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BOMBA DE TIEMPO

Se abre la polémica sobre la gestión del Instituto de Fomento Industrial

25 de noviembre de 1985

Hoy en día, es poco menos que una bomba de tiempo. Por esa razón las tres letras que componen su sigla han generado más polémicas en la prensa de las últimas semanas que a lo largo de sus 40 años de historia. Como sucedió en anteriores ocasiones con otras entidades, el Instituto de Fomento Industrial IFI, se ha convertido en noticia ahora que parece estar atravesando su peor momento desde que fue creado. Durante todos estos años en que sólo protagonizó noticias de relleno en la página económica y uno que otro editorial aburrido a falta de mejor tema, el IFI fue muchas cosas, pero sobre todo casi nunca fue el resultado de una política coherente y planificada para el desarrollo industrial del país, sino más bien una pareja a la cual cada uno de los gobiernos que se sucedían ponía a bailar al ritmo del momento.
De hecho, hablar de 40 años de historia puede resultar excesivo, ya que lo cierto es que el IFI sólo dejó de ser una pequeña corporación financiera a fines de los años 60, cuando la administración Lleras Restrepo le dio un importante impulso, gran apoyo político, aporte de activos que significó un aumento de capital y le señaló la misión de impulsar los planes indicativos del sector industrial. Pero todo este vigor pareció perderse en la década siguiente y la llegada de la recesión en los 80 agravó aquellos problemas que se habían perfilado años antes.
Este año promete ser uno de los más críticos para el IFI pero todo indica que finalmente, el gobierno, el Congreso y hasta el sector privado parecen haber comprendido que se requiere un replanteamiento. Pese a que fue el debate en el Senado, promovido por William Jaramillo Gómez, el que llevó al IFI a las primeras páginas, lo cierto es que tanto en su interior como en otras entidades gubernamentales como Planeación Nacional y el Conpes, la preocupación por la situación del instituto se había manifestado meses atrás.
Incluso, Planeación había comenzado durante el primer semestre del año a trabajar en la redacción de un documento sobre el tema, que fue presentado al Conpes en octubre. SEMANA conoció una copia del documento y se enteró de que los miembros del Conpes le dieron su visto bueno pero se abstuvieron de aprobarlo oficialmente para evitar que se hiciera público.
Los bonos de la discordia
La crisis del IFI no se limita, como creen muchos, a los problemas que se han generado como consecuencia de inversiones que sólo han producido pérdidas, como las del proyecto de Cerromatoso. Un análisis de la evolución de los ingresos del instituto permite establecer que éstos no han aumentado al ritmo necesario para compensar la inflación y los problemas de algunas inversiones.
Concretamente, todo se reduce a que el IFI recibe dinero caro y lo presta barato. Tanto que en 1985 el déficit de caja debe ascender a casi mil 280 millones de pesos y en 1986 a 4 mil 830 millones.
Esa situación irregular ha sido causada principalmente por los problemas que le crea al instituto la administración de los Bonos de Valor Constante, BVC. Estos, fueron creados en la administración Lleras Restrepo con el fin de evitar la desvalorización de los recursos captados por el Instituto de Seguros Sociales y son papeles que reconocen una tasa de interés del 5.5% anual más un ajuste del 100% sobre el índice de inflación. El IFI se reparte con el Banco Central Hipotecario, la Financiera Eléctrica y el Fondo Nacional Hospitalario la administración de los BVC, pero, por lo visto, afronta dificultades más graves: los casi 33 mil millones que ha recibido el IFI a cambio de BVC le han generado un déficit acumulado que a diciembre 31 de 1984 ascendía a 22 mil 649 millones de pesos. El problema radica en que el IFI presta esos recursos unos seis puntos porcentuales por debajo del costo y el Estado colombiano, que debería subsidiar la diferencia, no lo hace.
La situación se está volviendo cada día más dramática debido a que el ISS dispone de menores recursos para invertir en BVC, mientras que el IFI ve crecer lo que le corresponde a pago de intereses. Tal como anotara el documento de Planeación Nacional: "El déficit crecerá más rápidamente (en el futuro) y no repercutirá en ningún estímulo adicional a la producción industrial a través del incremento en los créditos".
