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DIME CUANTO GANAS...

Los sueldos de los gerentes norteamericanos volvieron a romper todos los récords en 1988

5 de junio de 1989

Mickey Mouse lleva trabajando más de 50 años y jamás se ha ganado tanto dinero. Es cierto que el Ratón Miguelito cuenta con una fama que pocos han alcanzado y que es la gran estrella cuando se pasea por los parques de diversiones ya sea en Los Angeles, Orlando o Tokio y próximamente cerca de París. Pero la pura verdad es que plata, lo que se dice plata, no ha hecho mucha. Al fin y al cabo este versátil ratón se contenta tan sólo con un pedazo de queso y un fin de semana con Minnie, su novia.

En cambio hay que ver lo que se gana su jefe. Porque la realidad llana y simple es que quien manda sobre Mickey Mouse está haciendo tanto dinero que ya le va a producir envidia al mismísimo Rico MacPato. Por lo menos eso fue lo que dijo la revista norteamericana Business Week en su edición del pasado primero de mayo -día del trabajo, para más señas- cuando reveló que Michael Eisner, el presidente de las empresas Disney, se ganó en 1988 la nada despreciable suma de 40 millones de dólares.

El segundo lugar en la lista de los mejores pagados fue ocupado también por Disney cuyo número dos, Frank Wells, se llevó para su casa en 1988 cheques de salarios y bonificaciones por algo más de 32 millones de dólares. De seguir así, tanto Eisner como Wells, pasarán a engrosar la lista de los hombres más ricos de los Estados Unidos un país donde, por lo visto, los ejecutivos están ocupando los lotes de la tierra de la fantasía.

Eso es lo que se concluye cuando se mira la lista de los gerentes mejor pagados en 1988. Aunque los hombres de Disney rompieron un récord en materia de salarios, no se puede decir que se encuentren solos. Según Business Week que investigó los pagos que se le hicieron a 708 directivos de las principales empresas norteamericanas, el sueldo promedio aumentó un 17% ubicándose en 1.1 millones de dólares, mientras que la compensación promedio (que incluye otros beneficios como acciones y pagos diversos) superó la marca de los 2 millones de dólares. El incremento de esta última fue de un 14%, una cifra nada despreciable en un país donde los precios durante el año sólo se aumentaron en 4.4%.

Como es típíco en estos casos, quíenes más se ganaron no son los jefes de las empresas más grandes. Un ejemplo evidente es el de L. G. Rawl presidente de Exxon, la compañía de mayor tamaño en Estados Unidos, quien en 1988 obtuvo 1.3 millones de dólares en sueldos y bonificaciones, una suma que Eisner el de Disney se ganó en apenas 12 días. Algo similar le ocurrió a John Akers el de la IBM -la empresa que registró las utilidades más altas- quien recibió 1.5 millones de dólares en total durante el año.

Claro que normalmente los grandes premios le corresponden a quienes obtienen los logros más inesperados. Un ejemplo claro fue el J. Hugh Liedtke y Blaine P. Kerr, los dos ejecutivos más altos de la petrolera Pennzoil. Durante varios meses ambos directivos jugaron un papel clave en la demanda que su compañía entabló contra Texaco porque ésta le jugó sucio en la compra de otra compañía. Al cabo de interminables litigios Liedtke y Kerr obtuvieron que una corte obligara a Texaco a pagarle a Pennzoil la suma de 7.500 millones de dólares, la cual fue finalmente rebajada a 3 mil millones. No obstante, ese dinero fue suficiente para que el patrimonio de Pennzoil se doblara de un día para otro y, en consecuencia, Liedtke y Kerr recibieron una bonificación de 10 millones de dólares cada uno. "Ellos hicieron un excelente trabajo y queríamos reconocérselo", sostuvo uno de los miembros de la junta directiva.

Dólares a granel
Sin embargo, siempre hay quien se gana lo que no se merece. El caso más representativo fue el de dos ejecutivos de RJR Nabisco, el conglomerado tabacalero y alimenticio que fue comprado a finales del año pasado por la suma de 25 mil millones de dólares. Ernest Horrigan y F. Ross Johnson, los dos directivos más altos, hicieron uso de una serie de opciones de compra de acciones de la compañía a un precio rebajado. Como resultado Horrigan se ganó 21.7 millones de dólares, mientras que Johnson --quien irónicamente era su jefe- se echó al bolsillo 21.1 millones. Y eso no es todo. Debido a que la compañía se vendió y ambos fueron reemplazados, los dos tenían lo que en la jerga se conoce como un "paracaídas dorado", que asegura que en "compensación" por el despido se les paga una suma de dinero. Pues bien, Johnson va a recibir 53.8 millones de dólares y Horrigan 45.7 millones por el simple hecho de haber sido removidos.

