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EL DESIERTO DE LA BOLSA

Con los precios por el piso y volúmenes de operación prácticamente nulos, el mercado bursátil colombiano vive una de las peores crisis de su historia.

12 de octubre de 1998

El mercado bursatil colombiano entró en barrena durante 1998. El descalabro de las bolsas a lo largo y ancho del planeta, sumado a la difícil coyuntura económica que atraviesa el país, han generado un declive superior al 45 por ciento en los principales mercados accionarios colombianos, y lo que es más dramático, los índices de la Bolsa de Bogotá (Ibb) y Medellín (Ibomed) se encuentran por debajo, en términos nominales, de niveles alcanzados en 1993. De esta forma 100.000 pesos invertidos en ese año en la bolsa se habrían convertido en 44.000 pesos de hoy, mientras los mismos 100.000 pesos invertidos en papeles de renta fija ascenderían en la actualidad a 335.000. Durante 1998 la pérdida de valor medida por la capitalización total del mercado (el precio de todas las acciones en la bolsa por el número de títulos en circulación) supera los 5.000 millones de dólares.
En el frente externo la crisis asiática, que se inició a mediados del año anterior, desencadenó una ola de noticias negativas, las cuales se han acentuado recientemente con el prospecto de una desaceleración económica mundial. El efecto de contagio asiático se ha sentido con rigor en Latinoamérica. Los fondos internacionales, principales jugadores de los mercados accionarios, han retirado recursos de los mercados emergentes en cantidades alarmantes. Prueba de ello son las importantes reducciones en los saldos de reservas internacionales en los países de la región, donde todos los gobiernos, sin excepción, hacen malabares para mantener el valor de sus monedas.
A pesar de que el mercado accionario colombiano no tiene la liquidez de otros países ni su capitalización de mercado es de mayor importancia en el contexto latinoamericano (ver cuadro), éste no ha sido ajeno a la crisis mundial. El lúgubre contexto internacional, aunado a las elecciones y a una escalada vertiginosa en la actividad guerrillera, llevaron a los fondos internacionales a liquidar 220 millones de dólares de su portafolio de renta variable en lo que va del año.
Como si esto no fuera suficiente, la bolsa ha terminado por reflejar el deterioro que sufrió la economía en los últimos cinco años. Con tasas de interés fluctuando entre un 30 y un 90 por ciento, y una tasa de cambio que no parece encontrar un nivel ideal el mercado accionario se encuentra de tumbo en tumbo. Las principales acciones del mercado bursátil están un 60 por ciento por debajo del nivel en el cual arrancaron el año en curso, y eso sin tener en cuenta que el peso colombiano a su vez ha perdido el 16 por ciento de su valor frente al dólar.
Al bajonazo en la demanda externa e interna se ha sumado un factor técnico propio de un mercado en crisis. Los comisionistas de bolsa, que utilizan el repo de acciones para financiar su posición propia (esta es una operación en la cual se entregan las acciones por un pe-ríodo determinado con pacto de recompra para obtener financiación transitoria), han tenido que liquidar parte de sus portafolios ya que no encuentran recursos en el mercado monetario debido a las restricciones de liquidez que introdujo el Banco de la República el 7 de septiembre con el fin de controlar el ascenso del dólar. En palabras de Jaime Jaramillo, director de Casa de Bolsa, filial de la Corporación Financiera del Valle, "si el gobierno y el Emisor no encuentran una solución definitiva a las altas tasas de interés el mercado accionario nunca saldrá de su coma".
El problema en Colombia no para en el precio de las acciones, a esto se le debe añadir la reducción en el volumen en el mercado accionario, en el cual en varias sesiones de este año la suma de las transacciones en las tres bolsas del país no han superado los 500.000 dólares, cifra irrisoria comparada con la Bolsa de Sao Paulo, Brasil, donde el volumen promedio diario de negociaciones es de 504 millones de dólares. La escasez de negocios y la caída de los precios han llevado a muchas firmas comisionistas de bolsa a la quiebra. Las que han sobrevivido han reducido ostensiblemente su personal.

Para rematar
En el paquete de medidas anunciado por el gobierno la semana anterior se encuentra un artículo que elimina la exención de impuestos para las acciones de baja y media bursatilidad. En palabras de la directora de la Dian, Fanny Kertzman, "en Colombia la exención de impuestos a las operaciones con acciones no sirvió para incentivar el mercado accionario y, por el contrario, terminó favoreciendo a empresas que inscribieron sus títulos en bolsa con el único propósito de evadir impuestos en procesos de adquisición y venta".
Paul Weiss, de Corredores Asociados, está de acuerdo en principio con la medida. Sin embargo, dice, "no queda claro que todas las acciones de baja y media bursatilidad estén inscritas en bolsa por beneficios tributarios. Hay muchas, incluso, cuya propiedad está altamente fragmentada. Es importante, entonces, redefinir el concepto de alta bursatilidad o el alcance de la medida para no ir a castigar a justos por pecadores".
La medida presenta otros problemas, ya que una acción comprada en una época en la que tenga un estatus de alta bursatilidad podría a la hora de venderse pasar al rango de baja bursatilidad con un doble castigo para el comprador, una reducción en su liquidez y la carga impositiva.
Otros corredores consultados enfatizan la necesidad de una reglamentación clara que tenga en cuenta que este es un mercado que ha sufrido duros golpes en los últimos años y que una medida mal diseñada lo podría liquidar.

¿Qué sigue para el mercado?
La mayoría de los analistas coinciden en que en la medida en que no se reduzcan las tasas de interés, se aclare el panorama fiscal y se normalice la situación internacional, es muy improbable que se genere una reactivación del mercado. No obstante, aseguran, que para el que no necesite la liquidez en el futuro cercano y se considere un inversionista de largo plazo se presentan oportunidades espectaculares en la actualidad. Algunos ejemplos de esto son Cadenalco, Éxito, Bavaria y Banco de Bogotá, que a pesar de la crisis mantienen resultados favorables y cuya valoración de mercado es minúscula bajo cualquier parámetro.
Al margen de la actual coyuntura, es de vital importancia enfatizar que impulsar la creación de un mercado de capitales profundo, transparente y líquido es fundamental para cualquier estrategia de desarrollo. La experiencia internacional indica que no hay mecanismo más efectivo para canalizar el ahorro externo e interno hacia proyectos de inversión que un mercado de capitales funcional. Además, una bolsa pujante y democrática es la mejor manera de alinear los intereses de la población en general con los del buen manejo económico. Solo así podrán éstos sentir como propio el proceso de modernización de la economía. 100.000 pesos invertidos en 1993 en la Bolsa se habrían convertido en 44.000 pesos de hoy