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Junta Directiva del Banco de la República, de izquierda a derecha: Ana Fernanda Maiguashca, Mauricio Cárdenas, César Vallejo, Carlos Gustavo Cano, Adolfo Meisel y Juan Pablo Zárate. | Foto: Guillermo Torres

EMISOR

¿Quién sucederá a José Dario Uribe?

En las próximas semanas se conocerá el nombre del nuevo gerente del Banco de la República. Ortodoxia e independencia deben caracterizar al futuro banquero central.

22 de octubre de 2016

Este año, la Junta Directiva del Banco de la República ha tomado drásticas decisiones para contener una inflación galopante. En siete ocasiones ha subido la tasa de interés de intervención para preservar el poder adquisitivo de la moneda. Estas alzas se suman a las cuatro que decretó el año pasado.

Asumir esta postura monetaria no ha sido una tarea fácil, pues los aumentos de las tasas son impopulares y controvertidos. Los codirectores se han enfrentado a una opinión pública dividida entre quienes piensan que de ese modo el Emisor ha frenado la economía, y quienes, por el contrario, sostienen que la junta tardó demasiado en aplicar el antídoto contra la inflación.

Pero estas no son las únicas grandes decisiones que han marcado este año para este cuerpo colegiado. En las próximas semanas la Junta Directiva deberá nombrar al sucesor de José Darío Uribe, quien cumple 12 años al frente de la gerencia del Banco de la República, tiempo máximo permitido por la ley.

Se trata de una elección de gran importancia, no solo por la dignidad del cargo, sino por el papel que desempeña el gerente. Además de ser parte de la Junta Directiva y actuar como representante legal del Banco de la República, sus opiniones tienen gran trascendencia en todas las esferas del país e influyen en el tema económico tanto como las del ministro de Hacienda.

En los últimos meses los medios han especulado sobre quién será el nuevo banquero central a partir de enero de 2017 y varios nombres han salido a la palestra. Como de costumbre, primero suenan los excodirectores que, por su experiencia y conocimiento del banco, son candidatos naturales a la gerencia. En este sentido se ha hablado de Leonardo Villar, Sergio Clavijo y Juan José Echavarría. Otras cartas que ha barajado la prensa son el actual gerente técnico del banco, Hernando Vargas; el exdirector de Fedesarrollo Roberto Steiner y el exministro de Hacienda José Antonio Ocampo. Algunos han incluido en el sonajero al actual titular de esa cartera, Mauricio Cárdenas.

Frente a estos y otros posibles candidatos, los actuales codirectores del banco han guardado hermetismo. Pero entre los analistas y en la academia las preferencias se inclinan por Villar y Echavarría, en especial sobre este último, a quien muchos atribuyen el guiño del presidente Santos.

En cuanto a José Antonio Ocampo, a pesar de tener todas las credenciales para desempeñar el cargo, muchos dudan que el exministro esté disponible, pues tiene su vida profesional definida en Estados Unidos en la Universidad de Columbia. La candidatura del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, no se ve clara, no porque no tenga las cualidades suficientes, sino porque, como dicen algunos analistas, no sería bien visto que la Junta Directiva, que predica independencia, nombre gerente al ministro del gobierno actual. Otros economistas piensan que las aspiraciones de Cárdenas están más cerca de la política que de la tecnocracia del banco central.

Se da por descontado que la lista de aspirantes será más extensa, pues el mecanismo de escogencia permite que, con excepción del gerente, los miembros pueden presentar cada uno tres candidatos, incluidos ellos mismos.

No hay duda de que la junta tiene una tarea trascendental porque elegirá el timonel del banco central para los próximos cuatro años prorrogables. En Colombia los últimos gerentes han sido reelegidos hasta cumplir sus periodos máximos de 12 años, lo cual habla bien de la estabilidad y credibilidad de la institución.

El perfil del banquero

Más allá de la especulación sobre los nombres que podrían suceder a José Darío Uribe, es importante analizar el perfil que debe tener el nuevo jefe de la banca central colombiana.

Según analistas y académicos, en el futuro gerente del Emisor debe sobresalir una característica: la ortodoxia. El Banco de la República se ha distinguido por tener al timón a economistas apegados a la prudencia en el manejo fiscal, a la disciplina monetaria y a enviar señales económicas coherentes.