Pero no es sólo en ese campo que los ingresos del IFI presentan interrogantes. Las demás fuentes de recursos (Bonos ley 20 de 1979, Bonos de Fomento Industrial, aportes del presupuesto nacional, préstamos externos, etc.) han venido declinando con el tiempo y en 1985 se espera que decrezcan en un 16% en términos reales.
Como si lo anterior fuera poco, el IFI tiene problemas de recuperación de cartera que, aunque menores que los de entidades financieras, llegan a sumas considerables. Según Planeación Nacional "entre todas las empresas en las cuales el IFI tiene participación, las deudas por intereses vencidos alcanzaban (en 1984) $3.190 millones".
Cuestion de filosofía
Los millonarios problemas del IFI, junto con las dificultades que vive el Estado, han llevado a más de un analista a proponer el desmonte de la entidad. Sin embargo, una mirada a las cifras del instituto revela que no es necesario acudir a remedios tan drásticos. Esa apreciación surge del hecho de que el IFI participa activamente en la mayoría de los grandes proyectos industriales del país que requieren grandes sumas de capital que normalmente el sector privado no está dispuesto a invertir.
Actualmente el IFI posee aportes de capital por 14 mil 833 millones de pesos distribuidos en 33 empresas, con un énfasis claro en el sector de la minería (41.5% del total), seguido por las áreas químicas, de producción de papel y metalmecánicas.
Mirando las empresas individualmente, la mayor cuantía le corresponde a Econíquel-Cerromatoso, seguida por Alcalis de Colombia, Papelcol, Carbocol, Sofasa y la Compañía Colombiana Automotriz. Como queda claro en el cuadro anexo, las compañías de mayor tamaño representan prácticamente la totalidad de las pérdidas del IFI y las perspectivas para 1985 indican que la situación no va a cambiar sustancialmente. (Ver recuadro).
Sin embargo, los pobres resultados en términos financieros no justifican un desmonte del IFI. En primer lugar, el instituto está esperando que los grandes proyectos en donde ha colocado la mayoría de sus fondos "despeguen" y empiecen a generar utilidades. Según está visto, un proyecto de gran magnitud como Cerromatoso o Papelcol, toma por lo menos cinco años para entrar definitivamente en época de saneamiento financiero y ese momento todavía no ha llegado.
Tanto críticos como defensores reconocen ese hecho y según lo visto se están solicitando reformas para que el IFI salga de una segura postración.
Con todo, es posible que nada se logre hasta que el país se acostumbre a diseñar e implementar una política industrial seria, que no dependa de los vaivenes que caracterizan a cada administración. En opinión de varios expertos, el IFI debería adoptar políticas de promoción similares a las instituidas en el Japón por el MIT, Ministerio de Industria y Comercio, el cual es el encargado de adelantar buena parte de los planes de desarrollo de la nación oriental.
Lamentablemente, la experiencia del IFI indica que éste ha servido más como una entidad para tapar huecos ocasionalmente, que el reflejo de un sistema organizado. Tal como sostuviera su gerente, Sergio Restrepo Londoño, "el IFI ha sido más un instrumento del Estado colombiano en el desarrollo industrial y productivo, que un promotor mismo del desarrollo. El tiempo, los recursos y la capacidad administrativa se han concentrado más en lo primero que en lo segundo".
Más de una solución
Por lo visto, se necesitó un anuncio de crisis como la actual para que el gobierno nacional hablara de tomar cartas en el asunto. Y es que las salidas no son muchas. Tal como afirmara el documento de Planeación, presentado al Conpes, "cualquiera que sea la causa de las dificultades por las que hoy atraviesa el IFI, éstas tenderán a agravarse en el futuro próximo ante el agotamiento de susfuentes actuales de financiamiento".
Debido a lo angustioso de las circunstancias, se están considerando una serie de medidas que en conjunto deben contribuir para que el IFI salga adelante. Entre éstas, se destaca la idea de corregir el problema originado por los Bonos de Valor Constante, mediante el cobro de una tasa de interés que corrija los diferenciales entre tasa de captación y tasa de colocación, que se presentan actualmente. Como complemento se le recomienda a la nación que se empiece a poner al día con el instituto, porque de no hacerlo el déficit actual seguirá subiendo inconteniblemente.
