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¡Vergüenza!

La Selección Colombia de fútbol volvió a recordar épocas aciagas cuando cualquiera la goleaba. ¿A qué juega el equipo de Maturana?, 60665

15 de septiembre de 2003

Luego de la eliminacion de Colombia al pasado Mundial de Fútbol en Corea y Japón un gran sector de la prensa deportiva, al hacer una mirada retrospectiva, lamentó el empate de la selección ante Brasil en Bogotá

pues otros equipos sí consiguieron derrotarla en condición de locales, entre ellos Ecuador, un rival con el que Colombia debía disputarse un cupo. Coincidencialmente ese fue el primer partido de las eliminatorias, como ocurrió ahora. Lo irónico es que tras la derrota por dos goles contra uno ante Brasil en Barranquilla muy buena parte de ese mismo sector de la prensa apareció de nuevo, pero esta vez diciendo que no importaba pues una derrota ante Brasil era lo lógico y que la eliminatoria arrancaba para Colombia ante Bolivia.

Pero en La Paz, como tanto se ha dicho, la selección jugó el peor partido de los últimos años y no sólo quedó sumergido en el último lugar de la tabla de posiciones, al lado de Venezuela, sino que lució entregado, falto de confianza, de argumentos deportivos y de liderazgo en los hombres que más experiencia tienen. La expulsión infantil de Iván Ramiro Córdoba, el bajo nivel de Yepes, de Giovanni Hernández, de Aristizábal, de Jairo Patiño y de Fabián Vargas, quienes, en teoría, debían presionar en el mediocampo mucho más de lo que hicieron Grisales y Jorge López Caballero en el partido ante Brasil, tampoco funcionaron. El único que sacó la cara fue el debutante John Viáfara y, por momentos, Juan Pablo Angel, quien a pesar de errar en las dos más claras opciones que tuvo Colombia corrió todo el tiempo, solitario, en el frente de ataque.

Lo que queda claro es que la culpa no es solamente de Maturana. Sobre el papel, el planteamiento táctico que se dispuso ante Brasil era el correcto, con cinco volantes que, en teoría, evitarían la proyección de Roberto Carlos y Cafú. Pero nadie pudo contenerlos ni tampoco Colombia tuvo el control del balón, algo en lo que Maturana siempre insiste y que con el tiempo se ha llamado 'toque-toque'. Su error fue incluir a Víctor Hugo Aristizábal ante Bolivia después de que el propio jugador ya había anunciado su indisposición en el equipo y su decisión de retirarse. Ese fue el más claro error de Maturana pues en lo demás, sobre el papel, ante Bolivia la selección saldría con dos atacantes y con mayor vocación ofensiva, obviamente teniendo el balón la mayor parte del tiempo. Pero tampoco fue así y hasta los impasables Yepes e Iván Ramiro, orgullo de esta selección, lucieron torpes y lentos. Así es que la culpa no es sólo del director técnico.

Como un leve consuelo es que para las demás selecciones tampoco ha sido fácil el arranque. La principal conclusión de estas dos primeras fechas es que los equipos -con excepción de Brasil, Ecuador y Chile- no han logrado sincronizarse en lo que sus directores técnicos buscan. Empezando por el propio Bolivia, que en su primer juego ante Uruguay cayó cinco goles por cero. Uruguay, que arrancó muy bien con esa goleada, después fue humillado por Paraguay cuatro goles por uno, victoria que para la selección guaraní apenas tapaba su primera salida en la que perdió por el mismo marcador ante Perú. Argentina no se ha salvado de las críticas tras dejar escapar un punto como local ante Chile y su victoria sobre Venezuela no dejó contentos a los aficionados. Perú también cayó ante Chile después de un buen comienzo ante Paraguay.

Lo cierto es que desde muy temprano Colombia ya empezó a jugar con las cuentas y a tratar de fabular con resultados de terceros pues todo indica que está destinada a pelear el cuarto cupo que le otorga la Fifa a equipos suramericanos. Brasil empezó con pie derecho y esos seis puntos de ventaja lucen imposibles de descontar. Argentina, a pesar de las críticas, marcha segundo y, como siempre, es un gran favorito por otro cupo. Chile y Ecuador también están ahí, con la tranquilidad de sus muy buenas presentaciones al terminar estas dos jornadas.

Lo que viene para Colombia no es fácil: Venezuela, rival que siempre se crece ante el equipo nacional, en el duelo de coleros, y Argentina, una dura prueba para cualquier selección. Otra derrota en alguno de esos dos enfrentamientos sería definitiva en los intereses de clasificar. Lo angustiante es que si se mira bien los convocados sí son los que mejor andan individualmente en los clubes. ¿Qué pasa, entonces, cuando se visten la camiseta de la selección? Según Maturana los jugadores lo respaldan y que, aunque contempló su renuncia, los propios pupilos le dijeron que siguiera al frente. Lo cierto es que si ante Venezuela y Argentina en noviembre no hay buenos resultados la salida de Maturana no debe tener discusión. Vienen dos meses de dura reflexión. Y ojalá una autocrítica inteligente reemplace las desgastadas frases de cajón que muchos ingenuos califican como "la filosofía del profesor Maturana".