COMO VAMOS, VAMOS BIEN

A RAIZ DE LA RUPTURA DEL Pacto Cafetero, mucho se ha hablado de la necesidad de que Colombia busque nuevas formas de comercializar su café en los mercados internacionales. No faltan quienes mencionan de tiempo en tiempo que lo que se necesita es una serie de vendedores paisas de maletín en mano que salgan a pasear por el mundo vendiendo nuestro café.
Esas ideas de mercadeo agresivo y teóricamente innovador no parecen sin embargo posibles, pues lo cierto es que la estructura del mercado catetero está tan concentrada en las diferentes etapas del proceso que no parece factible, ni ideal pensar en cambiar las modalidades de comercialización utilizadas en la actualidad por Colombia. Hace unas pocas semanas se publicaron en los Estados Unidos unos estudios que contienen cifras que desvirtúan la teoría del vendedor de maletín y que al contrario, permiten concluir que lo que se necesita es una estructura exportadora suficientemente grande y fuerte para que pueda enfrentarse con los grandes tostadores y distribuidores de ese país.
En efecto, al analizar las cifras del consumo por parte de los tostadores americanos, se encuentra que de los casi 10 millones de sacos de 60 kilos que se consumieron en ese mercado en 1990, prácticamente ocho millones fueron transformados por los tres tostadores más grandes de ese país, que son en su orden la General Foods, Procter Gamble, y Nestlé. Eso equivale al 81.71 por ciento del mercado. Pero si a éstos se les suman los consumos de Private Label, Chock Ful o Nut y Tetley Inc., que son los tres que siguientes en tamaño, el porcentaje llega al 95.11 del total. Finalmente, si se consideran los cuatro siguientes, la cifra lIega al 99.06 por ciento. Es decir, que entre las 10 casas tostadoras más grandes de los Estados Unidos controlan prácticamente la totalidad del café que se consume en ese país.