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EL BINOMIO DEL ORO NEGRO

Millonaria transacción entre Occidental Petroleum y la Royal Dutch Shell por los campos de petróleo de Arauca.

8 de julio de 1985

El helicóptero se levantó pesadamente del edificio ubicado en el norte de Bogotá. Después de unos segundos, volvió al helipuerto intentando de nuevo el despegue, y constituyéndose de paso en el espectáculo del mediodía para los empleados de los edificios aledaños. Finalmente, al cabo de varios minutos de suspenso la nave logró alejarse hacia el aeropuerto Eldorado, llevando consigo a los ejecutivos de Occidental Petroleum, quienes el pasado miércoles concretaron en Colombia una de las operaciones más sonadas en el mundillo petrolero: la venta del 50% de los intereses que posee la multinacional norteamericana en Arauca, al segundo conglomerado energético más grande del mundo, la Royal Dutch Shell de Holanda, por una suma cercana a los mil millones de dólares.
Concretamente, el objeto de semejante transacción fue el yacimiento de crudo de Cravo Norte, el cual con 1.360 millones de barriles de petróleo de reservas brutas, es uno de los más grandes del hemisferio occidental. Actualmente en etapa de desarrollo, la zona vecina a Venezuela debe producir cerca de 200 mil barriles diarios de petróleo a finales de 1986, cuando esté listo el oleoducto Caño Limón-Zulia y la extensión al puerto de Coveñas, con el fin de permitir la exportación del líquido. Si todo sale como está previsto, el país deberá recibir cerca de mil 800 millones de dólares anuales por concepto de las ventas al exterior del crudo de Arauca a partir de 1987. De esa suma, los socios extranjeros, Shell y Occidental, recibirán un 20% cada uno durante el tiempo en que los pozos sean productivos.
Pese a que el rumor sobre la venta había corrido desde hace meses, la noticia fue sorpresiva para los allegados al sector. Por una parte, se afirmaba que Occidental no necesitaba realizar una operación de ese estilo y, por otra, los directivos de la compañía habían dado la impresión de oponerse a la idea. Como ejemplo se citaron las afirmaciones hechas por el presidente de la empresa, Armand Hammer (ver recuadro), quien en la asamblea anual de accionistas celebrada en Santa Mónica, California, a finales de mayo, enfatizó que Occidental "tiene solo un socio, la compañía del Estado colombiano (Ecopetrol)".
No obstante, parece que Hammer acabó pensando que era más benéfico compartir el ponqué. Bajo los términos del acuerdo, la Shell (segunda petrolera en el mundo, después de la Exxon) debe entregarle a Occidental un cheque por 750 millones de dólares el próximo primero de julio, cuando se formalice el trato. Adicionalmente, la compañía holandesa pagará 200 millones cuando la producción de Cravo Norte alcance ciertos niveles no especificados y 50 millones de dólares más, correspondientes a la mitad de los costos de exploración de Occidental durante el primer semestre del año. Por último, Shell entrará a participar con una cuarta parte de los gastos que genere el proyecto a partir del primero de enero de 1986.
"La venta es claramente beneficiosa para ambas compañías, ya que Occidental recibe una inyección gigante de efectivo y Shell adquiere reservas de petróleo a razón de 5 dólares el barril", afirmaron para el diario The Angeles Times expertos del sector. "Esto despeja muchas dudas sobre Ecopetrol, las posibilidades del paísy la política petrolera" sostuvo el presidente de la empresa estatal Alfredo Carvajal Sinisterra. "Es un gran salto adelante" le dijo al New York Times, Armand Hammer.
Sin embargo, aparte de tales demostraciones de confianza, a finales de la semana los observadores todavia se estaban preguntando sobre los motivos reales de Occidental al hacer la operación con la Shell. Como se recordará, la empresa norteamericana viene sufriendo desde 1982 de problemas de liquidez, debido a la adquisición que hiciera en ese entonces de Cities Service and Co. por la suma de 4 mil millones de dólares. Si bien se reconoció que con la compra, Occidental incrementó sustancialmente sus reservas explotables de crudo en el territorio de los Estados Unidos (lo cual la protege contra el riesgo político de tener pozos en partes del tercer mundo), los especialistas previnieron que el esfuerzo financiero se haría sentir. Como resultado, las utilidades de la empresa pasaron de 722 millones de dólares en 1981 a 569 en 1984 y a mediados de 1983 se llegó a especular sobre la salud de la compañía.
