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Hoy es usual ver indigentes en las calles de las principales ciudades europeas. Un drama que parecía solo de países del Tercer Mundo.

CRISIS

Cualquier parecido...

Cada vez Europa se parece más a la América Latina de los años ochenta: endeudamiento excesivo, gasto público desorbitado, bancos débiles de capitalización, protestas sociales y gobiernos emproblemados.

12 de noviembre de 2011

Los países emproblemados que tienen a la eurozona contra las cuerdas parecen tercermundistas más que economías poderosas y avanzadas. En las últimas semanas se ha vuelto corriente comparar el sufrimiento actual de Europa con lo que vivieron los países latinoamericanos hace tres décadas, una era, por fortuna, superada.

El parecido es evidente. En la crisis de la eurozona se combinan todos los males: elevado endeudamiento de los gobiernos, bajo crecimiento económico, altos déficits fiscales, bancos con deficiente regulación, protestas sociales por los planes de ajuste, mandatarios que caen por las tensiones que producen los recortes del gasto y gobiernos que posponen las decisiones impopulares. Estos son los mismos problemas que los países desarrollados le criticaron a América Latina en el pasado. Tanto que muchos piensan que llegó la hora de que el Viejo Continente aprenda las lecciones que América Latina tiene bien sabidas.

Hace unas semanas, el Banco de España, el BID y la Secretaría General de Iberoamérica reunieron en España a un grupo de exministros de Hacienda de América Latina, a exdirectores del FMI y a académicos con funcionarios europeos, para mirar la experiencia que vivió la región latinoamericana en aquellos años en los que explotó la crisis de la deuda. Por Colombia asistió Roberto Junguito, quien ocupó dos veces la cartera de Hacienda, en periodos diferentes, uno de ellos, la crisis de los años ochenta.

José Juan Ruiz, economista del Banco Santander, uno de los asistentes a la reunión, afirma que Europa tiene mucho que aprender de la forma como América Latina superó las distintas crisis que ha vivido: la de la deuda a comienzos de los ochenta, la mexicana de 1994, el contagio de Asia a finales de los noventa y la crisis financiera internacional de 2008-2009.

Hace una semana, el analista internacional Moisés Naím dijo en su columna dominical del periódico español El País que "Europa debe aprender de los errores y aciertos de América Latina", que entre los años 1980 y 2003 sufrió 38 crisis económicas.

Entre las lecciones más importantes de América Latina, según Naím, es que no es posible posponer indefinidamente las decisiones impopulares. Este fue un error recurrente en la región y es lo que ha venido pasando en Europa. "Más temprano que tarde, la realidad se impone y las medidas parciales fracasan".

Ahora bien, ¿qué tanto pueden aplicarse en Europa las mismas recetas que ayudaron a América Latina en su momento? Para Roberto Junguito, la comparación no es tan simple. De hecho, considera que muchos de los problemas de algunos países de la eurozona son más graves que los que sufrieron las economías de América Latina. Para la muestra, un botón. En el peor momento de la región, el déficit en cuenta corriente llegó a subir al 7 por ciento del PIB, una cifra que Grecia supera hoy dos veces.

Otro elemento que destaca Junguito es el papel que desempeñó el FMI como entidad a la que prácticamente se le delegó el diseño de los programas de ajuste. No solo impuso medidas para que las cumplieran los gobiernos, sino también la banca privada, y dio los apoyos que requerían muchos países. Por el contrario, en Europa no se dispone de una unión fiscal para adelantar los apoyos necesarios.

José Juan Ruiz afirma que América Latina superó uno de los temas más complicados que enfrentó en el pasado: las crisis financieras. Hoy, señala, la región tiene un sistema financiero sólido y muy bien regulado. Esto es una lección para Europa.

Lo cierto es que, como dice Naím, "lo mejor que le puede pasar a Europa es parecerse a la América Latina de hoy. La que ha sabido navegar por la crisis mundial sin descarrilarse, que maneja sus finanzas públicas con prudencia y sabe regular sus bancos".

Señala que ahora hay países como Brasil, Chile, Colombia y otros que están creciendo bien, generando empleo y desarrollando una clase media importante en los últimos años. Definitivamente, los papeles se invirtieron y ahora América Latina está dando el ejemplo. Ojalá Europa lo siga.