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América Latina al rescate de España

Los mayores bancos españoles, Telefónica y Repsol están obteniendo ganancias en la región que superan holgadamente a las que les reportan las inversiones globales o la anémica economía nacional.

Alianza BBC
BBC MUNDO
5 de agosto de 2010

En medio de la profunda crisis que sacude a España, América Latina se ha convertido en un refugio para las grandes empresas de ese país.

Los mayores bancos españoles, Telefónica y Repsol están obteniendo ganancias en la región que superan holgadamente a las que les reportan las inversiones globales o la anémica economía nacional.

En el sector energético, Repsol YPF -la filial argentina de la compañía española- contribuyó con alrededor del 30 por ciento de los beneficios del grupo en el primer semestre de 2010.

En el sector bancario, la entidad líder española, el Santander, anunció ganancias del 20 por ciento en la región en comparación con las pérdidas de un 6 por ciento en Europa, mientras que su seguidor, el BBVA, vio una disminución de sus beneficios en el nivel global del 9,7 por ciento, aunque incrementó sus ingresos en América Latina en un 7,6 por ciento.

El mismo panorama se observa en Telefónica, que a fines de julio anunció ganancias del 16 por ciento en la región que compensaron la caída de las utilidades en España.

¿Relación mutuamente beneficiosa o ganancias injustificables gracias a la debilidad institucional regional?

El director de análisis económico del IE Business School de Madrid, Rafael Pampillón, cree que hay un poco de ambas cosas.

"El buen funcionamiento de la economía latinoamericana en medio de la crisis hace que las compañías españolas puedan aprovechar la actual situación. Muchas ofrecen servicios muy eficientes, igual que los bancos que financian a las empresas. Desgraciadamente, muchas de estas firmas operan en un régimen cuasi monopólico", le dijo a BBC Mundo Pampillón.

Como era de esperar, las opiniones están divididas.

El desembarco de los 90
Unos 500 años después de Cristóbal Colón, en la década de los años 90, España volvió a desembarcar en la región.

Esta vez no fue de la mano del renacentismo explorador y la cruz, sino del llamado consenso de Washington que, tras la caída del muro de Berlín, propuso la apertura económica, la privatización y la inversión extranjera para salir del subdesarrollo y superar la pobreza.

Argentina, Brasil, Chile y México absorbieron el 85 por ciento de la inversión directa española, Colombia, Perú y Venezuela se llevaron un 12 por ciento mientras que el resto se distribuyó entre Bolivia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

Energía, aviación, banca, hotelería y telecomunicaciones fueron sectores privilegiados que convirtieron a España en el primer inversor europeo en la región.

En todos estos países y en la misma España, la polémica que generó el segundo desembarco fue más que intensa.

El debate
Los simpatizantes puntualizan que la inversión española modernizó sectores estancados y ayudó al crecimiento regional.
 
"A este nivel ha habido un avance indudable. Lo que se necesita es introducir más competencia y que los gobiernos no tengan esa connivencia con las compañías que no es beneficiosa para nadie", puntualizó Pampillón.

Según esta versión, los críticos se apoyan en una visión anacrónica del capital extranjero que hoy en día no siguen ni los mismos países comunistas.

Sin embargo, en diálogo con BBC Mundo Fabian Amico, economista argentino de la Universidad de Luján, opina que el problema es otro.

"Se necesitaría una especie de contrato social de reciprocidad en materia de inversión y remisión de utilidades. Algunos países lo han hecho. Bolivia discutió la nacionalización de parte de la renta petrolera, negociando su explotación con empresas extranjeras porque no tenía recursos propios".

"Brasil lo hace dando préstamos con su banco de desarrollo para que las compañías extranjeras hagan cosas específicas. Se habla de comunismo o socialismo en relación con Venezuela y Ecuador. En realidad, es una negociación en este sentido", completó Amico.

Entre los consumidores ha habido muestras de descontento con los servicios prestados, como dejaron en claro una encuesta regional en 2002 (un 63% de rechazo) y diversos sondeos nacionales desde entonces.

El futuro
Más allá del debate, la realidad es que las empresas españolas están instaladas en América Latina y planean profundizar su presencia regional.

En una entrevista en junio con el diario El País, el director de la División América del banco Santander, Francisco Luzón, afirmó que el grupo apostaba a una estrategia de crecimiento en la región que debía llevar la bancarización (utilización del sistema financiero por parte del público) del 29 por ciento actual a un 54 por ciento.

Telefónica acaba de adquirir Brasilcel, firma líder en la telefonía móvil en Brasil -principal mercado regional de la telefónica-, y retiró la demanda que había presentado contra Argentina en el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones) por ruptura de contrato ante los excelentes resultados que ha obtenido en la telefonía celular en los últimos años.

"Hace cinco años, los españoles nos preguntábamos por qué habremos ido a América Latina. Ahora estamos agradecidos de haberlo hecho. Hay mercados de gran crecimiento como Brasil, Perú, México, Chile, Argentina. Las empresas españolas están encantadas con la región", le dijo a BBC Mundo Pampillón.