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El cuarto 'round'

El equipo negociador de los países andinos llega con varios logros a la ronda de negociaciones del TLC en Puerto Rico. ¿Qué está en juego en este capítulo?

12 de septiembre de 2004

Desde este lunes 13 de septiembre hasta el viernes 17 los equipos de Colombia, Perú y Ecuador se sentarán a negociar por cuarta vez con sus pares estadounidenses con miras a la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC). En esta ronda de Fajardo, Puerto Rico, se espera que la negociación se torne más difícil y que ambas partes endurezcan sus posiciones en defensa de sus intereses.

Los países andinos tienen como objetivo presentar su lista de solicitudes sobre algunos temas que aún no han sido abordados, como el de salvaguardias y ayudas internas, entre otros. Hasta el momento se han presentado textos sobre el 70 por ciento de los 350 asuntos por convenir.

De igual modo se espera que se inicie la ambientación de paquetes de intercambio. La idea es determinar qué tanto se puede ceder en un mismo sector y comenzar a identificar los posibles acuerdos. Aunque sólo se puede hablar de acuerdos cuando todo esté firmado, el objetivo en Puerto Rico es el de ir logrando 'preacuerdos' en la medida en que se vayan discutiendo los textos de mesa y superando los obstáculos. De ahí que se espera que, a partir de esta ronda, se empiecen a sacar de paréntesis los primeros textos (en una negociación se pone en paréntesis todo aquel texto sobre el cual no se ha llegado a un acuerdo) para ajustarse al cronograma, según el cual se terminaría en febrero próximo la negociación del tratado.

Pero además de la revisión de los textos y de la ambientación de paquetes de intercambio, se cumplirá también un proceso prioritario para el país. Cada parte le pedirá al contrario que mejore sus ofertas de desgravación arancelaria. Como se sabe, la lista de ofertas de Estados Unidos divulgada durante la ronda en Perú dejó muy insatisfechos a los negociadores colombianos y sobre todo a los empresarios, que la consideraron muy por debajo de las expectativas que tenían. Colombia estuvo más generosa que Estados Unidos, cuando debió ser al revés, considerando las asimetrías que existen entre las dos economías. Por eso, en Puerto Rico se aprovechará para hacer solicitudes de mejoras a la lista de desgravación presentada por Estados Unidos.

La solicitud de mejoras a la propuesta estadounidense gira alrededor de tres aspectos. Primero, que Estados Unidos ponga en liberalización inmediata la oferta exportable del país de corto plazo. Por ejemplo, que permita a las flores colombianas entrar con cero arancel tan pronto entre en vigencia el acuerdo y no hasta dentro de 10 años como aparece en la propuesta estadounidense inicial.

Segundo, que señale cuáles son las restricciones específicas que tiene cada estado de Estados Unidos para poder acceder a sus mercados. Es lo que se llaman en términos técnicos las medidas disconformes. Ejemplos de medidas disconformes son que en Texas las ventas al por mayor de bebidas alcohólicas están limitadas sólo a ciudadanos estadounidenses, o que solamente ingenieros residentes en la Florida pueden desarrollar contratos de infraestructura en ese estado. Estados Unidos no ha consignado sus medidas disconformes a nivel estatal en ningún TLC reciente, de modo que uno de los intereses colombianos es lograr transparencia en este punto, al menos en los cuatro estados más importantes para el país (Florida, Texas, California y Nueva York), a donde llegan el 80 por ciento de las exportaciones colombianas a Estados Unidos.

Tercero, los países andinos van a solicitar que el TLC les permita proveer al gobierno estadounidense en diferentes áreas, por ejemplo exportarles suministros de industria mediana como las dotaciones de uniformes.

Otro punto que se llevará a la ronda en Puerto Rico es la propuesta de conformar un fondo de reconversión agrícola en el cual ha venido trabajando el Ministerio de Agricultura de Colombia. El fondo se apoyaría en tres áreas: la adecuación de tierras, el reasentamiento humano y la inversión en ciencia y tecnología que favorezca la mejora de productividad del campo.

Los goles de Colombia

Para llegar a esta ronda Colombia, junto con sus dos vecinos andinos, ha tenido que superar varios obstáculos y en ese proceso se ha anotado más de un gol a su favor. El más importante de todos es el haber logrado poner sobre la mesa de negociación su propia lista de solicitudes de apertura del mercado norteamericano con el fin de lograr un verdadero intercambio de ofertas de uno y otro lado. Este logro hace que en lugar de que los países andinos se vean limitados a discutir las propuestas estadounidenses, como ha sucedido en otras negociaciones, existan textos de lado y lado en relación con cada uno de los 23 temas de la negociación.

Las listas de solicitudes facilitan la identificación de los intereses de cada parte. Así mismo ayudan a identificar aquellos productos que no tendrían ventajas adicionales con TLC, por lo que no deben ser sujetos de negociación. Nada gana Colombia con que Estados Unidos le dé una preferencia inmediata en reactores nucleares, porque el país no está en capacidad de exportar esos bienes. En cambio, sí debe concentrarse en los productos en los cuales la oferta potencial es real como textiles o confecciones. De otra parte, el equipo andino busca que no se tenga en cuenta, como una concesión estadounidense, el hecho de que 40 por ciento de los ítems que importa Estados Unidos ya están exentos de aranceles para todo el mundo.

