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Slim maneja el 70 por ciento de la telefonía móvil en el mercado mexicano.

TELECOMUNICACIONES

Carlos Slim cambia de estrategia

El mexicano Carlos Slim tendrá que vender activos de telecomunicaciones por cerca de 20.000 millones de dólares para cumplir la ley antimonopolio. Pero la medida le daría acceso al negocio de la televisión.

12 de julio de 2014

Una drástica ley promovida por el gobierno de Enrique Peña Nieto, que busca frenar el avance de las compañías que tienen posición dominante en el mercado de las telecomunicaciones, tiene en ascuas al millonario mexicano Carlos Slim. En ese sentido, América Móvil, su compañía estrella, informó que su consejo de administración “autorizó medidas para reducir su participación nacional por debajo del 50 por ciento del sector de las telecomunicaciones con el objeto de dejar de ser agente económico preponderante en los términos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y sus leyes secundarias”. Eso significa que deberá vender el 30 por ciento de sus activos.

En México y en los países donde tiene presencia América Móvil hubo revuelo, pues la medida es un revés para el segundo hombre más rico del planeta, con una fortuna estimada en 72.000 millones de dólares según la revista Forbes. Pero la reforma es tajante y Slim tiene que cumplirla por más poder que tenga. 

La ambiciosa política del presidente mexicano Enrique Peña Nieto, aprobada recientemente en el Congreso, sorprendió a muchos, pues el joven mandatario cumplió su promesa de democratizar la economía e incentivar la competencia, algo que pocos esperaban por su perfil claramente en favor de los negocios y su cercanía con los grandes grupos económicos.  

De nada le valió a Slim ser considerado uno de los intocables en el país azteca.  Tendrá que vender sus activos a algún operador fuerte e independiente pero con experiencia en el sector de las telecomunicaciones  y con alta capacidad técnica y financiera. 

Desde ya se dice que la operación podría llegar a 20.000 millones de dólares (el 1,3 por ciento del PIB de México) y que uno de los posibles interesados podría ser la compañía estadounidense AT&T, que ya ha hecho negocios con Slim. Los planes de desinversión incluyen la venta de torres móviles y otras infraestructuras.

Slim maneja el 70 por ciento de la telefonía móvil a través de Telcel y el 80 por ciento de la telefonía fija por medio de Telmex. América Móvil es el mayor operador de telefonía celular en América Latina con presencia en 26 países y 292 millones de clientes. 

Pero no todo es negativo para el millonario mexicano. Por el contrario, las leyes antimonopolio tienen una gran zanahoria. Slim podría ingresar con fuerza al negocio de la televisión por suscripción abierta y hacerle competencia a Emilio Azcárraga, dueño de Televisa, que controla el 60 por ciento de ese negocio (otro 30 por ciento de este mercado está en manos de Televisión Azteca, del millonario Ricardo Salinas). La televisión por suscripción registra crecimientos acelerados en ese país con un total de 14,7 millones de suscriptores, un negocio que sería muy jugoso para Slim.

La pregunta que muchos se hacen ahora es si estas decisiones tendrán algún impacto en los países donde opera América Móvil. Aunque la norma es exclusiva para las operaciones de América Movil enMéxico, sí lanza un mensaje a los demás países. En el caso colombiano la compañía Claro también ha visto reducida su participación en el mercado pero de una manera menos radical. En los últimos años pasó de tener cerca del 66 por ciento de las telecomunicaciones al 56 por ciento actualmente. 

El excongresista Juan Mario Laserna ve con buenos ojos lo ocurrido en México y lo que está pasando en Colombia y señaló que aquí las medidas de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) y del Ministerio de las TIC han fomentado el ingreso de nuevos operadores a la telefonía celular y han facilitado la competencia aunque todavía falta avanzar más. Laserna junto con el senador Jorge Robledo presentaron una ley antimonopolio similar a la aprobada en México, pero se hundió en el Congreso colombiano.

Lo cierto es que el gobierno de ese país ha dado pasos de gigante que nadie se esperaba para tratar de modernizar y de darle mayor dinamismo a unos sectores que por años han estado en manos de unos pocos. Un ejemplo para muchas naciones que han sido más tímidas en el tema.