Con todo, se cree que el año pasado permitió que Occidental Petroleum se enrutara de nuevo en la senda ganadora. Aparte de pagar la deuda de Cities Service, el conglomerado tuvo la fortuna de encontrar en el Arauca un yacimiento de la mejor calidad, con el cual solidificó su posición ante la comunidad internacional. El hallazgo de Cravo Norte, exigió grandes desembolsos, necesarios para la puesta en marcha del proyecto, cuyo costo total se estima en mil 800 millones de dólares. Sin embargo, la falta de liquidez no habría motivado la venta, pues Hammer le afirmó al New York Times la semana pasada que Occidental disponía de mil millones de dólares de capital de trabajo y dos mil adicionales en cupos de crédito ante los bancos.
Otra hipótesis que acabó tomando fuerza entre los conocedores del tema, fue la de que con el dinero recibido de la Shell, Occidental se está protegiendo de un intento de toma de poder por parte de una tercera entidad. Tal como ha sucedido con otras empresas más grandes que Occidental, se cree que la compañía encaja perfectamente dentro de lo que los gringos llaman un possible takeover target, es decir que le llama la atención a inversionistas que comprando acciones pueden controlar la empresa y salir de sus directivos actuales.
Semejante estrategia ha estado muy en boga en los Estados Unidos durante los últimos dos años. Inversionistas como T. Boone Pickens o Carl Icahn adquieren sorpresivamente grandes paquetes de acciones de compañías (en su mayoría petroleras) a través de la bolsa, con el fin de cambiar su administración. Así han caído Gulf Philips Petroleum y Superior Oil. Hace poco, Pickens pretendió en vano tomarse a Unocal, otra petrolera importante, y cuando fracasó en su intento uno de los primeros en alegrarse por el hecho fue Armand Hammer.
Para los conocedores, Occidental entra dentro de las presas atractivas. Al fin y al cabo, sostienen, ningún accionista posee más del 5% del conglomerado y Hammer cuenta con menos del 2%. En 1974, Occidental resistió el intento de Standard Oil de California de apoderarse de ella, y el año pasado Hammer hizo que la compañía le comprara un 5% de los títulos a David Murdock, quien estaba en desacuerdo con las políticas de Occidental, pagándole una prima del 42% sobre el precio en bolsa de la acción. Por lo tanto, se cree que con el cheque de la Shell en el bolsillo, Occidental dispone ya del dinero suficiente para defenderse de un intento de toma. Según lo reconoció a la prensa el mismo Hammer, una parte del dinero recibido (no especificó cuanto) será usado por la compañía para comprar sus propias acciones.
Aparte de lo anterior, el negocio hecho por Occidental fue muy bien visto por los especialistas. Un consultor de Nueva York afirmó que "es un super arreglo. Están consiguiendo un montón de dinero inmediatamente y están disminuyendo el riesgo en la explotación del pozo".
Más significativa aún, fue la participación de la Shell en el negocio. En opinión de los conocedores, Occidental no habia logrado convencer del todo con sus continuas alabanzas al pozo de Caño Limón. En anteriores oportunidades, Hammer ha sido ata cado por dar como hechos, proyectos con buenas posibilidades los cuales al final no se concretan. Pese a la buena prensa recibida, todavía existía escepticismo respecto a los alcances del yacimiento en Arauca, el cual se despeja con el pago hecho por la Shell. La confianza de la multinacional holandesa rindió sus frutos inmediatamente. Apenas anunciado el acuerdo, las acciones de Occidental subieron casi tres dólares en Wall Street, cerrando por encima de la marca de 33 dólares con cincuenta centavos.
Por su parte, la Royal Dutch Shell se mostró confiada con la transacción. Aparte de ser la número uno en Europa, la compañía tiene fama de ser la de mejor liquidez en el mundo y una inversión como ésta le garantiza su supremacía en el futuro.