Por otra parte, el IFI necesita ser liberado de la carga financiera que le implica el servicio de la deuda externa contraída con destino a Cerromatoso. Recientemente fue presentado al Congreso un proyecto de ley, por medio del cual se transfieren al Estado cerca de 144 millones de dólares de deuda correspondiente al proyecto. A cambio, el instituto se compromete a trasladar a la nación el 80% de las utilidades futuras de Cerromatoso y unos 700 millones de pesos anuales, correspondientes a la cuarta parte de unos recursos que le otorgó temporalmente el gobierno nacional.
Adicionalmente, se propone que el IFI desmonte varias de sus inversiones actuales, vendiéndoselas a los particulares o a otras empresas del Estado. Tal es el caso de su participación en Carbocol o en otras empresas donde es el accionista mayoritario.
Como complemento se está estudiando una revisión a los procedimientos internos de control del instituto para evitar que se repitan los riesgos de años anteriores. Esas nuevas pautas, unidas a un mejor desempeño de los proyectos actuales, deben ser suficientes para que el instituto vuelva a salir adelante. Aparentemente, en el interior del gobierno se ha reconocido que la solución tiene que ser encontrada ahora, antes de que el IFI llegue a ser otra de esas entidades descentralizadas a las cuales no se sabe si salvarlas o dejarlas morir.--
Dosis de mala pata
Es indudable que la suerte del IFI sería otra si los grandes proyectos en que se ha metido hubieran corrido con mejor suerte. Sin embargo, son escasas las inversiones del instituto que hayan contado con una buena estrella desde un comienzo y la experiencia reciente lo demuestra. En opinión de sus críticos, esto se debe a que el IFI es un socio "blando": pone la plata y deja que los otros accionistas dispongan. Con todo, aunque es probable que el IFI no intervenga como se debe en algunas de las empresas donde tiene intereses, lo cierto es que las inversiones de la entidad han contado con la suerte que ha sufrido buena parte del sector industrial colombiano. Por lo tanto, vale la pena revisar el estado de algunas de las empresas donde el IFI ha colocado sus recursos:
Cerromatoso: Creada en 1976 con el objeto de explotar los yacimientos de ferroníquel ubicados en la zona de Montelíbano en Córdoba, la empresa ha sido el gran dolor de cabeza del IFI y sus socios extranjeros (The Hanna Mining Company y Billiton Overseas, filial de la Royal Dutch Shell). En efecto, a 31 de diciembre de 1984 Cerromatoso llevaba pérdidas acumuladas por más de 14 mil millones de pesos y se cree que esa cifra va a ser superior a los 21 mil millones en 1985. Esos terribles resultados han sido combinación de hechos fortuitos que parecían improbables cuando en 1979 se inició la construcción de la planta. En ese entonces se estimaba que el precio final de venta de la libra de niquel iba a ser de 3.27 dólares. Sin embargo, cuando Cerromatoso inició ventas a finales de 1982 éste cayó a 1.42 dólares por libra y actualmente se encuentra en cerca de 2.30 dólares por libra de mineral.
Como si lo anterior fuera poco, el horno refractario que es indispensable para la refinación del mineral se ha dañado repetidas veces, habiendo ocurrido el último desperfecto en agosto. Los estimativos indican que el lucro cesante por el daño ascenderá a casi 25 millones de dólares más un millón correspondiente a la reparación del horno. Debido a ello se calcula que las pérdidas del año serán de 7 mil 600 millones de pesos y en 1986 éstas deben ascender a 9 mil 800 millones, lo cual hace indispensable una recapitalización de los socios o la compañía entraría en estado de quiebra técnica. Semejante carga pesa seriamente en los estados financieros del IFI y existe la propuesta de que el Estado colombiano se haga cargo de la deuda externa contraida para el proyecto.
Papelcol: Es otro de los planes que han levantado polémicas en los últimos días. Escogido desde comienzos de la década pasada como uno de los proyectos que justificaba con creces su implementación, Papelcol es hoy en día una planta industrial semiabandonada en el municipio de Caloto en el Cauca. Los grandes prospectos que se le auguraban a Papelcol comenzaron a acabarse hace un par de años debido a la crisis del grupo Grancolombiano y al incumplimiento en los aportes por parte del grupo español de Manuel Isidro Tejedor, socio extranjero de la empresa.