El otro gol que anotó Colombia fue la creación del foro andino para las pequeñas y medianas empresas (pymes), que tendrán en cada ronda un espacio de diálogo permanente con los jefes de los equipos negociadores para la discusión de sus temas y la respuesta a sus principales inquietudes. De ahí que en esta ronda de Puerto Rico y en la siguiente en Guayaquil estén previstos encuentros de proveedores para forjar alianzas estratégicas. Además las pymes colombianas resultaron beneficiadas dentro de la mesa de fortalecimiento de capacidades comerciales en la que se acordó la constitución de un fondo de capitalización de riesgo que se espera ascienda a 20 millones de dólares.

Otros de los temas fundamentales que los andinos han podido introducir en la discusión son los de biodiversidad y protección de conocimientos tradicionales. Estos temas, que hasta el momento no han hecho parte de otras negociaciones adelantadas por Estados Unidos, se presentaron por petición de Colombia, Ecuador y Perú.

Los ruidos externos

El pulso por el Tratado de Libre Comercio entre los países andinos y Estados Unidos no sólo se libra en la mesa de negociaciones. Existen factores externos a la mesa que introducen ruido y que repercuten sobre el estado de ánimo de los equipos negociadores de los cuatro países involucrados en el proceso.

Un factor externo definitivo son las elecciones presidenciales del próximo 2 de noviembre en Estados Unidos. El proceso electoral en el país del norte les quita ritmo a las negociaciones del TLC, y a la vez condiciona sus resultados. Aunque el candidato demócrata John Kerry ha moderado su discurso frente al libre comercio, con George W. Bush los países andinos tendrían más posibilidades de una aprobación más rápida del TLC, una vez negociado. Kerry ha dicho que negociará tratados sólo si están a favor del crecimiento de la economía y la creación de nuevos empleos en su país, lo que podría dilatar o demorar un poco el acuerdo con Colombia. Bush, por su parte, ha demostrado ser más partidario de la amplitud en negociaciones de libre comercio.

El futuro de las negociaciones del TLC no sólo se definirá por quién gane las elecciones presidenciales en Estados Unidos. También influirá la composición del Congreso de ese país. Si gana Kerry y el Congreso se mantiene con mayorías republicanas, la aprobación del Tratado seguirá su curso normal. Pero si la mayoría es demócrata, gane Bush o Kerry, los países andinos tendrían que ceñirse a mayores restricciones en materia laboral y ambiental, como es probable que lo exija ese partido. Por todo esto, a juicio de muchos gremios y empresarios, la verdadera negociación del TLC se dará en diciembre, cuando ya se haya resuelto el tema político en Estados Unidos.

Hay otros ruidos externos a la mesa, pero lado de Colombia. Respondiendo a grupos de interés, el presidente Álvaro Uribe anunció recientemente el cierre de las importaciones de maíz blanco, debido a que la revaluación del peso contra el dólar estaba perjudicando a la industria nacional. Aunque al final fijó un arancel del 45 por ciento a la importación del maíz blanco a partir del 3 de septiembre y hasta el 31 de diciembre del presente año, esta decisión resulta contradictoria en medio de un proceso de negociación de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, principal exportador de ese grano a nuestro país. Eso se lo pueden cobrar en la mesa a los colombianos.

El alcalde de Bogotá, Lucho Garzón, también ha creado interferencias en las conversaciones del TLC. Hace unas semanas se mostró inconforme por la forma secreta como se está llevando la negociación y pidió se le deje entrar a formar parte del equipo negociador del gobierno. Esto despertó críticas de algunos sectores, que consideran que quitarles la reserva a las rondas del TLC haría la negociación imposible, y que el alcalde de Bogotá tiene suficiente juego como director del comité de estructuración y elaboración de la agenda interna que coordina el Departamento de Planeación Nacional, bajo la batuta de José Leivobich, subdirector de la entidad.

Así las cosas llegan los negociadores andinos a Puerto Rico. Además de ganarle la partida estratégica al experimentado equipo que lidera Regina Vargo, una funcionaria con más de 30 años de carrera, deberán buscar consensos con sus propios colegas de gobierno y con el selecto grupo que hace parte del 'cuarto de al lado', donde se siguen las discusiones, entre ellos, empresarios, políticos y organizaciones no gubernamentales.

Además de los 23 temas y 350 asuntos por negociar, tienen que saber manejar los factores que desde afuera afectan las negociaciones en la mesa. Los intereses de grupos estadounidenses que se hacen sentir a través de sus congresistas, los de los grupos colombianos que también se hacen visibles sea en el discurso presidencial o a través de sus gobernantes, como en el caso de Garzón en Bogotá, son todos legítimos, pero es de esperar que se intensifiquen a medida que las partes vayan llegando a acuerdos. Además, en el caso colombiano todavía falta mucho camino por recorrer en la elaboración de la agenda interna que contemple la competitividad del país y de las regiones.

No obstante, el equipo colombiano y los de sus colegas andinos ya tienen varios logros a su favor. Sobresale su posición ofensiva al construir su propia lista de solicitudes, la habilidad de introducir un texto que protege la biodiversidad y los conocimientos tradicionales y la creación de un fondo andino para la pequeña y mediana empresa.