Un caso relativamente similar es el del famoso presidente de Chrysler Lee Iacocca, cuya compañía registró resultados mediocres en 1988. Sin embargo, en los últimos tres años esta vedette de la gran industria se ha ganado 41.9 millones de dólares, una suma que lo colocó como el ejecutivo injustamente mejor pagado de todos. Mientras que a Iacocca le ha ido muy bien--eso sin contar lo que se ha ganado por sus libros y conferencias--a los accionistas de Chrysler les ha ido regular. Claro que un portavoz de la constructora de automóviles aclaró que los resultados mediocres fueron consecuencia de inversiones que fructificarán en el largo plazo. Cierto o no, la verdad es que por el momento Iacocca está viendo reverdecer sus laureles. La semana pasada se anunció que las utilidades de Chrysler durante el primer trimestre de 1989 habían aumentado en un 96% con respecto al mismo período de 1988, lo cual hace pensar que Iacocca seguirá amasando esos grandes ingresos, por más quejas que haya alrededor.

Porque la verdad es que cuando pocos se ganan tanto dinero, las quejas comienzan a aparecer. "Por una parte los ejecutivos dicen que la competencia extranjera requiere sacrificio, moderación y disciplina. Sin embargo, ellos se voltean y demuestran que no tienen esas cualidades, cuando se autoadjudican más dinero en un año del que puede ser gastado en toda una vida", sostuvo un dirigente de un sindicato automotriz.

Esa situación ha llevado a que la brecha entre los ejecutivos más altos y el resto de los trabajadores se haya ampliado notoriamente en los últimos años. Business Week anota cómo mientras en 1960 en plena expansión de la economía norteamericana el salario promedio de un presidente de empresa era 41 veces el de un obrero industrial y 38 veces el de un profesor de colegio, en 1988 éste fue 93 veces el salario del obrero y 72 veces el de profesor.

Claro que hay que reconocer que hoy en día las cosas son a otro precio. Antes era corriente que los presidentes de las compañías permanecieran en su puestos hasta la llegada de la edad de retiro forzoso. Ahora, en cambio, es usual que los que fallan sean despedidos y en algunos casos la compañía sea absorbida por otra. No obstante, lo cierto es que no hay una explicación de fondo que justifique el ritmo de aumento de los salarios de los ejecutivos. Lo único que se acepta es que ha habido una especie de emulación entre ciertas empresas que, con o sin razón, temen que su gente sea tentada por salarios más altos, sobre todo en ciertas áreas de la economía.

Rambo modesto
Curiosamente, la explosión en el nivel de sueldos de los presidentes de compañías ha llevado a que otras actividades ya no se vean tan bien remuneradas, por lo menos en términos relativos. Un ejemplo típico es el de los actores de cine que ya no comandan el terreno en lo que a salarios se trata. Por ejemplo, Sylvester Stallone se ganó 20 millones de dólares en 1988, una suma que ya no hace levantar cejas y que lo hubiera colocado en un modesto quinto lugar en la lista de Business Week. Los esfuerzos de Rambo son similares a los de otros de sus colegas quienes en su mayoría se ubicaron alrededor de la marca de 10 millones de dólares. Incluso el campeón de los superpesados Mike Tyson ya no sorprende a muchos, a pesar de que obtuvo 54 millones de dólares por sus peleas del año pasado.

Todos esos salarios no alcanzan, sin embargo, a hacer palidecer el récord impuesto por Michael Milken, una de las estrellas de Wall Street, en 1987. En ese año, Milken se ganó 550 millones de dólares, una cantidad superior a la obtenida por los 339 presidentes encuestados por Business Week. Claro que ahora la historia ha cambiado y Milken está acusado de fraude y enfrenta demanadas que -aparte de muchos años de cárcel- lo pueden conducir a tener que devolver una buena parte de su fortuna. Pero hay que subrayar que a pesar de sus problemas legales el "rey Mike" sacó en 1988 suficiente tiempo para obtener unos 200 millones de dólares en comisiones, una suma que seguramente le servirá para pagarle bien a sus abogados.

Tantas cuentas seguramente no le preocupan a Eisner y Wells, quienes la semana pasada tuvieron la mente ocupada en cosas más importantes, como la inauguración de los nuevos estudios de cine de Disney en Orlando, Florida. Al lado de Walt Disney World se abrió un nuevo terreno donde el cine será el protagonista indiscutido, un logro apenas lógico para la compañía que ahora posee una de las productoras de películas más rentables de Hollywood.

