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La plataforma Deepwater Horizon estalló el 20 de abril pasado. Luego de casi dos meses la BP no ha logrado detener el derrame. Solo el costo de enfrentar la emergencia ya ascendió a 1.430 millones de dólares y se calcula que el costo total podía llegar a 23.000 millones de dólares.

NEGOCIOS

BP: crudo horizonte

Hay incertidumbre por la gigante petrolera BP, responsable del mayor derrame de petróleo de la historia. Algunos hasta hablan de una quiebra. Cuál es la realidad.

12 de junio de 2010

La multinacional BP enfrenta la hora más crítica de toda su historia: no ha podido controlar la fuga de 25.000 barriles diarios de petróleo en el lecho del Golfo de México, sus acciones han perdido casi la mitad de su valor, la mancha de crudo está expandiéndose por las costas estadounidenses y el presidente Barack Obama aprieta cada vez más las tuercas en busca de una solución.

El impacto que todo esto va a tener sobre una empresa cuyas acciones son consideradas de las más confiables en esa industria del petróleo ha desatado toda suerte de especulaciones sobre cuál será su futuro. Hay quienes incluso hablan de que no tendrá ninguno.

Pero deben ser analizadas con lupa las versiones que hay sobre una eventual quiebra de la prestigiosa compañía inglesa por cuenta de la debacle ambiental. A finales de la semana pasada, la petrolera dijo que el accidente del 20 de abril, cuando explotó la plataforma Deepwater Horizon, le ha significado costos por 1.430 millones de dólares, monto que hace ver insignificantes los 75 millones de dólares que son la máxima sanción prevista en las leyes gringas para estos casos, y que BP ya aceptó pagar. Sin embargo, en la prensa especializada circuló un cálculo atribuido al Crédit Suisse según el cual el costo total sería de 23.000 millones de dólares si el derrame continúa hasta agosto, como se prevé.

A pesar de estas impresionantes cifras, los números que se conocen de la petrolera parecen suficientemente sólidos para soportar ese golpe. A diferencia de lo que le pasaría a un banco -al que la pérdida de confianza le generaría una corrida de ahorradores y con ello una causal de iliquidez-, la BP tiene importantes activos y decenas de explotaciones petroleras muy rentables en más de 100 países. Además de agravarse el problema, ya se especula que la actitud sensata de la compañía será aislar la operación que tiene en Estados Unidos para evitar que 'contamine' el resto del negocio. Pero que exista un flujo de caja suficiente no significa que la petrolera vaya a salir sin profundas cicatrices de este lamentable e histórico episodio por sus repercusiones ambientales.

La mayor preocupación para las finanzas de BP viene por el remezón político que está causando el derrame en Estados Unidos, que tiene profundas implicaciones en los mercados de valores.

La declaración del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reclamando "qué trasero tenía que patear" para solucionar la crisis, es hasta ahora la embestida más grande que ha tenido que lidiar la compañía, que ha afectado el valor de su acción. En bolsa, la compañía pasó de valer 190.000 millones de dólares antes de la crisis, hasta llegar a 108.000 millones de dólares el miércoles de la semana pasada. También ha generado tensión la citación que el Congreso de ese país hizo a los representantes de BP y cuatro multinacionales más, por las implicaciones que el derrame tenga en la regulación de la industria.

De ahí que la petrolera saliera a generar confianza a sus inversionistas, incluso con un llamativo comunicado en el que dice que no entiende por qué bajan sus acciones, y que significó un ligero repunte a final de la semana. Lo que se busca evitar es que alguien pueda aprovechar los bajos precios del mercado para una "toma hostil" aprovechando el mal momento bursátil. El punto es de tal sensibilidad que en el Reino Unido se conoció que el primer ministro de ese país, David Cameron, hablará telefónicamente con Obama sobre el tema este fin de semana, cuando se cumple el ultimátum que este le impuso a la petrolera para dar una solución definitiva al asunto.

Las declaraciones presidenciales también dificultan la situación de la petrolera en lo jurídico, que es el otro frente por donde vienen las amenazas para BP. Ya hay cálculos según los cuales las demandas le significarán 14.000 millones de dólares más. Pero puede agravarse pues como resultado de la decidida actitud con que el mandatario gringo ha enfrentado a la petrolera, cualquiera que se sienta afectado por la marea negra se sentirá estimulado a demandar. El frente jurídico será a futuro la mayor complicación para la firma británica, lo que sin duda debe tener a la multinacional trabajando con intensidad no solo en frenar la salida de crudo, sino en construir la argumentación jurídica que la salve de las reclamaciones que se le vienen en los tribunales.