Crece escándalo de dopaje

Los hechos que han rodeado el escándalo por la nueva sustancia parecen sacados de una novela de suspendo e intriga al mejor estilo Hollywood, cuyo climax tuvo lugar el pasado jueves 16 de octubre, cuando Terry Madden, director de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos, anunció el descubrimiento de una sustancia indetectable hasta ese momento y con gran capacidad dopante.

Se trata de un esteroide anabolizante llamado Tetrahidrogestrinona (TGH), un poderoso compuesto cuyos efectos duran meses (se toman solo dos o tres gotas de forma sublingual). Detectarlo sólo es posible hasta tres días después de ingerido.

Madden supo de su existencia a través de un medio no menos sorprendente. En junio pasado, un entrenador estadounidense llamó a la Agencia, reveló la existencia de la sustancia y algunos nombres de deportistas que la usan. Para sustentar su información, suministró una dosis del componente. Doctores de la Universidad de California confirmaron entonces la versión del entrenador, cuya identidad aun hoy es un misterio.

El 17 de octubre, un día después, tres atletas de identidad desconocida fueron citados a declarar por un jurado federal. Más tarde, los medios conocieron que existe una lista de por lo menos 40 deportistas implicados en un escándalo internacional.

A partir de la fecha, han sido tomadas 350 pruebas a los participantes en los campeonatos de junio. Igualmente, la Federación internacional de Atletismo reabrió las 400 muestras de orina que tomó durante los Mundiales de agosto en París. Las pruebas son evaluadas a través de un método creado hace pocos días en los laboratorios del Comité Olímpico Internacional.

Los investigadores han determinado además, que seguramente la TGH fue creada en los Laboratorios Balco, propiedad de Víctor Conte, un famoso fabricante de suplementos alimenticios. Entre sus clientes, están deportistas como el beisbolista Barry Bonds y las atletas Marion Jones y Kelli White, la doble campeona del mundo en 100 y 200 metros de los Mundiales de París.

Hasta el momento, sólo han corrido la cabeza de tres deportistas, pero Madden sostiene que puede haber más y que se han fortalecido los controles para encontrarlos.

El pasado 23 de octubre el nombre del británico Dwain Chambers, el hombre más veloz de Europa salió a relucir como el primer resultado positivo.

Sin embargo Chambers y su entrenador dicen que jamás habían escuchado hablar del esteroide. Pero de ser comprobado el dopaje, podría ser suspendido por dos años y no participaría en los Olímpicos. Y peor aún, si se comprueba que el uso de la sustancia ha sido generalizada, podría ser suspendido de por vida.

Las versiones de los medios también indican que la mediofondista estadounidense Regina Jacobs es otra de las dopadas. Así como Kevin Toth, lanzador de peso.

Se prevé que el escándalo siga creciendo, sobre todo cuando otros nombres salgan a relucir y se determine de dónde salió la poderosa sustancia. La intriga todavía está en su mejor momento.