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Un obrero falleció electrocutado en las obras de la Arena Pantanal, el estadio de Cuiabá donde jugará Colombia contra Japón. | Foto: A.P.

COPA MUNDO

Los ocho muertos que ya deja el Mundial

Un octavo obrero falleció en las obras de la Copa Mundo, que por los retrasos, trabajando contrarreloj y sin seguridad laboral.

9 de mayo de 2014

La FIFA "ha vivido un infierno" preparando el Mundial de Brasil. Las palabras son de Jerome Valcke, el secretario general de la organización internacional, por los retrasos, las jugarretas políticas, las protestas que han tenido que enfrentar para organizar la Copa. Pero en Brasil, la FIFA no es la única que ha sufrido.

El jueves Mohamed Ali Maciel Afonso, un trabajador de 32 años falleció electrocutado en las obras del estadio de Cuiabá, donde jugará Colombia contra Japón el próximo 24 de junio. La Arena Pantanal es uno de los estadios que a casi un mes de la inauguración, aún no está listo y donde las obras trabajan a marcha forzada.

Afonso es la octava persona que muere en accidentes de trabajo en obras mundialistas. "Se está haciendo una pericia en el lugar, el cuerpo aún está allí", dijo el vocero, que explicó que la zona del accidente será "aislada" y el resto de las obras continuará normalmente.

Afonso, que deja dos hijos, era empleado tercerizado de la empresa Etel, responsable de la iluminación, sonido y pantallas del Arena Pantanal. Al momento del accidente, el trabajador estaba instalando unas lámparas en un corredor del estadio. En un comunicado, el ministro de Deportes, Aldo Rebelo, lamentó la muerte de Afonso y envió condolencias a familiares y amigos.

Como en Manaos o Brasilia, es muy probable que la Arena Pantanal de Cuaiabá termine convirtiéndose en un elefante blanco. La ciudad de 500.000 habitantes, que es la puerta de entrada al Amazonas, solo tiene dos equipos - Mixto y Operario – que juegan en la serie D y en el campeonato estatal respectivamente. A pesar de una inversión que supera los 240 millones de dólares, no hay como llenar la Arena cuando se acabe el Mundial.

Los otros muertos


La Arena Corinthians en Sao Paulo, donde han muerto tres obreros.

A medida que se acerca el pitazo incial, la presión para completar las obras se intensifican y los accidentes se han vuelto cada vez más frecuentes. Desde noviembre, ha fallecido en promedio un trabajador por mes. Las lamentables cifras de seguridad laboral brasileñas contrastan con los dos muertos que hubo en la organización de Suráfrica 2010.

La última muerte registrada en las obras de un estadio mundialista fue en Sao Paulo el 29 de marzo. Un trabajador murió al caer de una altura de ocho metros cuando trabajaba en la instalación de las tribunas provisionales del Arena Corinthians, que será la sede del partido inaugural.

En noviembre, en ese mismo estadio de Sao Paulo, otro accidente fatal dejó dos muertos y parte de una tribuna destruida, llevando a un nivel crítico el cronograma. Valcke ya admitió resignado que el Itaquerao -como se conoce familiarmente al estadio- sería entregado en el "último minuto".


Dilma Roussef, que en pocos días comenzará su campaña por la reelección, visitó el jueves el estadio paulista, saludó a los obreros, se puso un casco de construcción, pero no evocó el tema de los accidentes.

El 7 de febrero pasado, otro trabajador murió en Manaos (norte) cuando una pieza metálica le cayó en la cabeza mientras desmontaba una grúa de gran tamaño en el estadio Arena da Amazonia.
En total, murieron en accidentes en obras en estadios mundialistas tres personas en Sao Paulo, tres en Manaos, una en Brasilia y ahora una en Cuiabá.

Los 12 estadios del Mundial debían ser terminados el 31 de diciembre, pero al día de hoy cuatro siguen en obras: Cuiabá, Sao Paulo, Curitiba y Porto Alegre.

Qatar, que organiza el Mundial de 2022, también ha tenido serios cuestionamientos por el uso de mano de obra semi esclava para construir sus estadios. El diario británico The Guardian y después la ONG Amnistía Internacional denunciaron que inmigrantes nepaleses e indios construyen en Qatar las obras mundialistas en condiciones más que precarias.

A muchos les quitan sus papeles apenas llegan, no les pagan sus sueldos y trabajan jornadas de más de 12 horas sin seguridad, descanso ni alimentación. Según la investigación, en estas condiciones podrían morir alrededor de 4.000 obreros antes de que empiece el Mundial.