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¿El fin de las tabletas?

El dispositivo que parecía llamado a reemplazar al computador vive días difíciles. La caída de las ventas prendió las alarmas y la industria teme una desaceleración prolongada.

16 de agosto de 2014

Cuando todavía era el CEO de Blackberry, Thorsten Heins vaticinó el final de las tabletas. “En cinco años no creo que haya ninguna razón para tener una tableta”, dijo el ejecutivo alemán, despedido poco después. Han pasado 12 meses desde aquella premonición lapidaria, formulada en pleno auge del iPad, y las cifras más recientes de ventas de tabletas en el mundo hacen pensar que tal vez, después de todo, Heins podría tener razón.

Por tres trimestres consecutivos las ventas de tabletas han mostrado una contracción. Mediciones de Canalys, empresa de análisis de mercados de tecnología, indican que en el segundo trimestre de este año se vendieron 48,4 millones de tabletas, un 5 por ciento menos que en el trimestre anterior. IDC también advirtió señales de desaceleración en la venta de tabletas. En mayo redujo en 5,9 por ciento su previsión acerca de los despachos de estos dispositivos, ante una débil demanda. Para todo el año, esta compañía proyecta que los envíos a escala global aumentarán un 12 por ciento, un ritmo mucho menor al que se presentó en 2013, cuando crecieron un 52 por ciento. ¿Podría ser este el comienzo del ocaso de las tabletas, consideradas como el dispositivo rey de la “era post-PC”, según decía Steve Jobs?

No sería la primera vez que un dispositivo popular de la electrónica de consumo pase a uso de buen retiro. Le sucedió al Betamax, al VHS y al Walkman, los cuales en su momento parecían indestronables. En el caso de las tabletas es, por supuesto, muy temprano para pensar en su desaparición, justo cuando casi toda la industria se volcó hacia ellas tras el asombroso éxito comercial del iPad. Producen tabletas desde las más grandes firmas como Apple, Samsung y Microsoft, hasta anónimas compañías locales a lo largo y ancho del planeta, y hay tabletas para todos los gustos y nichos de mercado. Las hay de 2 millones de pesos y de 150.000 pesos; hay tabletas exclusivas para gamers, para personal de compañías mineras que necesitan dispositivos irrompibles, para ejecutivos que se pasan la vida metidos en un avión y para amas de casa, y el año pasado se vendieron 50 millones de unidades. A partir de 2010, ante la caída histórica de las ventas de computadores, las tabletas salvaron a la industria y le dieron vida a la computación en los tiempos de la movilidad inalámbrica. Pero el temor de un descenso continuado en las ventas ha encendido las alarmas y todos los analistas señalan como culpable a un dispositivo en particular: el phablet, un teléfono inteligente de gran tamaño –una especie de híbrido entre teléfono y tableta, de ahí su nombre– cuyas ventas crecen sin cesar desde hace un año y constituyen hoy el 10,5 por ciento del mercado de smartphones.

Parece que se trata de un asunto de diseño y usabilidad. Los usuarios prefieren teléfonos cada vez más grandes, los cuales sacan del mercado a las tabletas pequeñas y medianas, como las que produce Apple. De hecho, en la contracción del mercado de tabletas el iPad es el primer damnificado, con una reducción muy fuerte: en menos de dos años la participación del iPad pasó de 60 por ciento a 26 por ciento. Su competidor principal, la firma coreana Samsung, se ha enfocado en las tabletas de gran tamaño, de entre diez y 12 pulgadas. Samsung impuso también la moda de teléfonos grandes (como el Galaxy, el de mayor venta en el mundo) y es pionero en la fabricación de phablets. Según Canalys, el 43 por ciento de los móviles vendidos en Asia tienen pantallas de cinco pulgadas o más, y en Estados Unidos las ventas de teléfonos de cinco pulgadas representan el 32 por ciento del total. Así pues, es claro que el mercado se vuelca hacia teléfonos de pantallas grandes, en detrimento de las tabletas pequeñas. De hecho, es tal la presion del mercado por teléfonos grandes que Apple debió dar su brazo a torcer en cuanto al tamaño de su popular iPhone (4 pulgadas, concepto de diseño ardientemente defendido por Steve Jobs bajo el principio de que el teléfono debería ser manipulado con solo una mano) y ya se sabe que en breve habrá un modelo de iPhone de 5,5 pulgadas.

