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¿Comodidad o segundad?

La Aerocivil se opone a que los viajeros de Bogotá y otras capitales lleguen al aeroparque Olaya Herrera de Medellín.

13 de diciembre de 1993

CUANDO EN MARZO DE 1992 el aeroparque Olaya Herrera, de Medellín, pasó a manos de la administración del municipio, el terminal se convirtió en un modelo para mostrar dentro de los planes de descentralización aeroportuaria. Eso motivó a empresas como Avianca y Aces a operar desde allí rutas interdepartamentales con aviones de 50 pasajeros, previa autorización temporal del Departamento de Aeronáutica Civil (Aerocivil).
Bucaramanga y Cúcuta fueron las ciudades precursoras de una red de destinos que debía extenderse a Montería, Manizales, Armenia y Corozal. Y se creó un movimiento en pro de incluir en esos planes a Bogotá, Cali, Cartagena y Barranquilla, para atender la alta demanda de ejecutivos que se desplazan entre esos puntos y que, según han manifestado repetidamente, preferirían ahorrarse el viaje de 35 minutos desde y hasta el José María Córdova, situado en el vecino municipio de Rionegro.
De tiempo atrás, sin embargo, la Aerocivil se había opuesto a realizar vuelos desde el Olaya Herrera a las principales capitales colombianas, porque eso era quitarle clientes al aeropuerto de Rionegro, cuya capacidad instalada apenas se utiliza entre un 30 y un 35 por ciento. Por eso, en lugar de permitir nuevas rutas, a finales de octubre les notificó a las directivas de Avianca y de Aces que tenían que suspender, a partir del 15 de noviembre, sus vuelos a Cúcuta y Bucaramanga.
Tanto Avianca como Aces apelaron la decisión, y a ello se sumo una avalancha de cartas en pro del statu quo, enviadas por personalidades que iban desde el Gobernador de Antioquia y el presidente de la Andi hasta la plana mayor del Concejo de Medellín. Los directivos de la Aerocivil estudiaron el contenido de las misivas, y encontraron válidos los argumentos de Avianca y Aces en cuanto a lo difícil que resultaría trasladar los equipos de apoyo técnico de Medellín a Rionegro en medio de la alta temporada de Navidad. Y previa consulta con el Consejo Superior Aeronáutico, decidieron ampliar el plazo hasta el último día de enero. A partir de 1994 no sólo las rutas a Cúcuta y Bucaramanga, sino las ya autorizadas a Armenia, Corozal, Manizales y Montería, se harán desde el José María Córdova y no desde el Olaya Herrera, como se esperaba. Y todo pese a posiciones como la del presidente de Aces, Juan Emilio Posada, quien dijo que "las rutas intermedias no son rentables desde Rionegro".
Pero ahí no termina el asunto. Según pudo establecer SEMANA, hay opiniones en el interior de la Aerocivil que favorecen el cierre definitivo del Olaya Herrera por los riesgos que su operación implica para los sectores residenciales aledaños. El concepto se fundamenta en una carta enviada por 200 vecinos del terminal, tras el reciente accidente de un monohélice que, de no haber sido por la pericia del piloto, habría afectado una densa zona urbana. Juan Carlos Peláez, director operativo del Olaya Herrera, defendió la viabilidad del aeropuerto a su cuidado porque, según el, las naves de hasta 50 pasajeros son fácilmente maniobrables y permiten acciones como las que cumplió el piloto del monomotor en cuestión.
Como usuaria, puedo decir que es muy cómodo llegar al Olaya Herrera y estar en el centro de la ciudad en cinco minutos", dijo a SEMANA Olga Lucia González, jefe del Departamento de Planeación de la Aerocivil en Bogotá. "Pero cuando me pongo la camiseta de técnico -agregó- me doy cuenta de que el Olaya Herrera siempre será un peligro para la comunidad. Hoy día la tendencia es sacar los aeropuertos de las grandes ciudades y construirlos, precisamente donde pusimos al José María Córdova, con un tremendo gasto para la Nación ".
Esta semana visitara el Olaya Herrera una comisión de técnicos de la Aerocivil para estudiar aspectos de seguridad, zonas residenciales aledañas, construcción de la vecina Terminal de Transportes del Sur y otros factores técnicos que permitan tomar una decisión definitiva. Y por el entusiasmo que ha despertado tanto la eficiente administración del Olaya Herrera, como sus mejoras en canalización, gastos de remodelación, alquiler de locales y planes futuros, es muy posible que el cuento de su desaparicion guste poco localmente. "Yo entiendo y respeto las consideraciones económicas que están de por medio -dijo González a SEMANA-,pero la Aerocivil debe velar por la seguridad de la ciudadanía a corto, mediano y largo plazos, y no tiene mucho sentido operar un aeropuerto en pleno corazón de una ciudad".
La dirigencia antioqueña había estado de acuerdo con la Aerocivil en destinar el José María Córdova sólo para las rutas troncales nacionales -a capitales importantes-, pero había ex presado su interes en mantener el nexo desde el Olaya Herrera con el Viejo Caldas y los Santanderes."Considerados de conveniencia que el servicio aéreo entre Medellín y dichas ciudades intermedias se lleve a cabo en aeronaves hasta 50 pasajeros y desde el aeropuerto Olaya Herrera", le escribió el gobernador Juan Gómez Martínez a Fernando Zarama Vásquez el pasado 27 de octubre.
Si bien resulta claro que la actual administración de la Aerocivil estudiará seriamente la viabilidad de operación Olaya Herrera, la dirigencia regioconsidera muy probable que, con elecciones de por medio, el tema sea demasiado para el presidente Gaviria en postrimerías de su mandato.
Piensan, en cambio, que una próxima administración podría decidir que Olaya Herrera es lo mejor que le ha pasado a la ciudad, y dar marcha atrás a reservas que se tienen sobre su seguridad. Pero, como es evidente en el complejo tema de la aeronavegación, todo dependerá de hacia dónde soplen los vientos.