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Compras virtuales

Con el comercio electrónico la gente no tendrá que salir de casa ni para el mercado.Con el comercio electrónico la gente no tendrá que salir de casa ni para el mercado.

27 de marzo de 2000

La relevancia social, económica y política de hacer negocios a través de Internet es algo que nadie desconoce. Según cálculos conservadores, las operaciones de comercio en línea alcanzaron el año pasado en el mundo una cifra cercana a los 110.000 millones de dólares, lo que supone un crecimiento del 120 por ciento frente a 1998. Sólo en América Latina, según estudios de la International Data Corporation, éstas pasarán de 167 millones de dólares en 1998 a más de 8.000 millones de dólares en 2003.

Colombia, desafortunadamente, está rezagada en este campo. De acuerdo con un estudio del Boston Consulting Group, en el país se realiza sólo el 4 por ciento del comercio electrónico de la región. Y una investigación realizada por la firma Axesnet reveló que únicamente el 10 por ciento de los internautas compran a través de Internet, y casi todos lo hacen por fuera. “La falta de ofertas online por parte de las compañías colombianas ha llevado a los consumidores a comprar en el exterior”, afirma Christian Boelke, gerente de Axesnet.

Son pocas las compañías colombianas que han entendido la importancia de Internet aunque hay algunas, como el Exito, que se han puesto las pilas y han incorporado esta tecnología en su negocio. A través de su página los clientes tienen la posibilidad de realizar pedidos, los cuales son entregados dentro de los cinco días siguientes por Coordinarora Mercantil. Lo mismo sucede con otras compañías del sector real, pero el sistema está lejos de generalizarse.

Tambien han surgido empresas del estilo de Comercio.com, que sirve como facilitador del intercambio entre el proveedor y el comprador. Para ello tiene diferentes modelos de venta, a la vez que ofrece el manejo de múltiples lenguajes y monedas con el fin de abrir las posibilidades de compra y venta a mercados del exterior. Compañías de este estilo perciben sus ingresos de las comisiones que les cobran a los vendedores cada vez que se realiza una transacción.

A los martillazos

Uno de los modelos más populares en la actualidad es el de las subastas. En pocos meses han surgido en Colombia varios sitios de remates on line. Gracias a ellos se puede comprar y vender de todo, desde objetos materiales hasta cosas intangibles.

Estos sitios operan con la misma lógica que en el mundo real. El vendedor presenta su producto, fija un precio base y en algunos casos la fecha de cierre. Los ciberviajeros ingresan a la página y hacen sus propuestas. Una vez que se completa el plazo, el que haya realizado la mejor oferta se queda con el producto.

En el mundo hay cerca de 200 sitios de subastas. Entre los precursores y los más concurridos se encuentran Amazon y eBAY. Este último inició sus actividades hace cuatro años y cuenta en la actualidad con seis millones de usuarios, a quienes ofrece alrededor de tres millones de artículos.

En Colombia, por su parte, el furor no se hizo esperar y ya existen varios lugares donde se puede conseguir de todo. Uno de los primeros en probar suerte fue Deremate.com, que según sus directivos ya cuenta con 57.000 personas inscritas y subasta alrededor de 200 artículos diarios.

Manuel José Acosta, director de operaciones y tecnología de Deremate en Colombia, piensa que lo fundamental para que un sitio de remates funcione es “crear confianza dentro de la gente para lograr que se sienta cómoda, que sepa que puede conseguir buenos precios y, sobre todo, que hace parte de una comunidad”.

Otro de los sitios colombianos es MercadoLibre.com. Al igual que Deremate, su presencia se extiende a varios países, en los que ha realizado un total de 25.000 subastas por un valor de 7,5 millones de dólares. Para hacer las compras más amenas dispone de servicio de chat y otro de fotografía (para publicar las fotos de los artículos).

Independientemente del modelo de negocios, las transacciones entre compañías y consumidores sin duda marcarán una de las grandes revoluciones que trae Internet. No solamente se disminuyen los costos sino que un consumidor puede comprar y vender artículos desde su casa y a un precio satisfactorio. Esto elimina engorrosos trámites, y aumenta la disponibilidad de consumo de la población.