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Las emisiones de acciones en Colombia podrían superar este año los 12 billones de pesos. La cifra es histórica y se da en un escenario de gran incertidumbre mundial.

5 de noviembre de 2011

El 2011 pasará a la histo-ria como uno de los años de mayor turbulencia en las bolsas internacionales. Los mercados de todo el planeta se han visto afectados por hechos sin precedentes, como el recorte en la calificación de riesgo soberano de Estados Unidos y la crisis de deuda de los países de la eurozona. Los temores de una nueva recesión se han hecho presentes y han generado caída de los principales índices accionarios del mundo.

Paradójicamente, en medio de una coyuntura tan compleja, en Colombia el 2011 será extraordinario y pasará a la historia por el número de compañías que salieron a colocar acciones para financiar sus proyectos y por el valor de las emisiones. Contando las dos que aún están en proceso de venta, el año podría terminar con colocaciones por más de 12 billones de pesos, cifra que no estaba en la mente de nadie hace pocos años.

En el primer semestre de 2011 vendieron acciones Avianca y el Grupo Aval, y en los últimos cuatro meses, Nutresa, Éxito, Ecopetrol, la Empresa de Energía de Bogotá (EEB), Davivienda y el Grupo de Inversiones Suramericana (Grupo Sura).

Una de las cosas que más han sorprendido es el apetito que han despertado estas emisiones entre los inversionistas. En todos los casos, las compañías han recibido pedidos de acciones por encima de lo que buscaban. En la emisión de Nutresa, las solicitudes superaron 17 veces la oferta; en la de Avianca-Taca, casi seis veces; en la del Grupo Éxito, 1,7 veces, y en la del Grupo Aval, una vez y media.

Cualquiera pensaría que en una época de crisis y turbulencias los empresarios preferirían recoger velas y atrincherarse -a la espera de mejores vientos- antes que salir al mercado de capitales. Pero no ha sucedido así.

Davivienda, por ejemplo, quiso repetir. Después de la exitosa emisión del año pasado, volvió al mercado con un paquete de acciones por 800.000 millones de pesos que estará en el mercado hasta el 10 de noviembre.

La Empresa de Energía de Bogotá (EEB) aún está celebrando la acogida que tuvieron sus títulos, pues superó la meta propuesta de vinculación de inversionistas y consecución de recursos. Para Mónica de Greiff, presidenta de la EEB, el resultado de la emisión ratifica la confianza en el Grupo Energía de Bogotá y en el plan de crecimiento, dentro y fuera del país.

Pero definitivamente, el punto más alto en cuanto al volumen de recursos que espera conseguir entre los inversionistas lo está poniendo el Grupo Sura. En este momento tiene en el mercado una emisión por 3,9 billones de pesos, la más alta en la historia.

La emisión, que va hasta el 22 de noviembre, busca apoyar la adquisición de las operaciones de pensiones, seguros y fondos de inversión de ING en Latinoamérica, anunciada en julio, por un valor de 3.700 millones de dólares. David Bojanini, presidente del Grupo, afirma que este proceso es parte fundamental de la transformación que adelanta para penetrar mercados internacionales, en busca de convertirse en el líder en pensiones en América Latina y en un jugador muy importante en seguros, ahorro e inversión.

Para el presidente de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), Juan Pablo Córdoba, lo que está pasando en el mercado es una excelente noticia. "Se está evidenciando que las empresas pueden acudir al mercado de capitales a financiarse, pero también es una muestra de que los colombianos sí tienen apetito por las inversiones".

Varios factores lo explican. Andrés Jiménez, de InterBolsa, afirma que un elemento clave ha sido el grado de inversión que recuperó Colombia. El país está en el radar de los grandes fondos internacionales, que antes tenían limitada su exposición al mercado accionario colombiano: "Ahora han entrado agentes nuevos, especialmente extranjeros, a participar en las inversiones".

Según Julián Cárdenas, gerente de Investigaciones Económicas de ING Pensiones, las empresas han encontrado en esta coyuntura una gran oportunidad para financiarse barato, pues las tasas están históricamente bajas. Y no hay que olvidar que muchas compañías están en una etapa de expansión en el exterior y tienen planes de listarse en las bolsas internacionales, y para esto es fundamental ampliar la base de accionistas locales.

El momento es apropiado para las compañías que están buscando que sus acciones tengan más liquidez en el mercado, es decir, que se transen más, pues esto ayuda a la formación del precio y es más atractivo para los inversionistas.

Por otro lado, están aprovechando la figura de las acciones preferentes (sin derecho a voto), pues permite que los mayores accionistas conserven el control, pero también que otros participen en la propiedad de las empresas.

Las recientes emisiones han evidenciado que cada vez hay mayor interés de las personas naturales en el mercado accionario. En este momento, más de 800.000 personas son accionistas de alguna compañía en el país. Un estudio de la Bolsa de Valores estima que del volumen negociado diariamente en acciones, las personas naturales representan el 40 por ciento.

La verdad es que desde que Ecopetrol hizo la primera democratización accionaria, en 2007, otras empresas se han preocupado por invitar a las personas naturales a participar en estos procesos. Las emisiones han sido estructuradas pensando en atraer nuevos inversionistas. Se han armado paquetes muy atractivos, como precios por debajo del mercado y hasta ofertas de crédito para la compra de las acciones.

Sin duda, la falta de otras opciones de inversión más rentables también ha favorecido el interés por las acciones. Frente a un CDT -instrumento tradicional de inversión que paga tasas bajas, alrededor del 4,5 por ciento-, las acciones han resultado la mejor opción, pues, entre dividendos y valorización, terminan dando rentabilidades más jugosas.

Ahora bien, hay que señalar que los precios de las acciones han estado a la baja y el Índice de la Bolsa de Valores de Colombia (IGBC) ha caído este año 12 por ciento. Es una inversión de largo plazo.

Los que más han aprovechado las ofertas han sido los inversionistas institucionales que siempre se han quejado de la falta de oportunidades. "La respuesta tan formidable de los inversionistas en estos procesos es la muestra de que quieren tener exposición al crecimiento de Colombia y al de sus empresas", dice Córdoba, para quien ha sido una obsesión convertir el mercado de capitales del país en un alternativa de financiación para las empresas.

Aunque todavía el mercado es muy pequeño, está dando pasos importantes. En los últimos tres años, entre bonos corporativos y emisiones de acciones, el mercado de capitales colombiano ha aportado cerca de 50 billones de pesos para financiar los planes de expansión del sector privado. Es una cifra significativa, pues equivale casi a una tercera parte del saldo de la cartera comercial de la banca, fuente tradicional de financiamiento empresarial.

Las exitosas colocaciones están demostrando que hay plata en el mercado y confianza en la bolsa, pero también que se necesitan más empresas que se lancen al ruedo con nuevas emisiones.