Home

Economía

Artículo

DUROS DE BOLSILLO

Un año después de la tragedia de Bhopal, Union Carbide adopta la línea dura.

6 de enero de 1986

Es uno de esos récords que más valdría la pena no tener. Un año después de que una reacción química generara una nube del gas MIC a base de cianuro, en una fábrica situada dentro de una populosa zona de la ciudad de Bhopal en la India, el fantasma de la peor tragedia industrial en la historia de la humanidad sigue deambulando. entre los sobrevivientes. La cifra de cerca de 2 mil muertos, 17 mil heridos serios y unas 300 mil personas afectadas por el escape ocurrido en la planta de Unión Carbide en Bhopal, se ha convertido en una de las más grandes lecciones sobre los efectos del desarrollo industrial y la necesidad de sistemas de protección adecuados.
La triste historia comenzó el 3 de diciembre de 1984 cuando, según la versión inicial, la entrada accidental de agua a los recipientes que almacenaban el MIC, produjo una reacción química que hizo que el gas se esparciera por el área vecina a la planta (una zona de tugurios donde vivía medio millón de personas). Como consecuencia, miles de vecinos de la fábrica empezaron a tener inmediatamente problemas pulmonares y quemadas en los ojos. Al cabo de dos días, la cifra de muertos superaba el millar y la mayoría de los médicos se mostraba impotente para tratar un mal que era prácticamente desconocido.
Hoy en día, se estima que unos 60 mil sobrevivientes han perdido la capacidad de resistir un día de trabajo y que muchos más no podrán volver a la normalidad. Los efectos del MIC eran tan desconocidos que todavía los científicos no se han puesto de acuerdo sobre el tratamiento a seguir, e incluso hay denuncias sobre la aplicación de medicamentos que pudieron contribuir a agravar el estado de algunos pacientes.
Dentro de todo este escenario de muerte y desolación, quienes parecen haber resistido el golpe de la tragedia con mayor facilidad son los altos ejecutivos de Union Carbide, la multinacional más conocida por sus pilas (fabrica Eveready) que por sus incursiones en el terreno de la química. Esa impresión se ve reflejada especialmente en las declaraciones de su presidente, Warren Anderson, quien después de haber dicho inicialmente que dedicaría el resto de su vida al alivio de las penas de los damnificados de Bhopal, confiesa abiertamente que la tragedia apenas le ocupa un 10% de su tiempo en la oficina.
Es por esa razón que mientras que el gobierno hindú se ha gastado unos 40 millones de dólares en comida y asistencia médica, Unión Carbide donó tan solo 3 millones de dólares y está trenzada en una agria disputa legal con los damnificados. Las demandas ascienden a unas 130 en los Estados Unidos y a 2.700 en la India, y se estima que la compensación solicitada por los daños causados sobrepasa la marca de los 3 mil millones de dólares.
Sin embargo, otra cosa es la que piensa Unión Carbide. "Quizá ellos pensaron al principio que íbamos a regalar la tienda. Ahora estamos en el ánimo de litigar. Yo no voy a córrerme y hacerme el muerto", sostuvo recientemente Warren Anderson en una entrevista. La posición de la compañía ha cambiado tanto que después de aceptar toda la responsabilidad de lo sucedido, ya está insinuando un posible sabotaje por parte de un grupo de separatistas sikhs.
Más aún, Anderson insiste en la inocencia de Carbide debido a otras razones. "Nosotros construimos la planta fuera de la ciudad. Ellos (el gobierno hindú) dejaron que la gente construyera al lado. El Tercer Mundo tiene mucho que aprender".
A mediados del año, Carbide trató de llegar a un arreglo por fuera de Corte y ofreció una suma cercana a los 300 millones de dólares, pagadera a lo largo de 30 años. Sin embargo, la propuesta fue rechazada por los demandantes en forma inmediata. En opinión de los especialistas, una suma justa debería estar cercana a los 600 millones de dólares y ser pagada de inmediato.
Tal como están las cosas, Carbide está esperando que un juez de Nueva York declare si las cortes norteamericanas tienen la jurisdicción necesaria para decidir sobre la culpabilidad de la compañía. Si es así, las sumas buscadas por los demandantes serían mucho mayores, pero se cree que el proceso de apelaciones podría tomar más de cinco años.
En el intermedio, Unión Carbide ha aprovechado la tragedia de Bhopal para poner en práctica una serie de planes de reorganización interna, los cuales incluyeron el retiro de cerca de 4 mil empleados, equivalente al 15% de su fuerza laboral. Actualmente, la compañía está concentrando todos sus esfuerzos en evitar que sea comprada por el grupo petroquímico GAF y los recuerdos de Bhopal sólo regresan de vez en cuando.
Pese a los 300 mil damnificados, Anderson afirma que su preocupación actual tiene que ver con una serie de viajes que hará con su esposa a finales del próximo año, cuando se retire al cumplir 65 años. ¿Remordimientos?, no muchos. Hace poco le dijo al Wall Street Journal que "yo no miro hacia atrás (...) Si salimos sintiendo que hicimos lo correcto y el mundo está de acuerdo, entonces eso era lo mejor que se podía hacer".