Debido a esas circunstancias el costo total del proyecto se acerca ya a los 400 millones de dólares y amenaza seriamente con entrar en una etapa en la que la tasa de retorno de la inversión prácticamente desaparezca. Afortunadamente, parece que pese a toda la oposición que genera, Papelcol acabará completándose y estará en producción en un año. Semejante idea le significará al IFI salidas adicionales de dinero, cercanas a los 13 millones de dólares. Hasta ahora, el proyecto no afecta los balances del Instituto, pero se cree que pasarán por lo menos 5 años antes de que éste empiece a generar utilidades.
Alcalis de Colombia: De los grandes proyectos del IFI, éste es el único donde la entidad oficial cuenta con la totalidad de las acciones y los resultados no son realmente alentadores. Creada en 1970, Alco ha sido una continua fuente de problemas y errores de administración. Cuenta con uno de los sindicatos más fuertes del país y los problemas laborales son el pan de cada día. Pese a tener un mercado prácticamente cautivo, Alco ha llevado una política de precios equivocada y se calcula que tan solo duplicando el valor de sus productos podría aspirar a mostrar resultados favorables en el corto plazo. Dentro de sus planes de reforma, el IFI tiene presupuestado cambiar la estructura actual de Alco, volviéndola una sociedad mixta y recapitalizándola en cerca de mil millones de pesos. Si esa idea triunfa, es probable que Alcalis salga del "hoyo" y empiece a generar recursos suficientes para producir utilidades y cancelar sus pasivos con el IFI, los cuales llegan a más de 2 mil doscientos millones de pesos.
Carbocol: La esperanza minera de Colombia también le ha significado al IFI salidas importantes de dinero. Al igual que en el caso del niquel, el proyecto del Cerrejón zona norte (donde se concentran los intereses de Carbocol) ha atravesado problemas debido a las dificultades de Colombia con la banca privada internacional y al bajo precio de la tonelada de mineral en el mercado mundial. Debido a esto, el IFI, pese a tener menos del 5% de las acciones de la empresa, ha debido hacer una serie de capitalizaciones que han implicado grandes esfuerzos financieros. A pesar de que las ventas de carbón ya se iniciaron, es probable que el IFI necesite cerca de 8 millones de dólares en 1986 para correr con una recapitalización de Carbocol.
Si bien se da por descontado que esta inversión es rentable en el largo plazo, se ha propuesto que el instituto venda su participación accionaria ya sea a Proexpo o a Ecopetrol con el fin de sanear parcialmente sus finanzas.
Compañía Colombiana Automotriz: La lista de las grandes empresas en problemas que tienen participación del IFI la cierra la CCA, dedicada en el país al ensamblaje de los vehículos Mazda. Pese a que la marca ha tenido aceptación en el mercado colombiano, los problemas que venía sufriendo de tiempo atrás la ensambladora no se han podido solucionar y las perspectivas son poco alentadoras. Según los entendidos, los pasivos de la CCA son tales que, recientemente, un grupo de bancos acreedores se vio obligado a aceptar en pago acciones de la empresa para no conducir a su cierre. Tal como están las cosas, es indispensable una recapitalización de cerca de 10 millones de dólares por parte de la casa matriz japonesa, pero una serie de divergencias entre los accionistas hacen parecer difícil que eso suceda y que, por lo tanto, se asegure la supervivencia de la empresa.--

LAS INVERSIONES DEL IFI
(en millones de pesos)

EMPRESA CREACION CAPITAL CAPITAL PART. GANANCIAS GANANCIAS
TOTAL IFI IFI
---------------------------------------IFI------1984------1984---
-----------------------------------------------------------------
Econíquel- 1976 10.435 4.946
Cerromatoso 47.4 (6.54) (2.869)
Alcalis de 1970 2.867 2.867 100 (748) (748)
Colombia
Papelcol 1980 6.284 2.250 35.8 N.D. N.D.
Carbocol 1976 25.626 1.205 4.7 280 13
Sofasa 1969 1.898 944 49.7 149 74
CCA 1973 4.000 505 12.6 (484) (61)
Otros 9.654 2.566 26.6 5.294 622
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Total 60.764 14.833 24.4 (1.563) (2.929)
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Fuente:IFI, D.N.P.--