 58, 62 y 70. "Lo peor que le puede pasar a un futbolista le ha pasado a él. No porque le digan gordo, sino por las lesiones que ha sufrido y de las que se recuperó debido a su inquebrantable capacidad de lucha", dijo David Espinar, portavoz de Ronaldo. Y lo comparto. Ni siquiera las duras lesiones que ha sufrido -rotura de los ligamentos de la rodilla- han acabado con él. Tampoco la supuesta gordura y su entredicha decadencia.