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Abriendo puertas

Existen más oportunidades para exportar de las que los empresarios colombianos creen. SEMANA las analiza.

5 de junio de 2000

Exportar es la alternativa. Así lo han entendido cientos de empresarios de todo el país que han decidido recurrir a los mercados internacionales para salir de la crisis. En el último año cerca de un centenar de empresas nuevas salieron a la conquista de mercados externos luego de que les fueran aprobados sus planes de exportación. La dura situación económica por la que atraviesa Colombia —que tiene deprimido el consumo interno— ha forzado a muchas compañías a ajustar sus actividades productivas a las características y peculiaridades de la demanda de las naciones industrializadas y de algunos de los países vecinos. Hoy por hoy el 63 por ciento de las empresas medianas y grandes del país exportan en promedio un 28 por ciento de su producción con una facturación que supera los 12.000 millones de dólares al año. Pero si bien en los últimos dos años ha aumentado el número de compañías que tienen sus productos puestos en el exterior el desempeño de Colombia en materia de exportaciones continúa siendo muy inferior al que le correspondería según el tamaño y dinamismo de la economía: mientras que el promedio de exportaciones per cápita en el mundo es de 875 dólares el de Colombia apenas llega a 270 dólares. Este bajo desempeño se explica —entre otros factores— por la falta de confianza de los colombianos en ellos mismos. Según Orlando Sardi, presidente de Proexport, “la incertidumbre de llegar a tierras desconocidas, el desconocimiento de los medios de transporte y de infraestructura logística, el miedo de tratar con otra cultura y la falta de credibilidad en nosotros mismos son los principales elementos que nos coartan de exportar lo que producimos“. La idea de que “sólo servimos para exportar café, petróleo o carbón” ha limitado el accionar de cientos de empresarios que fabrican productos de gran calidad a precios sumamente competitivos. “Si la gente supiera la gran acogida que tienen los muñecos colombianos en el Brasil, o los alimentos listos para perros y gatos en Centroamérica, o las arepas en Nueva York, no dudarían ni un instante en poner sus productos en estos lugares”, afirma Luz Marina Ferro, investigadora de la Universidad de los Andes y experta en el tema. La clase empresarial colombiana tiene que entender que el botín no está necesariamente en la exportación de café, flores, esmeraldas o textiles sino en el envío de obleas, barquillos, medias, jaulas, bronceadores y toda clase de bienes y productos que se fabrican en el interior del país y que el mundo entero demanda. SEMANA elaboró, con ayuda del Departamento de Investigación de Mercados del Ministerio de Comercio Exterior, una lista de los productos potenciales para exportar según el país de destino. En cada recuadro aparece una enumeración de los bienes exportables, así como de los posibles medios de transporte requeridos para el envío de la mercancía.