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AGOSTO NEGRO PA'L NEGRO

Por primera vez en un año, el dólar negro cae por debajo del cambio oficial

16 de septiembre de 1985

Es un hecho. El dólar negro es "caído". Confirmando lo que se ha dicho en Colombia durante años, en el sentido de que lo único barato que hay en el país es la divisa norteamericana, la semana pasada mostró cómo después de un año, el dólar en el mercado paralelo acabó cotizándose por debajo del oficial.
¿Coronada de los mafiosos? ¿Terminación de las vacaciones? ¿Caída del contrabando? Nadie lo sabe con certeza. Lo único evidente es que el viernes inmediatamente anterior, el negro se vendía en 150 pesos, mientras que la cotización del dólar oficial en de 150.15 pesos. Y eso no es nada. Los vendedores callejeros estaban pronosticando una diferencia mayor antes de finalizar el mes. Al fin y a cabo, sostienen, agosto no es tan sólo el mes de rebajas del comercio organizado, sino también la época en la cual el mercado del dólar negro se encuentra más deprimido.
La afirmación hecha, está confirmada por las cifras. Como aconteció en agosto de 1983 y agosto de 1984 durante 1985 el precio del dólar negro ha vuelto a caer, después de una carrera alocada que se desató en el segundo trimestre del año.
Lo ocurrido en esta oportunidad parece, sin embargo, tener causas diferentes a las de años anteriores. Según los conocedores del tema, mientras que en 1983 la divisa norteamericana se subió de precio debida principalmente a las crisis económicas de Ecuador y Venezuela, y en 1984 como consecuencia de la guerra contra la mafia de la droga, en 1985 no existe una razón clara que explique los saltos del dólar negro.
Al parecer, una parte de lo ocurrido se debe a la alta tasa de devaluación del dólar oficial durante los primeros meses del año. Así como ocurre en todos los mercados negros de divisas, en este caso existe una ligazón innegable con el tipo de cambio oficial (sin irse a los casos extremos de Bolivia o Perú) y cuando el gobierno abrió las compuertas de la devaluación, el mercado paralelo siguió el mismo camino. Esa senda fue alimentada por un componente claramente especulativo. Tal como sucedió en la Bolsa de Valores con los certificados de cambio, los negociantes en dólares negros empezaron a mover grandes cantidades de dinero con el argumento de que había que comprar "antes de que el dólar llegue a 200 pesos".
El manejo de esas expectativas empezó a generar un círculo vicioso en el cual siempre existía alguien dispuesto a comprar a un precio más alto. De tal manera, el dólar negro que en febrero estaba en 121 pesos (un peso por encima del cambio) pasó a 133 pesos en marzo, a 144 en abril y bordeó los 160 pesos en mayo (unos 22 pesos por encima del cambio).
La situación anterior fue alimenta da por la existencia de un componente claramente estacional en el mercado. La experiencia indica que el flujo turístico hacia el exterior que se produce a mediados del año, presiona la demanda de dólares negros haciendo subir los precios. Esto es normal por que, aparte de las divisas que compra para gastarse, el turista colombiano aprovecha la oportunidad para abrir o engrosar su cuenta en el extranjero.
No obstante lo anterior, tal parece que la demanda durante este año fue menor que la de los anteriores, pues a comienzos de junio el dólar negro empezó a bajar de precio. En opinión de los estudiosos del problema, lo sucedido fue lógico debido a que, como resultado de la especulación, el dólar negro se "sobre disparó" (overshooting, según los gringos) por encima de su precio de equilibrio y el mercado tenía que corregirse tarde o temprano.
En esta oportunidad, la corrección empezó muy temprano (es normal que en junio se llegue a los precios más altos) y se generó un movimiento especulativo, pero a la inversa. Es decir, quien había comprado dólares como inversión y empezó a notar que estaba bajando de precio, salió a venderlos, con lo cual, por unos pocos días, el negro se cotizó en julio en ni veles cercanos a los 145 pesos, el mismo nivel de tres meses atrás.
Ahora, los comerciantes en dólares tienen la impresión de que ya la época de las grandes fluctuaciones ha pasado. Los conocedores del tema sostienen que si se sigue el patrón normal de todos los años, septiembre debe traer una pequeña alza que debe sos tenerse hasta diciembre debido, una vez más, a la temporada turística, y al hecho de que los contrabandistas empiezan a adquirir dolares para tener listo su "surtido" para la época navideña.
No obstante tal "normalización" en el mercado del dólar negro, los economistas que estudian el tema sostienen que este ha dejado una serie de conclusiones interesantes, dentro de lo misterioso que es el mercado. En primer lugar, sostienen que es evidente que la oferta de dólares negros no se ha restringido y que se mantiene dentro de los niveles normales. Aparte de los rumores ocasionales sobre las coronadas de la mafia, se insiste en que, en promedio, el país recibe un flujo constante de dólares que contribuye a regular el mercado. La cuantía de ese flujo es un enigma total. Mientras que hay técnicos que dicen que no pasa de 10 millones de dólares mensuales, los vendedores callejeros elevan esa cifra hasta 200 millones de dólares.
Fuera de ese hecho, los especialistas anotan como la demanda de dólares negros parece haberse reducido. En lo que hace a la fuga de capitales, existe la impresión de que lo que se podía haber ido ya se fue, y las sumas que salen ahora son relativamente pequeñas. Tal impresión estaría corro borada por las cifras del Banco de la República en lo que hace a los egresos de la cuenta de servicios, la cual le permitía a los particulares comprar dólares oficiales para turismo y otras actividades, divisas que muchas veces acababan fugándose del país. Pues bien, según el emisor, hasta el 31 de julio pasado las salidas de dólares ascendían a 432 millones, en comparación con 450 para la misma fecha en 1984.
Tales circunstancias nacen pensar que todavía faltan algunos meses para que el dólar negro llegue al nivel de los 200 pesos, con el que tanto sueñan los vendedores callejeros. Los años anteriores han demostrado que las escaladas de diciembre son mucho más suaves que las de junio y ello haría pensar que, a lo sumo, el dólar negro va a estar entre un 15 y un 20% por encima del cambio oficial (o sea, en un rango de 180 a 190 pesos), antes de que empiece otra vez la caída de precio, típica de enero y febrero.
Con todo, queda en el panorama la incógnita de que algo puede suceder. El golpe dado por la policía peruana a los narcotraficantes la semana pasada podría influenciar la oferta de dólares y generar un ciclo especulativo. La noticia no había alcanzado a afectar el mercado, y las opiniones de los comerciantes de dólares eran contradictorias, motivo por el cual se cree que antes de dos semanas no se verán los efectos sobre el mercado, si es que se presenta alguno. Lo único evidente es que pasará mucho tiempo antes de que se llegue al extremo de Bolivia, donde por un dólar se paga un millón de pesos. Al comentarle esa cifra a un vendedor callejero, éste, después de soltar una exclamación, miró hacia el cielo y dijo: "¡eso ni en sueños!".--