Home

Economía

Artículo

DE ESO TAN BUENO...

Aunque el Presidente de Estados Unidos consiguió el dinero para apoyar a su vecino del sur, en México hay dudas sobre qué se va a entregar a cambio de la ayuda.

6 de marzo de 1995

LA DESCONFIANZA CONTInúa ensombreciendo el panorama mexicano. A la falta de credibilidad externa que siguió pesando sobre la que hasta hace dos meses era vista como la economía con mayores posibilidades en América Latina, se suma ahora un escepticismo nacional creciente, alimentado por la sospecha de que la independencia política puede venderse al dinero del extranjero. Esta acabó siendo la impresión al final de una semana en la cual el país azteca se hundió en lo más profundo y volvió a salir a flote, aunque nadie sabe por cuánto tiempo.
El salvavidas en este caso fue el paquete de ayuda de casi 50.000 millones de dólares que consiguió armar el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, con el apoyo de su gobierno y de varias entidades multilaterales. Este se anunció para subsanar la falta de liquidez de su vecino del sur, que en el último día de enero registró un derrumbe en la bolsa y una caída récord en la cotización del peso.
Los mercados reaccionaron al paquete de ayuda de Clinton con cautela. El martes la bolsa creció 10 por ciento. No obstante, después de la euforia, se recuperó la inseguridad en cuanto al futuro económico. El miércoles bajó 4.6 por ciento. La tendencia negativa se mantuvo y el jueves disminuyó otro 2.7 por ciento. El precio del dólar llegó al pico más alto, al cotizarse a la venta en 6.80 nuevos pesos por dólar, casi el doble del nivel que tenía cuando comenzó este calvario el pasado 20 de diciembre.
A su vez, el Banco de México confirmó que las reservas internacionales se redujeron a 3.483 millones de dólares, lo cual significó una disminución de 40 por ciento, comparadas con el último día de 1994, cuando fueron de 6.140 millones de dólares. Por ahora, sin embargo,muchos optimistas le apuestan a que gracias a Clinton serà posible restaurar la confianza y lograr la recuperación de la maltrecha economía azteca.
Pero, aunque algo de tranquilidad ha retornado, la situación suscita muchas dudas. Las preocupaciones de la gente común no son diferentes de las de los círculos del poder. El ministro de Hacienda, Guillermo Ortiz, aseguró que la crisis financiera ya tocó fondo y que el restablecimiento de la "confianza de los inversionistas extranieros tardará aún algún tiempo". De igual forma, consideró urgente el fomento del ahorro interno, el cual llegó en 1994 al nivel más bajo de los últimos 25 años: 15 por ciento del Producto Interno Bruto, cuando históricamente se había mantenido en rangos superiores al 20 por ciento. El año pasado una tercera parte de la inversión total de la economía mexicana se financió con recursos del exterior.
La otra parte de la polémica tiene que ver con el tema de la soberanía. Existe la inquietud alrededor de cuánto se está entregando a cambio de los dólares de Clinton. Hasta el momento las condiciones de la ayuda sólo llegan de Estados Unidos, mientras que el gobierno de México no dice palabra alguna. Se habla de mayores controles migratorios y de un refuerzo a la lucha contra el narcotráfico. Sobre este punto, Cuahtémoc Cárdenas, dos veces candidato a la presidencia de México, dijo: "Debemos ver si Estados Unidos tal vez quiere intervenir en la política nacional y extranjera, que solamente le corresponde al gobierno de México".
Entre tanto Ernesto Zedillo, quien en escasos 60 días de gobierno ha tenido que hablarle a la nación más de cinco veces, reitera que con el paquete económico se alcanzará "esa solidez que nos permitirá retomar el crecimiento firme y sostenido que México necesita para superar sus carencias". Pero, al cabo de tantos anuncios en el sentido de que la crisis ya pasó, ahora nadie le cree.