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Desplazados de la terminal

Varios de los antiguos comerciantes de Eldorado se quedarán por fuera del nuevo aeropuerto. Alistan demandas contra el consorcio Opaín, que se defiende y asegura que la adjudicación fue transparente.

3 de marzo de 2012

Acomienzos de agosto de este año, cuando entre en operación la nueva terminal internacional del Aeropuerto Eldorado de Bogotá, muchos de los locales comerciales, que durante décadas han funcionado en las antiguas instalaciones, no harán parte de la fiesta. Según la Asociación de Establecimientos Comerciales del Aeropuerto (Acesca), gremio que reúne a varios de los locales del duty free, se estima que cerca del 80 por ciento de los actuales almacenes no estará en las nuevas instalaciones. En su mayoría, se trata de negocios de artesanías y joyería, de venta de revistas y periódicos y pequeñas cafeterías.

Los altos costos de los nuevos arrendamientos, sumados a la exigencia del concesionario Opaín de pedir por adelantado entre 12 y 18 meses de arriendo como garantía, impiden que muchos de los pequeños y medianos propietarios puedan acceder a las nuevas instalaciones.

Ya muchos contrataron abogados y no descartan demandar al concesionario por considerar que no se les respetó su derecho preferente (tenían la primera opción en los nuevos contratos). "Me parece injusto que después de dedicarle 47 años de mi vida, y cuando no estoy en edad de comenzar un nuevo negocio, deba abandonar el duty free", dice una de las propietarias de un negocio de artesanías. Se lamentó de que Opaín haya desconocido la antigüedad de la mayoría de locales y el nombre que ya habían consolidado.

Otro de los propietarios se queja de que en la subasta electrónica que hizo el concesionario en diciembre pasado, en la que se adjudicaron 100 locales, se privilegió a quienes tenían mayor músculo financiero. "Es imposible para nosotros estar en las nuevas instalaciones debido a los altísimos costos de arrendamiento. Actualmente se paga en promedio, por metro cuadrado, 500.000 pesos y con las nuevas condiciones se pagaría más de millón y medio mensual, dependiendo de la ubicación", sostiene Jaime Andrés Moreno, gerente comercial de Café Quindío, que lleva 11 años en el antiguo edificio. Moreno cuestiona que mientras una marca colombiana de café no pueda hacer presencia en las nuevas instalaciones se le permita ingresar a una de Costa Rica, pues llega Café Britt de ese país. Hay una preocupación adicional en el área de duty free pues, cuando esa terminal se vuelva nacional, los locales perderán el beneficio de vender sin impuestos.

A cinco meses de la entrega del nuevo edificio los pequeños y medianos comerciantes se quejan de la falta de información. Afirman que no saben cuándo deberán entregar sus locales o si deben permanecer por tiempo indefinido mientras se terminan las adecuaciones del viejo edificio, que quedará como terminal nacional.

El gerente de Opaín, Juan Alberto Pulido, dice que escucharon a cada comerciante y tuvieron en cuenta los aspectos legales de los contratos. Sobre el anticipo señaló que en cada categoría -comercio al detal, alimentos y bebidas y ventas libres de impuestos- se establecieron garantías según el tipo de negocio, la ubicación y el área, y que el resultado final fue una puja en una subasta abierta y sin privilegios en la que se demostró que el Aeropuerto Eldorado es un sitio premium en donde todas las marcas y sociedades quieren estar presentes. Recordó que aún faltan por subastar las áreas de la terminal nacional.

En efecto, la gran mayoría de las grandes marcas del país estarán allí y, aunque no quisieron dar detalles de la negociación por un acuerdo de confidencialidad con el concesionario, varios de sus representantes reconocieron que si bien el precio que deberán pagar es muy alto esperan recuperarlo, pues aprovecharán una de las mejores vitrinas del país. Quien quiera estar en el nuevo Aeropuerto Eldorado tendrá que desembolsar una buena suma. Una firma marroquinera reveló que por año y medio de arriendo pagará como anticipo 1.500 millones de pesos.

Lo cierto es que mientras los almacenes tradicionales del Aeropuerto luchan por quedarse en el nuevo terminal, las grandes firmas comerciales del continente alistan su aterrizaje. El ejemplo más diciente es que la firma Motta Internacional, que maneja las zonas de duty free en la mayoría de aeropuertos de América Latina, ya aseguró su cupo en esa operación de alto vuelo.