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COMO INVERTIR SU DINERO EN 1999

En 1998 los CDT y los dólares mandaron la parada. Este año continuará su reinado y las <BR>acciones y la finca raíz seguirán deprimidas.

22 de febrero de 1999

En materia de inversiones 1998 fue un año de contrastes. El aspecto más sobresaliente de la
evolución de los mercados internacionales el año pasado fue la dramática divergencia entre los países
industrializados y los menos desarrollados. La profundización de la crisis en el Asia y el deterioro de la
situación económica en Rusia y Brasil contribuyeron a aumentar la percepción del riesgo de invertir en los
llamados mercados emergentes y a generar una masiva fuga de capitales hacia activos de mayor 'calidad'
en Europa y, especialmente, Estados Unidos. En 1998 las bolsas de valores de la mayoría de los países
ricos _con la notable excepción de Japón_ alcanzaron máximos históricos. A pesar del pánico desatado por la
devaluación del rublo en Rusia a finales de agosto _que precipitó una caída de casi 20 por ciento en el índice
Dow Jones de la Bolsa de Nueva York frente a su pico de julio 17_ y la volatilidad imperante durante todo el
año las bolsas de las economías más importantes del planeta se recuperaron en el último trimestre y muchas
alcanzaron nuevos récords. Para citar algunos ejemplos, en 1998 en términos de dólares las acciones
subieron 26,8 por ciento en Estados Unidos, 28,4 por ciento en Alemania, 40,3 por ciento en Francia y 50,6
por ciento en Italia. En los países menos desarrollados no hubo champaña sino lágrimas. Con la
excepción de algunas naciones del sureste asiático _como Corea del Sur y Tailandia, cuyas bolsas y
divisas habían sido tan vapuleadas por los inversionistas en 1997 que era lógico anticipar que rebotaran_, las
bolsas en los mercados emergentes sufrieron su peor desangre de la década, incluso más dramático que el
ocurrido en 1995 tras la devaluación del peso mexicano. La crisis tocó por igual a prácticamente todo el
mundo en desarrollo. Las bolsas de Sao Paulo y México cayeron 46 y 38 por ciento en dólares
respectivamente, la de Johannesburgo 31 por ciento, la de Moscú perdió casi todo su valor y la de Yakarta
bajó 42 por ciento. Los papeles de renta fija de estos países también fueron azotados por los inversionistas.
En la primera semana de septiembre el índice de bonos de mercados emergentes (Embi) de la firma J.P.
Morgan tocó fondo, arrojando una prima de riesgo implícita para este tipo de papeles del 20 por ciento sobre
los bonos del tesoro norteamericano.En Colombia, a pesar de la crisis macroeconómica, algunos
inversionistas salieron bien librados. Los problemas del sector financiero y los continuos ataques contra la
banda cambiaria impulsaron las tasas de interés a sus niveles más altos desde la crisis bancaria de principios
de los años 80. Estos hechos elevaron los rendimientos de los ahorradores, aunque hay que aclarar que
con ellos también aumentó el riesgo de que perdieran su capital. Quien hubiera invertido en CDT a 90
días de instituciones financieras de primer nivel en Colombia durante el año pasado hubiera obtenido una
rentabilidad promedio de 32,4 por ciento, lo cual equivale a un nada despreciable 11 por ciento en dólares.
Para quienes tomaron más riesgos y prestaron a más corto plazo los rendimientos pueden haber sido aún
mayores. Los que compraron dólares y los mantuvieron en efectivo durante todo el año no salieron mal
librados. Obtuvieron una rentabilidad en pesos de 19,2 por ciento _la devaluación_, lo cual equivale a una
rentabilidad real del 2 por ciento. Y quienes fueron más aventurados e invirtieron en acciones o renta fija
a largo plazo en Estados Unidos obtuvieron en promedio excelentes resultados (ver cuadro). No obstante,
quienes confiaron en la tan anticipada recuperación de la propiedad raíz o depositaron su esperanza en las
acciones vieron disminuir sus patrimonios entre 10 y 30 por ciento en dólares durante el año pasado. En
cualquier caso es posible que las inversiones realizadas en activos de este tipo el año pasado puedan
terminar arrojando buenos resultados en el largo plazo (todos los expertos coinciden en que tanto las
acciones colombianas como la propiedad raíz están a precios de ganga). Lo que depara el 99El pronóstico
para los mercados mundiales este año es reservado. Las bolsas norteamericanas se encuentran a niveles
que bajo cualquier parámetro histórico indicarían que están sobrevaloradas y la economía lleva más de ocho
años de expansión continua. En Europa las economías están en proceso de desaceleración y en el corto
plazo la introducción del euro puede generar riesgos considerables. Japón todavía no ve la luz al final del túnel
deflacionista en que se ha visto sumida durante toda esta década. El sureste asiático apenas está
comenzado a surgir de su crisis de los últimos dos años y, para algunos, la economía china es una bomba
de tiempo. En América Latina, tras la devaluación de Brasil, el año será el peor en materia de crecimiento
desde 1995. En otras palabras, como dicen los norteamericanos, en los mercados mundiales en 1999 no
habrá almuerzos gratis. Para ser exitoso el inversionista tendrá que ser altamente selectivo. Sin embargo,
como se expone en el artículo sobre inversión extranjera de la página 74, el argumento de la diversificación
geográfica sigue siendo convincente, especialmente para una persona que vive en un país como Colombia y
en un momento en el cual hay presiones devaluacionistas sobre el peso. Y, como también lo resalta el
artículo, la tecnología y la globalización hacen que hoy sea más fácil y económico que nunca para un
colombiano invertir en el exterior.A nivel del mercado local las perspectivas son buenas para la renta fija y
