EL AVE FENIX

A CERROMATOSO LE PASO como al patito feo. Hace unos años todo el mundo le sacaba el cuerpo, y se hablaba de los grandes errores cometidos en su construcción. Hoy, es una de las empresas más prometedoras del país, y a todo el mundo le parece linda.

La verdad es que durante los primeros años de operación (1982-1987), la empresa tuvo muchos problemas. Las expectativas sobre los precios del ferroníquel en el mercado internacional no se cumplieron y el alma de la empresa, su horno de fundición, sufrió graves averías. El resultado fue que Cerromatoso acumuló millonarias pérdidas y tuvo que reestructurar su deuda externa, estimada en 350 millones de dólares en 1987.

A partir de 1988, sin embargo, las cosas empezaron a mejorar. Los precios del ferroníquel superaron por fin los costos de producción y los problemas del horno lograron ser corregidos. La empresa pudo, entonces, comenzar a pagar sus obligaciones externas -que se redujeron a menos de 100 millones de dólares a finales de 1990- y las pérdidas acumuladas, tanto en pesos como en dólares, fueron totalmente borradas al terminar el año pasado.

Y lo mejor de todo es que el mercado sigue fuerte. Tanto que, de mantenerse los precios actuales -del orden de cuatro dólares por libra- los créditos bancarios de la empresa quedarán totalmente cancelados a mediados de noviembre de 1991.

Las perspectivas, en general, son tan buenas, que la empresa tiene listo en este momento un proyecto para la construcción de un segundo horno de fundición, que permitiría incrementar la producción en un 50 por ciento (de 40 a 60 millones de libras por año) . El proyecto, cuyo costo ascendería a 115 millones de dólares, está siendo considerado por la banca internacional y, de aprobarse, podría estar concluido a mediados de 1993.

Se está estudiando, igualmente, la posibilidad de realizar un proyecto que permita mejorar la calidad del metal que se exporta. El proyecto, conocido como