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El metro de Bogotá, las concesiones 4G y la Refinería de Cartagena serán noticia el próximo año.

APUESTAS

Expectativas económicas para el 2016

Sin duda la firma de la paz concentrará la atención de los colombianos el próximo año. Sin embargo, en el frente puramente económico otros asuntos también tendrán gran impacto.

5 de diciembre de 2015

El año que viene se vislumbra como uno de grandes expectativas en materia económica. Una de ellas tiene que ver con la Refinería de Cartagena (Reficar). El proyecto entrará en plena marcha en marzo, cuando ya deberán estar operando las 31 plantas que permitirán duplicar la capacidad de refinación del país, de 80.000 a 165.000 barriles diarios de petróleo.

Las inversiones por 8.015 millones de dólares de Ecopetrol en casi una década comenzarán a dar frutos cuando la refinería produzca coque, propileno, diésel, nafta y jet fuel, entre otros. Se estima que la entrada en operación de este proyecto tendrá un impacto del 10 por ciento en el PIB industrial y de casi 1 por ciento en el PIB general. Y se espera que permita aumentar en 1.500 millones de dólares las exportaciones de la industria petroquímica. El gobierno confía en que ese crecimiento mejore la balanza comercial y ayude a disminuir el elevado nivel del déficit en la cuenta corriente del país.

También hay gran expectativa por el despegue de la Cuarta Generación (4G) de concesiones viales. En los próximos meses comenzarán varios proyectos. A esto se sumará el arranque de las obras que se harán a través de las asociaciones público privadas (APP).

Bogotá tiene dos temas gordos sobre los cuales habrá decisiones muy importantes el próximo año. Por un lado, se espera que se despeje la situación de El Dorado II, el segundo aeropuerto de la capital de la República. Próximamente se conocerá el informe del consorcio encargado de definir la ubicación exacta del nuevo terminal, así como el sistema de administración y de operación. Paralelamente, en el actual aeropuerto de Bogotá caerán el edificio construido en los cincuenta así como la vieja torre de control. En ese lugar comenzará la construcción de nuevas posiciones (sitios de estacionamiento) de aviones.

Y, sin duda, los capitalinos también concentrarán su atención en el metro. Todo indica que el inicio de las obras se prolongaría cerca de año y medio. Con los nuevos planteamientos del alcalde electo, Enrique Peñalosa, su administración contratará nuevos estudios en 2016.

En cuanto a los asuntos petroleros, hay expectativa por el control y manejo de Rubiales, el mayor campo de crudo, que Ecopetrol asumirá a partir de julio. La estatal iniciará un plan de inversiones para mantener la producción en cerca de 160.000 barriles de crudo diarios. El manejo de este campo es crucial para Ecopetrol porque le agregará más reservas, en momentos en que están en descenso.

La venta de Isagén sigue en la agenda del gobierno. Después de varios tropiezos en los últimos dos años el gobierno espera concretarla en 2016. El Ministerio de Hacienda continuará el cronograma del proceso, luego de la luz verde del Consejo de Estado. Sin embargo, y ante los requerimientos de muchos sectores opuestos a esta privatización, el gobierno evalúa revisar el precio de venta, fijado inicialmente en 5,2 billones de pesos. Con la devaluación de más del 30 por ciento en el último año, el Estado recibiría menores ingresos en dólares por esta enajenación.

En materia comercial hay dos temas claves para el futuro económico. Uno tiene que ver con el TLC con Corea del Sur. Un año después de que el Congreso lo aprobó todavía no ve la luz. Desde hace más de seis meses se encuentra en revisión de la Corte Constitucional. Como este TLC sería el primero que concreta Colombia con un país asiático ha despertado gran polémica debido a la nueva competencia que significa para algunos sectores.

El segundo asunto es la revisión de la estructura arancelaria (impuestos) sobre los productos importados. Si bien el tema ya se ha ventilado con varios gremios productores, no se ha oficializado debido a las grandes ampollas que levantará y a los callos que pisará en los sectores altamente protegidos de la competencia internacional. Por último, la reforma tributaria estructural acaparará toda la atención del primer semestre del año. Como se ve, este bisiesto promete ser muy movido.