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ARDILA: SEMBRANDO PARA EL FUTURO

Detrás de la reducción de las utilidades de la Organización Ardila Lülle está la amortización de sus grandes inversiones recientes.

2 de junio de 1997

A primera vista el año 1996 no parece haber sido muy bueno para la Organización Ardila Lülle. Sus ingresos tan sólo crecieron 12 por ciento mientras que sus utilidades cayeron 27 por ciento, al pasar de 144.058 millones de pesos en 1995 a 105.151 millones de pesos el año pasado. Sin embargo los analistas consideran que en este caso los balances no cuentan la totalidad de la historia.
La cervecería Leona, uno de los negocios más audaces de los últimos años, está todavía en período de instalación. Durante estos primeros años la empresa tiene que asumir los costos de la inversión inicial, mientras que aún no se ven los frutos de la misma. No obstante, el desempeño de Leona puede ser considerado un verdadero éxito, especialmente si se tiene en cuenta que se enfrentaba a un monopolio de un cuarto de siglo en el mercado cervecero nacional. En algunas regiones, incluso, llegó a conquistar una porción sustancial del mercado. Así sucedió en Boyacá, el departamento cervecero por excelencia de Colombia, en el cual actualmente posee cerca del 40 por ciento del mercado.
De otra parte, la cerveza de Ardila todavía no tiene presencia plena en el territorio nacional. Aunque ya aumentó la capacidad de producción de su planta en Tocancipá de 2,8 millones a 8 millones de hectolitros, sólo alcanzará presencia nacional cuando tenga instalada su nueva fábrica de Barranquilla, la cual se erigirá en un terreno de 121 hectáreas y tendrá un proceso productivo tan moderno como el de la primera. Los analistas calculan que la inversión total de la Organización Ardila Lülle en cervecerías terminará ascendiendo a alrededor de 1.000 millones de dólares, y lo cierto es que negocios de esa magnitud en Colombia hay pocos.
Por otro lado la Organización Ardila, a través de Coltejer, sigue librando una verdadera batalla contra el contrabando textil, usando como armas la modernización y la tecnificación. Dentro de ese propósito la empresa adelantará durante el próximo año y medio un agresivo plan de inversión que ascenderá a 20 millones de dólares. El proyecto estará orientado a ampliar la capacidad de producción de material índigo, a modernizar el proceso de hilatura y a sustituir la maquinaria obsoleta de la sección de acabados de las plantas de Itagüí y Rionegro.
Así mismo, la Organización está afrontando con todos los fierros la intensificación de la batalla de los refrescos y los jugos. El año pasado Postobón sacó al mercado sus gaseosas Toronja y Pera para hacer frente a Quatro y Taí, los nuevos productos de Coca-Cola. De igual manera, Postobón lanzó la semana pasada los jugos Hit, bebidas naturales en cuyo desarrollo la empresa invirtió 30 millones de dólares.
Lo que queda claro de todo esto es que, detrás de los balances financieros, están las millonarias inversiones con las que la Organización Ardila Lülle espera poder cosechar frutos en un futuro muy próximo.