Home

Economía

Artículo

Dialogando

A pesar del Foro Petrolero, el problema del petro terrorismo sigue sin solución.

18 de diciembre de 1989

En un comienzo se creyó que el cuento iba a ser el mismo de siempre. Al fin y al cabo, en materia de petróleo las posiciones de todos los que han opinado sobre el tema eran archiconocidas. Desde la beligerancia del Ejército de Liberación Nacional hasta el espíritu continuista del gobierno se habían ventilado ya en otras ocasiones con los mismos resultados. Cada cual echaba su historia, con lo que todas las discusiones sobre petróleo eran, en términos prácticos, un diálogo de sordos.
Quizás por esa razón fueron muchos quienes se preguntaron la utilidad del Foro Petrolero que se realizó la semana pasada en Bogotá. Aunque ciertos observadores aceptaban que todo se reducía al cumplimiento de un compromiso del gobierno con la Unión Sindical Obrera, USO, se esperaba que la reunión tuviera mucha más forma que fondo.
Pero como siempre sucede en estos casos, hubo espacio para las sorpresas. La más grande fue la aceptación por parte de la USO de la necesidad del capital extranjero en las labores de exploración. A pesar de que, según el sindicato, las condiciones de los contratos de asociación deberían reformarse a fondo, más de un asistente al Foro Petrolero se sorprendió de que las multinacionales recibieran por primera vez una especie de luz verde para operar en Colombia.
Esa pérdida de beligerancia no alcanzó a extenderse a todos los sectores. El ELN envió un comunicado en el cual anunció la reanudación de los atentados si el precio de la gasolina se reajustaba a finales de año. Tal aviso hace casi seguro que la dinamita estará de vuelta dentro de poco. Las cifras del gobierno indican que el reajuste es no sólo necesario sino indispensable para garantizar la salud fiscal del Estado. Por lo tanto, si las amenazas del ELN se cumplen no queda más que esperar un círculo vicioso de aumentos en el precio de la gasolina y de los atentados. Basta recordar que en junio pasado el valor del combustible se reajustó, precisamente, por los ataques del ELN.
La amenaza guerrillera sirvió para recordar que, en último término, la polémica sobre el petróleo sigue sin solución. A pesar de que el Foro de la semana pasada sirvió para que los argumentos fueran expresados en palabras y no en hechos, la ausencia del interlocutor más violento dejó en claro que va a ser muy difícil llegar a una solución negociada si unos se manifiestan a través de discursos y otros lo hacen con dinamita.