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Crisis: Francia prefiere apostar a "reducir la desigualdad"

Mientras España apuesta por los recortes, la vecina Francia lanza plan para frenar la pobreza.

13 de diciembre de 2012

Mientras en España los términos cotidianos de la crisis se llaman 'paro' (desempleo), 'recortes', 'impuestos', 'ajustes', al otro lado de los Pirineos las cosas tienen otro tono. No se pueden interpretar de otra forma las últimas medidas del gobierno francés, tendientes a "ejercer la solidaridad y reducir las desigualdades", como señaló el primer ministro Jean-Marc Ayrault, al promulgarlas.
 
Se trata de un plan contra la pobreza que costará 2.500 millones de euros hasta el 2017 y que tienen un solo destinatario: esos 8,6 millones de franceses que están obligados hoy a vivir con 964 euros al mes, el equivalente a unos dos millones 200.000 pesos colombianos.
 
Los primeros en sentir ese apoyo son los jóvenes y desempleados, que verán reajustado un subsidio que tienen (prestación de solidaridad activa), consistente en 475 euros, en un diez por ciento. Lo que se busca es que esa ayuda corresponda a la mitad del salario mínimo (hoy, 1.100 euros).
 
Así mismo, el gobierno socialista francés tiene listo un plan que echará a andar en enero próximo con el que piensa redimir a unos 100.000 jóvenes que no representan mano de obra calificada, que estén entre los 18 y los 25 años. Serán contratados por un año con salarios de 450 euros. Si aprenden y rinden tienen la opción de ser enganchados. Los que no, pueden mantener su condición de subsidiados, siempre que entren a estudiar algún oficio en centros destinados para tal fin.
 
En algunas provincias españolas hay propuestas que buscan 'becar' con mil euros a jóvenes que hayan desertado de chicos de la escuela. Estarían obligados a tener un buen rendimiento académico. Se busca hacerlos competitivos frente a la actual situación. La iniciativa cuenta con apoyos locales pero no con la bendición de sectores afectos al gobierno de Mariano Rajoy.
 
La vivienda social también entra en el paquete francés. El gobierno de Francois Hollande tiene una meta de 150.000 soluciones de ese tipo, durante su quinquenio. Y de 8.000 centros de albergue, para asilados o gente sin techo.
 
En salud, son 500.000 las personas que entrarán en el rango de menores tarifas, a la que ya acceden, dice El País de España, 4,4 millones.
 
Otras medidas, tendientes a aliviar la situación de quienes andan colgados en el pago de préstamos bancarios para la adquisición de vivienda, generan ya duras críticas de sectores conservadores, que las tildan de "asistencialistas", mientras la izquierda más dura llama las ayudas como "limosna miserable".
 
En España, las decisiones para paliar los efectos sobre los desahucios no han logrado calar en una población crispada por las imágenes de lanzamientos de familias, con excesos de fuerza policial y suicidios de algunos afectados.
 
En medio de la polémica, el gobierno de Hollande, señala el diario, busca un punto de encuentro con los empresarios, mediante un acuerdo que permita aliviar cargas fiscales, con una condición: que las empresas tengan al menos un trabajador mayor de 55 años y uno menor de los 26. Esa fórmula intenta abrir espacio a 150.000 personas que andan en el desempleo.