bastante regulares para las acciones y la finca raíz. Según se describe en el artículo de la página 70, las
tasas de interés reales en Colombia se encuentran en sus niveles más altos desde principios de los años 80.
La estrategia sobre cómo se debe aprovechar esta oportunidad depende de la visión que se tenga de la
tendencia en las tasas de interés y de la evolución del dólar. Si el inversionista considera que el dólar
se mantendrá estable y por lo tanto las tasas de interés tenderán a caer, la estrategia óptima sería
concentrarse en bonos con tasa fija a largo plazo. Por el contrario, si piensa que habrá nuevas presiones
sobre la banda y que por lo tanto las tasas de interés tenderán a subir, lo ideal sería mantener posiciones
de muy corto plazo que permitan aprovechar el incremento en tasas de interés y si es necesario pasarse a
dólares con mayor facilidad.Los expertos consultados por SEMANA para el artículo de la página 64 coinciden
en que 1999 no será un buen año para las acciones colombianas. A pesar de que éstas se encuentran a
niveles irrisorios la continuación de la volatilidad en los mercados emergentes mantendrá marginados a los
fondos extranjeros _principales motores del mercado durante esta década_. Sin embargo puede haber
oportunidades puntuales para el inversionista audaz. La acción de Valores Bavaria _empresa cuya
capitalización de mercado actual escasamente supera los 230 millones de dólares y que cuenta con
participaciones mayoritarias en empresas tan importantes como Celumóvil y Caracol Radio y Televisión_
podría brindar sorpresas si se concreta la venta, actualmente en marcha, de Celumóvil a alguna multinacional
del sector. En cualquier caso, para quienes tienen horizontes de largo plazo y a pesar de las fallas
estructurales que padece el mercado bursátil colombiano, los precios actuales constituyen una gran
oportunidad.En el campo de la finca raíz, como se argumenta en la página 78, 1999 tampoco será el año de la
recuperación. Sin embargo los portafolios de daciones en pago de las entidades financieras pueden constituir
un terreno fértil para los cazadores de oportunidades. Además, si se reglamentan debidamente las provisiones
de la emergencia económica en lo que refiere a la compra de estos inmuebles por particulares con
financiación del gobierno, el atractivo del sector en el largo plazo se incrementará.Finalmente, para quienes
desearían una mano del gobierno para incrementar la rentabilidad de su portafolio, los fondos voluntarios de
pensiones son una excelente alternativa (página 80). Estos permiten ahorrar a largo plazo y percibir
importantes beneficios tributarios. En conclusión, a pesar de la difícil situación económica del país, las
herramientas están disponibles para que el inversionista inteligente pueda sacar provecho de la crisis.
Los ahorradores han sido los grandes beneficiados de los problemas de liquidez del sector financieroLas
tasas de interés reales en Colombia se encuentran en sus niveles más altos desde la crisis del 82inversiones
¿En qué estarían 100 dólares invertidos en 1979? La teoría sostiene que las acciones son la mejor alternativa
de inversión en el largo plazo. Sin embargo, en los últimos 20 años en Colombia sus rendimientos han sido
desastrosos.la sabiduría convencional dice que en el largo plazo las acciones son la mejor inversión. Después
de todo las acciones son más volátiles _riesgosas_ que los bonos, y la teoría económica dice que los
activos más riesgosos tienen que ofrecer mayores rendimientos a los inversionistas. La historia parece
confirmar esta tesis. Un estudio realizado por Jeremy Siegel, de la Escuela Wharton de Negocios de la
Universidad de Pensilvania, indica que entre 1802 y 1992 el rendimiento anual promedio en términos reales
de la bolsa norteamericana fue del 7 por ciento antes de impuestos, lo cual supera ampliamente el
rendimiento promedio de los bonos del tesoro norteamericano a largo plazo _3,4 por ciento_ y el del oro _0,l
por ciento_. Aunque la diferencia parece relativamente marginal, la verdad es que sobre un plazo de tiempo
largo marca una diferencia sustancial. Según cálculos de la revista Forbes, un dólar invertido en la
bolsa norteamericana en 1801 equivaldría _antes de impuestos_ en 1997 a 514.605 dólares de 1801. El
mismo dólar invertido en bonos del tesoro se habría convertido solo en 727 dólares en 1997. En este contexto,
parecería evidente que un inversionista debería destinar la mayor parte de su portafolio a inversiones en
acciones. Sin embargo esta conclusión es un tanto apresurada. Primero que todo el desempeño pasado
de un activo no necesariamente predice su desempeño futuro. Además, teniendo en cuenta que la vida de un
inversionista es limitada, el rendimiento de las acciones en el largo plazo no necesariamente es indicativo de
su desempeño durante el período que le atañe. De hecho, el comportamiento de las acciones
norteamericanas desde mediados de los años 60 hasta principios de los 70 fue muy mediocre. Como se
observa en el gráfico, los rendimientos de las acciones en Colombia en los últimos 19 años han sido muy
decepcionantes. A pesar de que se puede decir que el mercado en los años 80 fue prácticamente inexistente
y que las cosas cambiaron a partir de 1990 con la apertura a la inversión de fondos extranjeros, la verdad es
que, con excepción del mercado alcista de 1991 a 1993, el comportamiento de las acciones en Colombia en
las últimas dos décadas ha sido desastroso. De esta manera, y mirando al largo plazo, no es absurdo
pensar que las acciones colombianas _que se encuentran claramente deprimidas_ podrían resultar mucho
más rentables en la próxima década que las norteamericanas que hoy se encuentran a niveles astronómicos.