La cuantiosa inversión en los pozos de Arauca asegura que la compañía holandesa, que adelanta exploraciones en la zona del Magdalena Medio, le ha tomado otra vez confianza a Colombia. Según cifras de Ecopetrol, 63 compañías extranjeras están buscando petróleo en el territorio nacional, con lo cual el país está viviendo la mejor época de su historial energético reciente. Ese hecho, reunido a los sucesos de la semana pasada, ha infundido de optimismo a los conocedores, pues tal como afirmara un miembro del gobierno nacional, "Colombia es la que más se va a beneficiar de la riqueza petrolera que posee".

EL DOCTOR PUÑO DE HIERRO
Tiene 87 años y una vitalidad que envidiarían hombres con la mitad de su edad. El miércoles pasado llegó en su avión el Oxy-1, se reunió en Palacio con el presidente Betancur, y por la noche estaba ya de vuelta en los Estados Unidos, finalizando uno de esos viajes que lo han hecho famoso y que el año pasado lo llevaron a recorrer tantos kilómetros como para darle diez veces la vuelta al mundo.
Es Armand Hammer, el multimillonario quien en 1956 comprara por 100 mil dólares en compañía de su esposa, una empresa semiquebrada en California llamada Occidental Petroleum, la cual, casi tres décadas después, es la octava petrolera de los Estados Unidos, con ventas que en 1984 ascendieron a 15 mil quinientos millones de dólares.
Pero él no es un multimillonario común y corriente. Aparte de su sagacidad en los negocios, Hammer es un personaje desde los años 20, cuando fuera amigo personal de Lenin y, para usar el término apropiado, se convirtiera en el zar de los negocios entre Estados Unidos y la Unión Soviética. A partir de esa época es un fiel representante de lo que los rusos llaman "la conexión rusa". En estas épocas de guerra fría, es de los pocos norteamericanos que reciben tratamiento de "alfombra roja" en Moscú y es tratado con especial deferencia por los soviéticos. Al fin y al cabo, Armand Hammer asistió al entierro de Vladimir Ilich Lenin, el padre de la revolución, y cuando Mikhail Gorbachev todavía no había nacido.
Aparte de los rusos, la más reciente amistad de Hammer en el mundo comunista se llama Deng Xiaoping, quien aspira a ver realizado el proyecto carbonifero de Ping Shuo en la China, donde Occidental debe invertir una suma superior a los 400 millones de dólares.
A nivel latinoamericano Hammer ha tratado con deferencia a Colombia, ya que es evidente que esta lo ha hecho en igual forma con Occidental. Aparte de la presentación de Susana Caldas y Juan Valdez en la asamblea de accionistas de hace unos días en Santa Mónica, Hammer ha colaborado con el gobierno en la búsqueda de créditos internacionales, tal y como se vio en la reciente visita que hiciera Betancur a Washington.
Sin embargo, esa imagen de hombre afable que transmite cuando hace relaciones públicas poco tiene que ver con el Armand Hammer que manda en Occidental Petroleum. Allí, el Doctor Hammer (tiene título de médico de Columbia University) maneja la compañía a su antojo y quien se opone a él solo tiene una salida: la de la puerta a la calle. Antes de que llegara el actual gerente de la compañía, Ray Irani, se decía en los circulos petroleros que la oficina del segundo de Hammer tenía una puerta giratoria.
Aparentemente, esa inestabilidad, cuya más reciente demostración se diera en septiembre pasado, ha terminado en los últimos meses. Sin embargo, los enemigos de Hammer no faltan, sobre todo teniendo en cuenta que Occidental se ha convertido en una compañía atractiva cuyo futuro -administrativamente hablando- es incierto si Hammer muere o decide retirarse.
Con todo, esa posibilidad se veía remota la semana pasada, cuando después del trato con la Shell, Hammer quedó fortalecido al frente de su empresa. Tal y como afirmara asombrado uno de los asistentes a la reunión del miércoles en el palacio presidencial, "creo que a nadie mejor que a él se le puede decir que no le pasan los años".