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¿Cuándo llegarán las .com?

A la velocidad que marchan los negocios de Internet no pasará mucho tiempo en ver a varias de sus empresas en el grupo de las 100.

Jorge Andres Barrera
8 de mayo de 2000

Colombia vive por estos días un surgimiento estrepitoso de nuevos negocios de Internet, o start-ups. Empresarios en cierne —y unos cuantos ya consolidados— se reúnen, mueven sus contactos y buscan dinero. Se nota el afán, porque saben que si no entran ahora no lo harán nunca. La velocidad a la cual se mueve el sector es tal que el 99 por ciento de las ‘nuevas’ ideas resultan en verdad ser viejas. La pregunta es si hay espacio suficiente en Colombia para lo que está pasando.

En Estados Unidos cientos de personas se hacían la misma pregunta en 1994, cuando las compañías de Internet estaban dando sus primeros pasos. Y la respuesta sorprendió a los más escépticos. Antes de terminar el milenio ya había en la Bolsa de Nueva York cinco empresas —cuyos ingresos estaban relacionados de alguna manera con Internet— entre las 100 de mayor capitalización de mercado. Incluyendo, por supuesto, a Cisco Systems —la mayor vendedora de equipos para redes de Internet—, que es hoy la empresa más grande del mundo según el valor de sus acciones.

Y los expertos prevén que en poco tiempo América Latina vivirá un boom similar. Las principales firmas de inversión de Estados Unidos han proyectado un crecimiento espectacular de Internet en la región. En su más reciente informe sobre este sector los analistas de Salomon Brothers dicen que entre 1999 y 2003 se debe producir en América Latina un boom similar al de Estados Unidos entre 1994 y 1999.

A estas alturas los inversionistas tienen claro que el mercado de Internet es supranacional y que para tener éxito en la red es necesario hacer presencia en todos los países de la región (comenzando por los más grandes). La población de América Latina con acceso a Internet no es mucha todavía, pero tiene en este momento la tasa de crecimiento más alta del mundo. Y es ahí donde está el gran potencial.

Un segundo factor para tener éxito es la especialización. Aunque ésta reduce el número de personas objetivo aumenta su fidelidad al sitio, lo que da como resultado una comunidad con los mismos intereses. Y es esta comunidad la que permite la llamada verticalidad (o integración vertical, en el lenguaje tradicional de los negocios), que es la condición necesaria para que el sitio llegue a ser rentable.

Por último, hay que hacer que el negocio funcione adecuadamente. Si se rifan boletas para el mundial de fútbol y el ganador está en Chile, hay que procurar que las boletas le lleguen rápidamente. Y si se venden CD, la única manera de tener éxito es respondiendo ágilmente a las solicitudes. Una empresa de juguetes de Estados Unidos no pudo cumplir en Navidad con los pedidos y su acción cayó de 86 a 20 dólares.

Cumpliendo todos esos requisitos es posible llegar a la cima. No sólo con nuevos negocios, sino con la adaptación de los negocios tradicionales. Quien no esté pensando hoy en día en dejarse atrapar por la red puede fallecer mucho antes de lo que suponía. “En cinco años no se hablará de empresas de Internet porque todas serán empresas de Internet”, dijo hace pocos meses Andy Grove, presidente de Intel. Y todo apunta a que no se equivoca.

No sería raro que en menos de cinco años el grupo de las 100 empresas de SEMANA sea una mezcla de empresas tradicionales, de gran arraigo y amplio mercado, con muchas compañías cuyos negocios estén basados en la red. Internet es la nueva economía, es la nueva plataforma de hacer negocios, es un fenómeno mundial del que ningún país puede estar alejado. Y, por encima de todo, es una excitante revolución.