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Slimani, autor del primero y asistidor del tercero. Figura del partido. | Foto: AFP

BRASIL 2014

Zorros desatados, Argelia 4, Corea del Sur 2

Con gran actuación de Slimani, los argelinos dieron cátedra de ataque y sumaron de a tres frente un Corea del Sur que despertó cuando era demasiado tarde.

Alejandro Pérez
22 de junio de 2014

Rabah Madjer, partícipe del triunfo mundialista de Argelia frente a Alemania en 1982 dijo a Semana antes del mundial que no sabía qué esperar de su selección, pero que deseaba que anotara, para divertirse; quería que sus coterráneos jugaran al fútbol. Dijo, sin prepotencia, que hasta ahora eran la mejor generación que había producido su país. Esa historia está a punto de cambiar.

Gran banquete se han dado hoy Madjer y los seguidores de la selección argelina. En su victoria más importante en la historia, y en términos de anotación la más abultada para equipos africanos en la historia –ninguno había anotado cuatro goles-, los zorros del desierto trituraron a fútbol a Corea del Sur y se inscribieron en la puja por el paso a octavos, en la cual son ahora los primeros opcionados, con tres puntos, +1 de gol diferencia y duelo contra Rusia en la última fecha (1 punto, -1 de diferencia de goles). Corea debe ganarle por varios goles a Bélgica -ya clasificada-, pero depende de sus otros rivales para acceder a octavos.

El equipo africano se dibujó distinto desde el inicio, cinco cambios pintaban la escena de un cuadro que tenía que jugarse la vida. En el primer tiempo, Corea tan solo tuvo cinco minutos de dominio, de resto vio como la presión de media cancha de Argelia y sus salidas en toque rápido o en pelotazo bien dirigido vulneraban. Uno de los jugadores que ingresó como titular y descrestó fue Brahimi, mediocampista con virtudes y velocidad que recuerdan a Pablo Armero.

Wilmar Roldán debe estar agradecido de la buena puntería y fútbol africanos, les negó un penal claro cuando el partido estaba aún cero a cero.

Al minuto 26 empezó el bombardeo. Un pase largo de Medjnani, al estilo de fútbol americano, fue defendido con el cuerpo y con velocidad por Slimani, que soportó la marca de dos coreanos y definió a la salida del portero. Era el uno a cero y el jubilo en un estadio que en su mayoría hinchaba a favor de Argelia. Pero el cartero golpeó dos veces en dos minutos. Tras cobro de tiro de esquina de Djabou, voló el central Halliche y madrugó a la salida de portero y a la marca de los zagueros. De cabeza y potente clavó el 2 a 0 que merecía el partido. Hasta ese punto había un equipo en la cancha.

El 3 – 0 llegó tras cesión de Slimani a Djabou –también alineado como titular por el técnico bosnio Halilhodzic-. Sucedió en el minuto 36, buen gesto técnico de Slimani al pasar el balón quebrando la cintura, y oportuno remate de primera del delantero que milita en en la liga tunecina.

Argelia ya había anotado tantos goles en un partido de mundial como ningún otro equipo africano lo había hecho.

Corea reaccionó el segundo tiempo, descontó rápido por medio de su figura Son, pero de nuevo hubo respuesta argelina. El partido de Brahimi, uno de sacrificio y en el que hasta el minuto en el que jugó corrió 10,13 kilómetros, se vio adornado cuando anotó el cuarto gol de su equipo. Se encontró en sociedad con Feghouli, toque, pared, toque, y de frente a la puerta no dudó y venció por debajo al portero Jung. 


Hubo un descuento más, pero el golpe de autoridad africano había quedado claro, los zorros del desierto no vinieron a este mundial a ver a los rivales jugar, y cuando tienen luz verde para buscar el arco contrario, pueden poner en problemas a cualquiera. Al celebrar su primer gol, Slimani se acercó a las cámaras y soltó un grito: "nous sommes ici", "Estamos aquí". Y el mundo del fútbol así lo entendió.