El teléfono lo devora todo

En general, el teléfono se consolidó en los últimos cinco años como el verdadero dispositivo de la era Post PC. El más reciente informe de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones revela que con más de 7.000 millones de suscripciones vigentes, el teléfono logró en 2014 la increíble tasa de penetración del 95 por ciento en todo el mundo. Prácticamente, cada ser humano tiene uno y cada 11 meses en promedio las personas compran uno nuevo. La tasa de renovación de las tabletas, por el contrario es mucho más lenta, razón por la cual las ventas se resienten.

Pero las tabletas no son tampoco el único dispositivo canibalizado por los teléfonos celulares. Los reproductores de música y entre ellos el legendario iPod también murieron a manos del teléfono, cuando apareció el iPhone, capaz de reproducir música digital con la misma calidad de un iPod. La versatilidad de los smartphones para suplir necesidades básicas de computación y entretenimiento podría estar quitando espacio a otros tipos de dispositivos electrónicos móviles. En el caso de Apple, entre abril y junio del presente año las ventas del teléfono iPhone crecieron 13 por ciento y las de computadores Mac se incrementaron 18 por ciento, pero las ventas de su tableta iPad cayeron 9 por ciento. Tales cifras reflejan la tendencia general del mercado. La industria de portátiles entre tanto, disfruta de un pequeño resurgimiento. En el segundo trimestre de 2014 se vendieron 49,1 millones de unidades de todas las marcas, superando a las tabletas por primera vez desde el tercer trimestre de 2013. Y no solo le fue bien a los portátiles Mac, sino también a Lenovo, HP y Dell.

El comportamiento del mercado de tabletas no es homogéneo. En las economías en desarrollo las tabletas se venden por montones y posiblemente la desaceleración tardará en llegar. En el caso de Colombia, expertos sostienen que el mercado está en plena expansión, especialmente por las compras enormes del ministerio de las TIC. En febrero de este año el gobierno, mediante subasta electrónica, compró 335.660 tabletas para entidades educativas y tiene previsto adquirir más. El año pasado estos dispositivos fueron el principal objeto aspiracional de los colombianos, según encuestas de mercado. Es decir, los consumidores quieren una tableta antes que otra cosa.

El analista Tim Coulling, de la firma Canalys, opina que la innovación será la clave para mantener la atracción hacia las tabletas. Este mercado, dice, se podría encontrar en la misma posición que el de los portátiles hace algunos años, cuando eran demasiado débiles para competir con los computadores de escritorio y tras una sacudida en el diseño y la arquitectura lograron superar al PC tradicional. Samsung parece haber entendido que el futuro de las tabletas pasa por convertirlas en aparatos más grandes y con prestaciones más poderosas, capaces de realizar tareas complejas como el diseño gráfico y la gestión de negocios. Su recién lanzada tableta Note Pro de 12 pulgadas traza la ruta. Microsoft tambien ha seguido ese camino, con su reciente tableta Surface de 12 pulgadas, dotada del poderoso sistema operativo Windows.

La innovación en la industria computacional es sorprendente, de tal modo que no puede darse por sentado ningún pronóstico. De hecho, Canalys, IDC y Gartner se equivocaron el año pasado cuando pronosticaron que 2014 vería un incremento notable de las ventas de tabletas. La industria de la electrónica de consumo suele dar giros inesperados. nLas ventas de los phablet, híbrido entre teléfono y tableta, crecen sin cesarNo sería la primera vez que un dispositivo popular de la electrónica de consumo pase a uso de buen retiro