El gerente saliente, José Darío Uribe, ha hecho gala de estas cualidades, con lo que se ha ganado el respeto de la comunidad local e internacional y de sus colegas. Se espera entonces que su sucesor mantenga el firme compromiso de preservar el poder adquisitivo de la moneda. Aunque el gerente tiene un solo voto dentro de una junta de siete miembros, hay quienes señalan que su autoridad puede ser influyente en este cuerpo colegiado.

El exministro de Hacienda Rodrigo Botero afirma que el Banco de la República tiene una enorme reputación internacional por su manejo serio, disciplinado y ortodoxo de la economía, y esto debe continuar.

Pero no basta con la ortodoxia. Según Botero, el aspirante a la gerencia, más allá de ser un técnico puro, debe tener capacidad para relacionarse con el Congreso, con la comunidad financiera internacional y con el alto gobierno. Además, debe poder interactuar con facilidad con la junta directiva del propio Emisor. Sentirse cómodo en esta relación y que los codirectores también se sientan así. La falta de armonía genera rompimientos que afectan la institución y las decisiones.

También tendrá que ser un excelente comunicador. Cada vez es más importante la tarea de saber transmitir, no solo a los mercados e inversionistas, sino al ciudadano de a pie las decisiones que afectan su cotidianidad. Esta fue una obsesión del actual gerente José Darío Uribe que deberá mantenerse.

En su relación con el alto gobierno, el gerente del Emisor tiene que guardar una distancia prudencial, pues la autonomía del banco es un patrimonio invaluable. No debe mantenerse ni muy lejos ni muy cerca, ni hostil, ni en extremo amigable para evitar que se piense que es una ficha del gobierno. La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) señala que no hay que olvidar que si el ministro de Hacienda representa los intereses del gobierno de turno en la junta, el gerente representa (en principio) los intereses del cuerpo colegiado que lo nombró.

Un nuevo ciclo

La importancia del nombramiento radica también en el hecho de que, en enero de 2017, entrarán dos nuevos codirectores a la junta, con lo que arrancará un nuevo ciclo para el Emisor.

La norma constitucional dispone que cada gobierno nombra a dos de los cinco codirectores durante sus periodos de cuatro años. La excepción se dio en los gobiernos Uribe II (2006-2010) y Santos II (2014-2018), quienes nombraron a cuatro de cinco. En esta ocasión, por cumplir su periodo legal debe retirarse el codirector Carlos Gustavo Cano, nombrado en la administración de Álvaro Uribe. Y para cumplir la norma, el gobierno podría cambiar cualquiera de los demás codirectores. Varios analistas creen que el otro candidato para abandonar la junta sería uno de los que llegaron en el anterior gobierno, es decir, César Vallejo o Juan Pablo Zárate. Los codirectores Ana Fernanda Maiguashca y Adolfo Meisel se unieron al equipo por designación del presidente Santos.

Esta recomposición es relevante por el compromiso que tendrá la nueva junta de bajar la inflación a un rango entre 2 y 4 por ciento. En 2016 el Emisor no alcanzará la meta de inflación y todo indica que el próximo año completaría tres sin lograrla.

Los expertos en banca central afirman que tradicionalmente cuando llegan nuevos miembros a la junta, en un comienzo, suelen tener posiciones suaves en cuanto a aumentar tasas para detener la inflación y que con el tiempo van ajustando sus posturas hacia una mayor ortodoxia. Es decir, en este nuevo periodo (2016-2020) habrá un rebalanceo entre heterodoxia y ortodoxia monetaria-cambiaria.

En todo caso, el Banco de la República en este nuevo ciclo tendrá grandes retos. Los analistas dicen que no recuerdan en la historia reciente un periodo tan complejo y con tantos desafíos económicos, por la caída del precio del petróleo, la financiación del posconflicto y el entorno internacional. Por eso el nuevo timonel del banco será un protagonista tan importante. En estas coyunturas, los banqueros centrales suelen ser las cabezas pensantes que deben inspirar calma. El caso más reciente se vio en el Banco de Inglaterra. Tras el brexit, el gobernador (gerente), Mike Carney, tomó las riendas en medio del caos y anunció las decisiones que bajaron la marea. Quien suceda a José Darío Uribe tiene el gran compromiso de seguir su legado y llevar con calma el barco así las aguas se tornen turbulentas.