Exitos como ese explican por qué Eisner y Wells están haciendo tanto dinero. La verdad es que cuando en 1984 ambos llegaron a Disney la compañía estaba haciendo agua y, peor aún, estaba amenazada por un magnate que quería comprarla y desmembrarla. Además, en la negociación salarial Eisner y Wells fueron lo suficientemente astutos para pedir un tercio del salario que les ofrecían, a cambio de la promesa de bonificaciones y de opciones de compra de acciones, si la compañía salía adelante. Eisner, por ejemplo, obtuvo que se le concediera una bonificación equivalente al 2% de las utilidades, si éstas superaban un límite pre-establecido. Gracias a esa cláusula se ganó en 1988 6.8 millones de dólares.

Exagerado y todo, lo cierto es que hace cinco años pocos creían que Disney iba a salir adelante. Tal como dijo uno de los miembros de la junta directiva "sé que nadie se está quejando".
Por esa razón, la semana pasada en Orlando los fuegos artificiales fueron grandiosos y la fiesta multitudinaria cuando se inauguraron los nuevos estudios. Al fin y al cabo Eisner no sólo estaba celebrando su triunfo personal, sino el de una compañía que renació dejándole a él dinero suficiente para despertarle la codicia a los chicos malos y hacer poner verde de envidia a Rico MacPato.--

Colombia, cada vez más lejos
Hay muchas cosas en las cuales Colombia está muy lejos de los países industrializados y la estructura de salarios no parece ser la excepción. Porque lo cierto es que todo indica que aún los ejecutivos mejor pagados del país distan mucho de pisarle los talones a sus colegas norteamericanos. Mientras que en Estados Unidos no es raro que un alto funcionario supere la barrera de los 100 mil dólares de sueldo al año, en Colombia son contados lo presidentes de compañías que reciben más de 36 millones de pesos al año.

Esa impresión es corroborada por un estudio reciente de la firma de auditores Ernst & Whinney la cual analizó el rango salarial de 2 mil funcionarios en 452 compañías, ubicadas en el país. El trabajo reveló que aparte de los presidentes, el mejor nivel de salarios es el de los vicepresidentes de mercadeo, quienes en las empresas con ventas de más de 12 mil millones de pesos al año obtienen una remuneración anual promedio de 20.8 millones de pesos. Esa cifra permite especular sobre los salarios de los presidentes de las compañías, un dato que en Colombia lleva el sello de top secret. Aun asumiendo que éstos ganen el doble que su sobordinado más inmediato ello daria, en el mejor de los casos, una remuneración anual promedio inferior a los 42 millones de pesos. Obviamente, como en todo promedio, debe haber ejecutivos que ganen más que esa cifra. No obstante, es llamativo que aún esa media hipotética es unas 20 veces menor que la de los norteamericanos.

Claro que hay que tener en cuenta que el tamaño de las empresas que operan en el país es muy inferior al de las compañías de Estados Unidos. Además, también es cierto que el costo de vida es relativamente más bajo en Colombia, aunque en este aspecto la distancia es mucho menor. Un estudio de la Unión de Bancos Suizos reveló que en Bogotá los precios son apenas la mitad de los cobrados en Nueva York, la ciudad más cara de los Estados Unidos.

En todo caso, es interesante ver el nivel de beneficios y prestaciones extralegales que ofrece el mercado laboral de los ejecutivos. El estudio de Ernst & Whinney dice que el 90% de las compañías encuestadas asignan un vehículo, el 84% dan una prima extra de navidad, el 83% otorgan un seguro de vida y el 45% conceden viajes al exterior. Esas prebendas, sin embargo, no alcanzan para cerrar la brecha existente entre los ejecutivos colombianos y los norteamericanos, quienes por lo visto están sobrados de lote y de dólares.

Lo que valen al año
Rangos salariales del Mercado
de Ejecutivos en Colombia
(Cifras en millones de pesos)


Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3
Vicepres.Financiero Admvo. 11.3 14.6 19.1
Vicepres.Mercadeo 12.5 16.8 20.7
Vicepres. Rel.Industriales 8.1 11.3 13.4
Contralor 7.9 11.2 14.3
Secretaria Bilingue 2do. nivel 2.1 2.5 3.1

Grupo 1 Ventas hasta $5.000 millones
Grupo 2 Ventas entre $5001- $12.000 millones
Grupo 3 Ventas mayores de $12.001 millones